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diciembre 25th, 2016 by lasvoces

Redacción – [Custodio Ballester Bielsa, Sacerdote de la Parroquia Inmaculada Concepción de Hospitalet de Llobregat (Barcelona)]  Esta situación se explica por el odio a la Iglesia y a la Religión, obviamente; aunque no sólo por eso. La jerarquía ha contribuido a ello de manera determinante a causa de su silencio, que el mundo ha interpretado como complicidad en el delito. Todos los días 25 voy en cabeza de la «Marcha Por la Vida» identificado como sacerdote, obviamente. Y siempre que hay grupos de proabortistas en la calle y en los balcones, he de escuchar que me acusen de pederasta. Para que eso funcione a piñón fijo, han tenido que ocurrir cosas más graves que los casos de curas pederastas. Hospitalet de Llobregat (Barcelona) España, domingo 25 de diciembre de 2016. Fotografía: Washington (Estados Unidos de América), miércoles 25 de enero de 2012. «Marcha por la Vida». Primera fila a la derecha, el sacerdote español, Custodio Ballester junto a la delegación española en Estado Unidos defendiendo la vida. Reproducimos la crónica que ha remitido Álvaro Zulueta desde Washington, transmitiéndonos como vivió la delegación española de DAV esta March for Life. A primera hora, invitados por el Congreso de EE.UU. participamos en el Memorial por los no nacidos y sus padres y madres con ocasión de la «Marcha por la Vida». Después de pasar los exhaustivos controles de seguridad, participamos en un acto entrañable, en Capitolio, el corazón donde se toman las decisiones políticas más importantes en EE.UU. En el acto no dejamos de contar con testimonios, como el de una entrañable anciana que nos contaba cómo ha sido detenida varias veces por manifestarse frente a los negocios  abortistas; cuando le expresé mi admiración, me contestó que” lo suyo es poco”, comparado con lo de una amiga suya, que ronda los 85 años, quien también ha sido detenida repetidas veces, y “que se tatuó en la mano derecha las letras P, R y O, y en la mano izquierda las letras L, I, F y E, con el fin de seguir hacer llegar su mensaje cuando tuviera que presentar las manos a la policía para ser esposada o para ser tomaras las huellas dactilares”. Este es el compromiso, el activismo y la positividad de quienes defendemos la mejor de las causas: el derecho a vivir. Archivo facilitado por el sacerdote español Custodio Ballester. Lasvocesdelpueblo.

Presuntos Pederastas: Para el Mundo y Para la Iglesias

«Incluso sin quererlo, la autoridad se encuentra conducida siempre a recorrer el camino jurídico más breve y menos complejo, aunque sea en detrimento de una menor tutela de los derechos de los fieles, derechos que dan el sentido profundo al servicio ministerial del gobierno del pueblo de Dios» (Davide Citto, Pontificia Universidad de la Santa Cruz).

Ésa es en efecto la tendencia de la autoridad, dentro del estricto cumplimiento de la ley del mínimo esfuerzo. ¿Que es en detrimento de los que están encomendados a su tutela? Ya, pero eso es ley de vida, es la norma, es lo normal.

Aquí tenemos a los obispos purgando sus penas sobre nuestras espaldas -los curas-

Lo extraordinario es un pastor diligente que está al tanto de todo y llega a tiempo para que un chispazo no se convierta en incendio. Es la responsabilidad in vigilando. Y puesto que esa responsabilidad falló hasta límites escandalosos, aquí tenemos a los obispos purgando sus penas sobre nuestras espaldas.

Todos los días 25 voy en cabeza de la «Marcha por la Vida» identificado como sacerdote, obviamente. Y siempre que hay grupos de proabortistas en la calle y en los balcones, he de escuchar que me acusen de pederasta.

La jerarquía ha contribuido a ello de manera determinante que el mundo ha interpretado como complicidad en el delito

Para que eso funcione a piñón fijo, han tenido que ocurrir cosas más graves que los casos de curas pederastas. Esta situación se explica por el odio a la Iglesia y a la religión, obviamente; aunque no sólo por eso.

La jerarquía ha contribuido a ello de manera determinante a causa de su silencio, que el mundo ha interpretado como complicidad en el delito. En el más misericordioso de los juicios, es el silencio de los buenos dejando que el mal campe a sus anchas.

Aquí estamos los curas defendiéndonos como podemos (bastante mal) de la presunción de culpabilidad cuando se nos acusa de pederastia. Muy mal se ha gestionado esta lacra (que no es mayor en la Iglesia que en otros colectivos asimilables) para que las cosas estén así.

Para expiar esa culpa de los obispos, todos los curas, por el hecho de ser curas, estamos sujetos a la sospecha de pederastia

Y lo peor es que al no haber arrancado la cizaña cuando empezaba a brotar, ni el mundo (por supuesto que no) ni tampoco la Iglesia como jerarquía, están dispuestos a distinguir la cizaña del trigo.

Y para expiar esa culpa de los obispos, he aquí que todos los curas, por el hecho de ser curas, estamos sujetos a la sospecha de pederastia.

Ante cualquier sospecha o acusación, el cura es tratado por la administración eclesiástica (del obispo para arriba) como presunto pederasta. Con la severa inclinación a pasarlo de la categoría de presunto a la de probable. Ahí está el decreto episcopal (acordado por todo el colectivo de obispos) que nos obliga a los curas a pasar por el Registro de Delincuentes Sexuales.

En efecto, la última revisión del Motu propio Sacramentorum sanctitatis tutela convirtió en el ordenamiento jurídico eclesial la expulsión ex officio del estado clerical —sin proceso, por decreto administrativo, sin posibilidad de recurso, pues lleva la firma del Papa— en ¡procedimiento ordinario para infligir esta pena expiatoria! Y aquí viene cuando la matan…

Las condiciones del procedimiento administrativo, por estrictas que pretendan ser,—situación de particular gravedad, certeza del delito y dar al acusado la posibilidad de defenderse— no pueden comparase con las de un proceso penal con jueces, testigos, pruebas, fiscal y abogado defensor. Porque todas esas “condiciones” son tremendamente subjetivas, sin normativa procesal que las delimite.

La certeza moral debe excluir toda duda fundada sobre la culpabilidad y dejar de subsistir la posibilidad absoluta de la inocencia

En procedimiento administrativo sumarísimo sólo ofrece al acusado la posibilidad de defenderse a sí mismo como pueda y con todas la de perder. Si es inocente, queda indefenso; y si es culpable, la valoración de las circunstancias agravantes o atenuantes se hace impracticable, ya que el procedimiento tiene un carácter sancionador, puesto que parte de la presunción de culpabilidad, dirigido exclusivamente a la consecución de la certeza moral del hecho y de la culpabilidad del acusado.

Pero la certeza moral debe excluir toda duda fundada o razonable sobre la culpabilidad y dejar de subsistir la posibilidad absoluta de la inocencia. Así la definía Pio XII.

Pero este proceso administrativo no puede garantizar ese tipo de certeza. Sólo podría hacerlo un juicio penal que se excluye para ser rápidos y expeditivos. No hay de entrada presunción de inocencia, sino de culpabilidad. El acusado debe demostrar su inocencia, como el hombre acusado de maltrato a la mujer, pues de entrada se le hace culpable.

Y del proceso administrativo emana una sentencia perpetua e inapelable, emitida por “jueces” que pueden ser dispensados de la condición sacerdotal y del doctorado en Derecho Canónico y que tienen además la facultad de sanar los actos procedimentales en caso de ¡violación de leyes procesales por parte de los tribunales inferiores!, salvo el derecho de defensa.

Pero es evidente que la “sanación” indiscriminada de las leyes procesales violadas afectará de manera seria ese derecho. También la prescripción del delito, que aumenta de 10 a 20 años y que tanto la Congregación para la Doctrina de la Fe como la del Clero puedan hasta dispensar la prescripción, no tiene en cuenta que el paso del tiempo hace difícil administrar justicia porque se diluyen las pruebas y la objetividad de los testimonios, y a su vez aumenta el riesgo de condenar a un inocente.

Se trata pues de la destrucción de todo Derecho. Con el agravante de que en virtud de la derogación de los cánones garantistas para el acusado (1317, 1319, 1342,2 y 1349), al aplicar el canon 1399 pueden castigarse por este procedimiento incluso violaciones de normas no penales.

El párroco de la Inmaculada Concepción de Hospitalet de Llobregat (Barcelona), Custodio Ballester Bielsa, durante una entrevista a Lasvocesdelpueblo, el pasado sábado 13 de agosto de 2016. Lasvocesdelpueblo.

 ¿Cuál es entonces el “escándalo” que toca castigar en cada instante?: La presencia de la bandera de España en una celebración religiosa

Es decir que pueden penalizarse comportamientos no sujetos a ninguna pena en razón de la prevención o reparación de posibles escándalos presentes o futuros. ¿Cuál es entonces el “escándalo” que toca castigar en cada instante? ¿La exhibición de una bandera independentista? ¿La procesión de los legionarios con el Cristo de la Buena Muerte? ¿La presencia de la bandera de España en una celebración religiosa?

Es el mismo procedimiento y la misma discrecionalidad que para perseguir la pederastia. Es decir, que por no haber sancionado los obispos en su momento a los sacerdotes reos de los más abominables delitos, por haber abdicado de su responsabilidad, ahora estamos todos los sacerdotes sometidos a un régimen sancionador expeditivo no sólo para la pederastia, sino para cualquier otra cuestión disciplinaria a la que quiera dar importancia el Sr. Obispo.

Y el hecho de que el control del desarrollo del procedimiento lo tenga el mismo organismo que lo realiza –Congregación para la Doctrina de la Fe y la del Clero– y que los instructores y hasta los jueces puedan ser dispensados de ser sacerdotes o doctores en Derecho Canónico y que puedan “sanar” las violaciones de las leyes procesales, lo asemeja todo a aquellos comités anarquistas de la CNT-FAI que, sin apenas formación jurídica, eran acusadores, jueces y ejecutores.

Si la presunción de inocencia no existe, existe la plena posibilidad de utilizar la calumnia como el arma más eficaz contra el enemigo, el rival, o vete a saber qué. Un arma con un potencial destructor demoledor e irreparable.

Ahí está el caso del sacerdote peruano reducido al estado laical por decreto y absuelto del delito de abusos por el tribunal civil que afirma que la denuncia fue falsa. Hace un año que espera que la Congregación para la Doctrina de la Fe y el mismo Santo Padre le devuelvan las licencias.

«Info Vaticano, Domingo 25 de Diciembre de 2016. Luis Bazalar, el sacerdote acusado injusamente de violación, pide al Papa que le restituya» [enlace aquí].

Parece que la firma del Papa en un decreto de expulsión ex offcio a un sacerdote inocente, suscita nuevos problemas jurídicos. Así hemos quedado los sacerdotes por la incuria de los obispos. ¿Cada palo que aguante su vela? No, no, la de ellos nos toca también a nosotros. Para eso somos la tropa.

¿Está la iglesia en guerra? ¿Está inmersa en una revolución? Qué se dejen de mandangas

Qué se dejen de mandangas. El Derecho común, es decir, el que todos reconocen como tal, nunca condena a una pena perpetua sin posibilidad de recurso y sin un juicio penal previo.

Jamás en derecho común, lo penal se ha convertido en administrativo, exceptuando los tribunales populares de la Unión Soviética. Y los tribunales de guerra y los revolucionarios… Y las repúblicas bananeras.

Y sin embargo, la Iglesia lo hace hoy por proceso administrativo con la firma inapelable del Papa. ¿Está la iglesia en guerra? ¿Está inmersa en una revolución?

Cuando un proceso administrativo sumarísimo crea la indefensión del sacerdote que puede haber sido calumniado y niega al culpable la posibilidad de hacer valer sus atenuantes, el derecho ha dejado de respetar los derechos del hombre y de impedir el abuso de la autoridad: el abuso de poder.

Ya no se trata sólo de evitar y castigar los abusos sexuales, sino de penalizar lo que no es delito por proceso administrativo

Y ya no se trata sólo de evitar y castigar los abusos sexuales, sino de penalizar lo que no es delito por proceso administrativo en razón de los “escándalos” existentes y los que puedan surgir en el futuro, a tenor del canon 1399: acabando así de confundir el posible “escándalo” con la opinión de la gente y del obispo en cada momento.

Al final parece que vamos hacia una podemización de la justicia eclesiástica, hacia una radicalización puritana a la que parece no interesar tanto la verdad como el castigo rápido, ejemplar y público.

¿Cómo distinguiremos a los herejes de aquellos que no lo son? ¡Matadlos a todos, Dios reconocerá a los suyos!

Como Arnaldo Almaric, abad de Poblet y religioso del Cister, que dirigió la cruzada contra los herejes albigenses.

Cuando iban a conquistar la ciudad de Béziers, un oficial le preguntó: ¿Cómo distinguiremos a los herejes de aquellos que no lo son? Arnaldo respondió: Caedite eos. Novit enim Dominus qui sunt eius. ¡Matadlos a todos, Dios reconocerá a los suyos! La historia se repite… como casi siempre.

diciembre 17th, 2016 by lasvoces

Redacción – [Custodio Ballester Bielsa, Sacerdote de la Parroquia Inmaculada Concepción de Hospitalet de Llobregat (Barcelona)]  Además de pasar por el registro de delincuentes sexuales, exposición fulminante y sin juicio de cualquier acusado. Se nos ha puesto muy difícil ser curas, muy cuesta arriba. Y todo por la cobardía de los obispos que no cumplieron con su obligación de vigilar y limpiar, en vez de dejar que se les acumulase la basura y les llegase hasta las cejas. Hospitalet de Llobregat (Barcelona) España, sábado 17 de diciembre de 2016. Fotografía: El párroco de la Inmaculada Concepción de Hospitalet de Llobregat (Barcelona), Custodio Ballester Bielsa, durante una entrevista a Lasvocesdelpueblo, el pasado sábado 13 de agosto de 2016. Archivo Lasvocesdelpueblo.

Encubrieron la pederastia de unos pocos durante decenios, y dejaron crecer el mal… por el bien de la Iglesia, dicen: para ahorrarle la vergüenza y el bochorno. Como fue una decisión muy corporativa, nadie ha resultado culpable de haber consentido que se instalase en la Iglesia esa monstruosidad.

La ruina del Derecho Canónico

Y ahora viene el desquite, también corporativo: puesto que como dice el mundo, todo cura, por el hecho de ser cura es sospechoso de pederastia, los obispos han tomado la determinación de que todos los curas pasen por el registro de delincuentes sexuales para que certifiquen de cada uno que él no ha incurrido en delito de pederastia.

Bien, ¿no? Y eso ¿para qué? Pues porque los obispos sienten la imperiosa necesidad de demostrarle al mundo que ellos están contra la pederastia de los curas.

¿Sólo eso? No, que aún hay más. Para que el mundo vea lo seriamente que están dispuestos a luchar contra esta gran lacra los que nunca hicieron nada, han decidido que a partir de ahora cualquier cura que sea acusado de pederastia será expulsado fulminantemente por vía administrativa, es decir a la brava según el mejor criterio del obispo. Bien, ¿no?

Cualquiera que se empeñe en cargarse a un cura lo tiene facilísimo, basta que le acuse de pederastia

Ríanse ustedes de las leyes de género en las que todo hombre acusado por una mujer de maltratador, incurre de inmediato en presunción de culpabilidad. Ríanse de la multitud de inocentes que han sufrido acusaciones falsas, con las que tan a menudo se allanan los procesos de separación.

Ríanse ustedes. Cualquiera que se empeñe en cargarse a un cura lo tiene facilísimo. Basta que le acuse de pederastia. De momento ya se lo ha cargado, porque el obispo lo expulsará fulminantemente: para demostrar que está celosamente contra la pederastia.

¿Y luego? Luego como el caso del sacerdote peruano reducido al estado laical por decreto no suspendido a divinis, como dice el artículo— y absuelto del delito de abusos por el tribunal civil, que afirma que la denuncia fue falsa. Hace un año que espera que la Congregación para la Doctrina de la Fe le devuelva las licencias. [El extraño caso de un sacerdote peruano que quiere seguir siendo cura pese a estar suspendido a divinis (enlace aquí)].

Parece que la firma del Papa en un decreto de “dimisión (es decir expulsión) ex officio” contra un sacerdote inocente, sin apelación posible, suscita nuevos problemas jurídicos…

¿A los irresponsables que por cobardía no atajaron el mal, les pedimos que asuman las responsabilidades de las que abdicaron entonces?

¿Por qué regla de tres tendríamos que creernos que los obispos incendiarios son los más indicados para apagar el incendio que ellos mismos provocaron? ¿A los irresponsables que por cobardía no atajaron el mal, les pedimos que asuman las responsabilidades de las que abdicaron entonces?

¿Los mismos que pecaron gravísimamente al consentir la práctica de la pederastia por parte de sacerdotes de sus diócesis, van a tener más acierto y ecuanimidad al condenar por vía administrativa de urgencia a los sacerdotes que incurran en acusación de cometer ese delito? ¿No sucumbirán a la tentación de lavar sus culpas pasadas con la sangre del inocente? Si son capaces de hacer pasar a todos los sacerdotes por el registro de delincuentes sexuales por el simple hecho de ser sacerdotes ¿qué no harán cuando pase por sus manos una denuncia? La del peruano.

Dejan en la indefensión a los clérigos víctimas de calumnia

Es el caso que desde hace más de quince años, la cuestión de los abusos perpetrados por clérigos a menores ha sido publicitada y magnificada interesadamente por los lobbys de comunicación internacionales. Todo ello puso bajo tal presión a la jerarquía eclesial que no vio otra salida a la situación creada, que decretar intervenciones rápidas y eficaces (mal que nos duela, simple operación de imagen para acallar al mundo) con el objetivo de salir de una emergencia provocada por la omisión de tantos obispos que durante tantísimos años dejaron de actuar en su momento.

Las normas procesales promulgadas bajo esa presión son un despropósito jurídico: dejan en la indefensión a los clérigos víctimas de calumnia. Y ya se han dado tales casos. Es lo que ocurre cuando se quiere ganar corriendo, el camino que dejó de hacerse andando.

He aquí en resumen la secuencia por la que se ha llegado a esta situación

He aquí en resumen la secuencia por la que se ha llegado a esta situación: allá por 1980, los trabajos de reforma del Código de Derecho Canónico plantearon la cuestión de la dimissio ex officio del estado clerical, es decir la expulsión o secularización del estado clerical no por proceso penal, sino por decreto administrativo. En aquel momento se desechó tal posibilidad, pues podía prestarse a abusos, ya que la tutela de los derechos del hombre la defensa del encausado— no puede dejarse a la discrecionalidad en el ámbito administrativo.

En 1988 el cardenal Ratzinger, Prefecto entonces de la Congregación para la Doctrina de la Fe, escribía al cardenal Castillo Lara, Presidente de la Comisión para la Interpretación del Derecho Canónico, que entre las peticiones de dispensa del sacerdocio había algunas motivadas por comportamientos graves y escandalosos que era más razonable resolver mediante expulsión y no mediante dispensa.

El cardenal Castillo contestó que eso implicaba la simplificación de los procedimientos; que la solución estaba en que los obispos asumiesen la responsabilidad de intervenir ejercitando su potestad de gobierno. El cardenal Castillo quería evitar poner en peligro el derecho de defensa de los fieles y cargar a la Santa Sede con una responsabilidad que tenía cada obispo diocesano por razón de su oficio pastoral.

Hubo otro intento en 1997 de establecer una normativa para la “dimisión del estado clerical ex officio” con las siguientes condiciones: certeza de las acusaciones y de la culpabilidad del clérigo; rechazo por parte de éste de pedir la dispensa; imposibilidad de actuar de otro modo para expulsar al sacerdote.

Todos los Dicasterios consultados entonces expresaron serias reservas al procedimiento express, pues la simplificación del procedimiento canónico -nada de proceso; decreto y punto- no permitía el correcto ejercicio del derecho de defensa del acusado ni tampoco la certeza necesaria para imponer una pena tan grave a perpetuidad, y sin posibilidad de apelación.

La cosa se desencalló poco tiempo después cuando, en razón de la dificultad en muchos países de misión de disponer de tribunales eclesiásticos debidamente constituidos, se concedieron a la Congregación para la Evangelización de los Pueblos esas facultades especiales que ahora se han hecho casi comunes.

Se estableció pues la posibilidad de la reducción al estado laical por procedimiento administrativo con unas, aparentemente, estrictas condiciones: habría que abrir una investigación para obtener la certeza moral suficiente —concepto no admitido en ningún tribunal civil— para imponer la secularización por la extrema gravedad del delito, después de permitir al acusado defenderse, ofreciéndole como salida menos insultante la posibilidad de autoexpulsarse.

Estas facultades especiales se convirtieron en una vía excepcional en paralelo al procedimiento ordinario que quedaba derogado de hecho, pues ya no había obligación de instruir un proceso judicial, sino sólo administrativo, infligiendo una pena expiatoria perpetua que hasta entonces se prohibía imponer por decreto. Y un decreto de expulsión emitido por el mismo Papa, lo cual excluye toda posibilidad de apelación o recurso, como ocurre en todo procedimiento que impone una pena.

El Motu proprio de Juan Pablo II Sacramentorum sanctitatis tutela de 30 de abril de 2001 y sus posteriores modificaciones extendió a toda la Iglesia las facultades que se habían concedido excepcionalmente a la Congregación para la Evangelización de los Pueblos (para los países de misión).

Ya no era necesario que el Obispo tomase medidas penales o que faltase el correspondiente tribunal. El caso es remitido por el obispo directamente a la Congregación para la Doctrina de la Fe. Es suficiente la certeza moral del delito, su gravedad y la necesidad de llegar a una solución eficaz y contundente.

Y ya no se trataba sólo de los delicta graviora —los delitos más graves— (abuso de menores o adultos vulnerables), sino de todos los que podían conllevar la expulsión del estado clerical:

Violación directa o indirecta del secreto de confesión, atentado al Santo Padre, solicitación de favores sexuales utilizando la Confesión sacramental, los clérigos que contraen matrimonio aunque sea sólo civil, los curas concubinarios, los sacrilegios…

En fin, lo que se entiende por colocar totalmente fuera del Estado de Derecho un derecho tan acrisolado durante siglos como el canónico.

octubre 23rd, 2016 by lasvoces

Redacción – [Custodio Ballester Bielsa, Sacerdote de la Parroquia Inmaculada Concepción de Hospitalet de Llobregat (Barcelona)]. Pilar Rahola, periodista y exdiputada de Esquerra Republicana de Cataluña ERC (…), una atea abortista, pero admiradora -dice- de los misioneros, aleccionando a la Iglesia católica en presencia de dos significados obispos (…). Algún alma cándida debió pensar que la invitación episcopal llegó después de alguna secreta conversión de Pilar Rahola que ahora se hacía pública. ¡Pero no! Ella misma lo desmintió tres veces a lo largo de su melindroso pregón. Al principio, en medio y al final. Hospitalet de Llobregat (Barcelona), domingo 23 de octubre de 2016. Fotografía: Barcelona 23 de marzo de 2013. En la Imagen Pilar Rahola Martínez, una ultra-abortista secesionista antiespañola y exdiputada del partido del xenófobo catalanista Oriol Junqueras Vies: Izquierda Republicana de Cataluña (ERC) en el Congreso de los Diputados del Reino de España entre 29 de junio de 1993 a 18 de enero de 2000, durante una entrevista con la agencia española de noticias ‘Efe’ donde aprovechaba para presentar su novela con el título ‘La calle del Embudo’; 30 años después de haber escrito una obra de juventud con la que ganó un premio. Archivo Efe.

¿A quién se le ocurrió la infeliz idea? Una atea abortista, pero admiradora -dice- de los misioneros, aleccionando a la Iglesia católica

Pilar Rahola tiene capacidad de convocatoria. El 80% de las personas que llenaron la Sagrada Familia no van a la Iglesia habitualmente o son descreídas (P. Anastasio Gil. Director de las Obras Misionales Pontificias)

El pasado 15 de octubre Pilar Rahola, periodista y ex diputada de Esquerra Republicana, predicó un melifluo sermón en el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia de Barcelona.

Ella fue la persona designada por el director nacional de las Obras Misionales Pontificias, el sacerdote Anastasio Gil, para pronunciar el pregón en España de la Jornada Misional del Domund (Domingo Mundial de la Propagación de la Fe).

¿A quién se le ocurrió la infeliz idea? ¿Qué inteligencia penetrante y maquiavélica urdió la maniobra? Una atea abortista, pero admiradora -dice- de los misioneros, aleccionando a la Iglesia católica en presencia de dos significados obispos (enlace relacionado aquí)

[Vídeo (Enlace del autor). Telecinco TV. Programa ‘La Noria’ (11.03.12). Pilar Rahola: El ministro “Ruiz Gallardón (PP) está planteando un discurso ultracatólico”. Según la colaboradora de Telecinco, ningún país europeo ha tocado el aborto regulado.]

Cuando el Ministro de Justicia del PP propuso la reforma de la Ley Aído del aborto libre, la Rahola se desató en el programa ‘La Noria’ de Telecinco.

Estaba cabreadísima por las declaraciones de Esperanza Aguirre. A la pobre se le había escapado que todo aborto es un fracaso de la mujer, y una violencia estructural.

Doña Pilar no pudo más y afirmó a voz en grito: Yo no sé por qué Ruiz Gallardón tiene complejos. Él está planteando el discurso típico más ultracatólico en este tema desde siempre. Es la España ultracatólica. Es la España integrista. Es la España de la Contrarreforma. Y esa España saca la patita y de vez en cuando manda. Entonces hay algunos derechos civiles que nos ha costado una barbaridad de conseguir, que nos los vuelven a fastidiar.

No hay ningún país de Europa, ¡en ninguno! donde el aborto regulado, el gobierno de derechas lo haya sacado. Es el único España. ¡España es el único! No lo han hecho los ingleses.

No lo ha hecho el gobierno de Sarkozy que es de derechas y no ha tocado el aborto, que es infinitamente más avanzado que el nuestro.

¡Pero de lejos! Y aquí en cambio ¿qué pasa? Pero, claro, como queda mal decir que han vuelto a sacar la capuchita y han hecho de ultracatólicos, nos venden un discurso que además es un discurso progre, que es el tema de la violencia estructural para meternos el gol de la regresión.

Dicho lo cual, Sr. Ruiz Gallardón, ¿violencia estructural? Sí. Cinco millones de parados. Eso sí que es violencia estructural. ¿Violencia estructural? La feminización de la pobreza. ¿Violencia estructural? Un embarazo no deseado.

¿Violencia estructural? Chavalas de catorce o quince años que se queden embarazadas y que les fastidies la vida para siempre. ¡Eso es violencia estructural!

La gente conocía su currículum y protestó: ¿La abortista Rahola pregonera del Domund? ¡Vergonzoso!

Ahí estaba. Pilar Rahola en estado puro, sin incienso y sin maquillar. La gente conocía su currículum y protestó: ¿La abortista Rahola pregonera del Domund? ¡Vergonzoso!

¡Hasta ahí podíamos llegar! Don Anastasio Gil y los que la recomendaron –no creo que el Director de las Obras Misionales contactara con ella directamente– debieron pensar que la comunidad católica estaría tan narco-intoxicada como ellos y se pusieron como fieras cuando la indignación popular se manifestó con fuerza. Y es que los prebostes de las Obras Misionales Pontificias, lejos de amilanarse, sacaron pecho.

Algún alma cándida debió pensar que la invitación episcopal llegó después de alguna secreta conversión de Pilar Rahola que ahora se hacía pública. ¡Pero no!

Ella misma lo desmintió tres veces a lo largo de su melindroso pregón. Al principio, en medio y al final. Que si no soy creyente, que si Dios me resulta un concepto huidizo y esquivo. La palabra de Dios como fuente de bondad y de paz, y no al uso de Dios como idea de poder y de imposición.

Y luego toda esa papilla buenista medio kantiana, medio socialdemócrata del amor a los pobres y de unos valores evangélicos a los cuales no los sostiene el Espíritu de Cristo -en el que no cree, claro-, sino sólo la admirable heroicidad de unos cuantos misioneros.

¡Qué guay! Viene una de fuera y nos descubre la sopa de ajo; lo que pesa es lo que dijo la Rahola

Bueno, tal vez su furibunda actitud proabortista había cambiado… Así lo parecían sugerir las palabras del padre Anastasio: Una mujer que desde el principio se confiesa como no creyente nos dice a los que discutimos si primero es el pan y después la palabra, que la evangelización precede a los proyectos de desarrollo.

¡Qué guay! Viene una de fuera y nos descubre la sopa de ajo. Lo que dijo Pablo VI en la encíclica Evangelii Nuntiandi y lo que ha sostenido la doctrina católica a lo largo de los siglos no pesa; lo que pesa es lo que dijo la Rahola. Y sigue el padre Gil: Ella nos habla de la excelencia de la evangelización, de que la virtud de la caridad supera a la solidaridad, la caridad movida por amor a Dios. Que lo diga Pilar Rahola tiene mucho mérito. El mérito que no tienen ni Pablo VI, ni Juan Pablo II seguramente.

¡Haga usted el examen de conciencia que quiere para los demás, pero no para sí mismo, D. Anastasio!

Por último, Anastasio Gil concluyó recordando que la Iglesia acoge a los pecadores: No seré yo quien excluya a Pilar porque cometa el error de defender el aborto, porque a pesar de sus ideas, es hija de Dios. La Iglesia no tiene una aduana. Aquellos que han excluido a esta mujer, pienso que tendrían que hacer examen de conciencia.

Es verdad, la Iglesia acoge a los pecadores… ¡para que se arrepientan, no para colocarlos en el púlpito! Y el defender el aborto no es un simple error, un descuido, una confusión. Defender el aborto como lo hace la Rahola es una actitud genocida. Es defender el exterminio de aquellos inocentes que no tienen voz ni voto.

Y es establecer un crimen abominable como un derecho; es destruir esa civilización que se construyó sobre los mandamientos de ese Dios en el que no cree.

Y en su caso, ridiculizar y descalificar a los que no piensan como ella y defienden la vida. Pero a usted, D. Anastasio, eso le da lo mismo, ¿verdad? Porque seguramente no tenía a nadie más digno ni más famoso para hacer su pregón. ¡Haga usted el examen de conciencia que quiere para los demás, pero no para sí mismo, D. Anastasio!

octubre 20th, 2016 by lasvoces

Redacción – [Custodio Ballester Bielsa, Sacerdote de la Parroquia Inmaculada Concepción de Hospitalet de Llobregat (Barcelona)]. Pues eso: templar gaitas. Es decir, recurrir a contemplaciones y miramientos con ciertas personas para evitar contrariarlas y enojarlas: a ellas y a los círculos de poder que las sustentan (…). El silencio de los obispos ante escándalos públicos y notorios, dio pábulo a las más amargas acusaciones que ha recibido la Iglesia en su historia. Los pecados de unos y los silencios de otros, trajeron a la Iglesia humillación y vergüenza. ¿Cómo habían de escarmentar los demás, si la respuesta del obispo era el silencio, el disimulo y al final el ocultamiento? Y para coronar esa cobardía, en vez de dar la cara ajustándoles las cuentas a los delincuentes, se esconden detrás del decretazo que obliga a todos los curas a confesar públicamente que “ellos no son delincuentes”. Hospitalet de Llobregat (España). Fotografía: Hospitalet de Llobregat (Barcelona) España, el pasado sábado 13 de agosto de 2016. El párroco de la Inmaculada Concepción de Hospitalet de Llobregat (Barcelona), Custodio Ballester Bielsa, durante una entrevista a Lasvocesdelpueblo. Archivo Lasvocesdelpueblo.

Los pecados de unos y los silencios de otros, trajeron a la Iglesia humillación y vergüenza

No admitas una acusación contra un presbítero, a menos que esté apoyada por dos o tres testigos. A los que pequen repréndelos públicamente para que los demás escarmienten (1Timoteo 5,19).

Resulta que todos los obispos de España, sobreactuando evidentemente y yendo más allá de lo que pide la ley, están pidiendo el certificado antipederastia a sus sacerdotes, como si eso fuese una solución.

Y no va por ahí la solución, ni muchísimo menos. Si la Iglesia ha caído en el descrédito ante el mundo, no es tanto por los casos de pederastia de la tropa, que no son mayores que los de otros colectivos con trato habitual con niños; sino porque al haber adoptado los mandos la estrategia de inhibirse por sistema ante esas conductas, el efecto cierto de su estrategia irresponsable ha sido la extensión de la gangrena y la multiplicación exponencial del escándalo que quisieron evitar.

Resultado de esa estrategia cobarde interpretada por muchos como consentimiento tácito, ha sido el enquistamiento del mal allí donde lo hubo, y el consiguiente descrédito de la Iglesia. Y acabó siendo ese silencio de los pastores (silencio necesario para que avanzara el mal) la mayor causa de daño y de escándalo.

¿Por qué no siguieron el consejo del apóstol a los presbíteros que pequen, repréndelos públicamente para que los demás escarmienten? La omisión de ese deber tan obvio por parte de los pastores, ha dado lugar a las peores acusaciones de complicidad con el mal.

El silencio de los obispos ante escándalos públicos y notorios, dio pábulo a las más amargas acusaciones que ha recibido la Iglesia en su historia. Los pecados de unos y los silencios de otros, trajeron a la Iglesia humillación y vergüenza. ¿Cómo habían de escarmentar los demás, si la respuesta del obispo era el silencio, el disimulo y al final el ocultamiento? Y para coronar esa cobardía, en vez de dar la cara ajustándoles las cuentas a los delincuentes, se esconden detrás del decretazo que obliga a todos los curas a confesar públicamente que “ellos no son delincuentes”.

La valentía y la acción coordinada que no tuvieron para “reprender públicamente a los presbíteros que pequen”, es decir a los culpables, la tienen ahora para inscribir a todos sus clérigos en el Registro de Delincuentes Sexuales, obligándoles de ese modo a “defender” su inocencia.

¿Cuestionada por quién? No por el Estado, que nada les ha pedido, sino por la repentina ansia de que no haya ninguna duda de la plena colaboración de la Iglesia con la sociedad civil. Es así como los obispos pretenden demostrar urbi et orbi que ellos no sólo no eluden su deber de vigilar, sino que hasta se adelantan previniendo el mal de ese modo. Es lo que les va: exhibir un ostentoso y ampuloso gesto burocrático.

Un gobierno que, como pontifica Hillary Clinton, podrá dictaminar hasta qué punto las religiones pueden conformar sus dogmas

¿Tranquiliza el certificado negativo la conciencia de alguien? ¿El someter a la Iglesia a la normativa del Estado la exonera a partir de ahora de cualquier responsabilidad? ¿Se está afrontando el problema ya desde los seminarios o se trata sólo -como decía el cardenal Vidal y Barraquer- de ganar tiempo, salvar todo lo que sea posible y concretar un arreglo interino o modus vivendi con el gobierno?

No perdamos de vista que se trata de ese gobierno globalista que representa la corrección política, esa casta que define el bien y el mal, esa casta que se cree llamada a dirigirnos, a mostrarnos la verdad y diría que hasta el sentido de la vida, también a la Iglesia. Un gobierno que, como pontifica Hillary Clinton, podrá dictaminar hasta qué punto las religiones pueden conformar sus dogmas. Y claro, para estos pastores es esencial templar gaitas para no perder los lazos que les unen con el poder político.

Porque el certificado de pureza sexo-racial no parece movido por razones morales sino económicas: para evitar que las indemnizaciones por casos judiciales acaben siendo de una cuantía inasumible; acompañada ésta por una razón de imagen: para que la presión social se vea satisfecha al ver que la jerarquía eclesiástica ha comprado la “mercancía” de que es razonable asociar los términos cura y pederasta.

Y que en virtud de tal asociación todo cura tendrá que llevar encima el certificado con el que “demuestre” que no lo es. ¿Y eso para qué? Pues para tapar que el aspecto más grave del problema no es que haya habido y que siga habiendo pederastas en la Iglesia, sino que los obispos ni hayan hecho ni parezca que tengan intención de hacer nada. Porque en vez de coger por los cuernos al toro que les está embistiendo, van y se sacan del capote esta faenilla de lucimiento: el certificado estatal emitido por el Registro Central de Delincuentes Sexuales para todos los curas. Y esperan que les aplaudamos la faena.

Los casos se abren, pero no se cierran. ¿Qué ocurrió con los curas de Granada? ¿En qué quedó la cosa?

¿Y luego qué? ¿Eso es todo? Hay en este momento algunos casos abiertos, flagrantes, conocidos por todos y aireados por los medios (especialmente internet) respecto a los cuales no sólo en nuestra diócesis, sino también en otras de Cataluña y en el resto de España, los obispos no quieren mojarse.

Los casos se abren, pero no se cierran. ¿Qué ocurrió con los curas de Granada? ¿En qué quedó la cosa? Y los casos escandalosos de la Casa de Santiago, que no sólo no se cerraron, sino que “se exportaron” a otros países por la cobardía de los eminentísimos cardenales que no se atrevieron a afrontarlos de cara y que en cierta manera siguen abiertos, ¿qué se hizo de ellos?

Nuestra Casa de Santiago, en efecto, aún sigue vivita y coleando de facto, no de iure (su gran preboste sigue concentrando las máximas prebendas de la diócesis, y viajando en visita pastoral a las filiales de la institución en el extranjero). ¿Y qué hace el obispado al respecto? Pues eso: templar gaitas. Es decir, recurrir a contemplaciones y miramientos con ciertas personas para evitar contrariarlas y enojarlas: a ellas y a los círculos de poder que las sustentan. Un trato mesurado que hay que dispensar a algunas personas difíciles de contentar o complacer. Para los demás curas y diáconos, la inmensa mayoría de los cuales nunca han dado que hablar… ¡leña al mono que es de goma!

El entramado judicial está controlado de tal manera por los que detentan el poder político corrupto y corruptor

Es lo mismo que ocurre en política con la corrupción. El mal no está en que haya políticos corruptos, que siempre los habrá. El mal está en que el sistema está diseñado para que sea prácticamente imposible pillarlos y condenarlos. El entramado judicial está controlado de tal manera por los que detentan el poder político corrupto y corruptor, que así no hay forma de que se acabe la putrefacción.

La eternización de los procesos es el piélago en que se hunde toda corrupción. Se persigue, claro que sí, con enorme saña legal. Pero luego viene esa justicia de pies de plomo, con la que no hay manera de avanzar. Pero la “voluntad” de acabar con la corrupción, nadie la puede negar.

Si durante años ciertos seminarios han estado llenos de seminaristas homosexuales, ¿se extrañan ahora los señores obispos de que haya casos de abuso de menores? Y aunque no estuvieran llenos… ¡Cuántos formadores haciendo la vista gorda ante las plumas de sus pupilos! ¡Son tan requetefinos, sonrientes y pelotillas…! De aquellos polvos vienen esos lodos, que no se limpian con un miserable e indiscriminado certificado. Benedicto XVI puso el dedo en la llaga; y los enemigos de la moral católica, el grito en el cielo.

Ésa es la manera de tapar la pasada negligencia de los obispos con actuaciones exprés

El resultado nefasto de esta situación es que tan necesitados están de hacer gestos ante la opinión pública, que si a cualquier obispo le llega una denuncia sobre un presunto abuso de algún sacerdote, inmediatamente lo deja al pie de los caballos con certificado o sin él, lo remueve de su parroquia, lo confina y luego le pregunta y si al final resulta todo una calumnia… Nunca volverá a la parroquia de la que salió y su nombre quedará manchado para siempre.

Es la tremenda urgencia por sobreactuar. ¿Es esa la nueva justicia de la ley de tolerancia cero? No, ésa es la manera de tapar la pasada negligencia de los obispos con actuaciones exprés. Para que no se diga. Se ganan las portadas de los medios, que es de lo que se trata.

Exigir una demostración de inocencia antes que la de culpabilidad, nos aproxima vertiginosamente a un estado policial

Y es que la cadena siempre acaba rompiendo por el eslabón más débil: los curas y los diáconos. De nada sirve el tranquilizante consuelo de pensar que todos los obispos lo han hecho y que se ha decidido consensuadamente. La decisión de exigir inmediatamente el certificado estatal a una clase de tropa mayoritariamente inocente, no deja de acercarse peligrosamente a la prevaricación: ese concepto jurídico por el cual una autoridad, juez u otro servidor público dicta una resolución arbitraria en un asunto administrativo o judicial a sabiendas de que dicha resolución es injusta. Exigir una demostración de inocencia antes que la de culpabilidad, nos aproxima vertiginosamente a un estado policial que coacciona y condena aún antes de juzgar.

Que nuestros pastores se suban al carro de lo políticamente correcto ahora -antes no, claro- supone una ruptura de confianza casi insalvable con aquellos que son sus primeros colaboradores y deberían ser sus hijos más queridos. Y todo para tapar sus culpas.

¡Que pidan cuentas a los culpables y dejen en paz a los inocentes!

Pero a pesar de lo penoso de la circunstancia, todavía está vigente aquella ley natural en virtud de la cual nadie está obligado a obedecer una ley injusta y mucho menos la autoridad tiene derecho a urgir su cumplimiento. ¿Exigir que todo el clero baje la cabeza humillado por las perversiones de una minoría?

¡Que pidan cuentas a los culpables y dejen en paz a los inocentes! ¿O es que la autoridad ha dejado de serlo para convertirse en pura tiranía al servicio del poder dominante?

octubre 6th, 2016 by lasvoces

Redacción – [Custodio Ballester Bielsa, Sacerdote de la Parroquia Inmaculada Concepción de Hospitalet de Llobregat (Barcelona)]. ¿Está el sacerdocio por su naturaleza exclusivamente dirigido a un público menor de edad? Pareciera que no. No todos los sacerdotes tienen ese trato habitual. La mayoría de ellos tratan con todos los feligreses por igual, pequeños y mayores y bastante más a estos últimos. En su virtud, dice el decreto, todas las entidades diocesanas que dependen de la archidiócesis de Barcelona (delegaciones, parroquias, asociaciones, fundaciones, movimientos, Cáritas…) están obligados a cumplir inmediatamente con la normativa estatal sobre protección a la infancia y adolescencia en la medida (…). Hospitalet de Llobregat (Barcelona), jueves 5 de octubre de 2016. Fotografía: El párroco de la Inmaculada Concepción de Hospitalet de Llobregat (Barcelona), Custodio Ballester Bielsa, durante una entrevista a Lasvocesdelpueblo, el pasado sábado 13 de agosto de 2016. Archivo Lasvocesdelpueblo.

Llama la atención que el Decreto firmado por el arzobispo de Barcelona vaya más allá y disponga que (…) se aplique en el ámbito diocesano la normativa del Estado

A todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, hace que les pongan una marca en la mano derecha o en la frente; de modo que el que no lleve la marca con el nombre de la fiera o con los numerales de su nombre, no pueda comprar ni vender (Apocalipsis 13,16).

El Decretazo

La Ley Orgánica 1/1996, de Protección Jurídica del Menor, modificada por la Ley 26/2015 y la Ley 45/2015 de voluntariado, establecen la obligación de que se aporten certificados negativos del Registro Central de Delincuentes Sexuales para todos los profesionales y voluntarios que trabajan en contacto habitual con menores.

Por eso, llama la atención que el Decreto 23/16 firmado por el arzobispo de Barcelona D. Juan José Omella de 20 de septiembre de 2016 vaya más allá y disponga que, para que no haya ninguna duda de la plena colaboración de la Iglesia con la sociedad civil, se aplique en el ámbito diocesano la normativa del Estado.

En su virtud, dice el decreto, todas las entidades diocesanas que dependen de la archidiócesis de Barcelona (delegaciones, parroquias, asociaciones, fundaciones, movimientos, Cáritas…) están obligados a cumplir inmediatamente con la normativa estatal sobre protección a la infancia y adolescencia en la medida en que su actividad comporte contacto habitual con menores de edad, incluyendo en este concepto el trato ocasional relacionado con la actividad pastoral.

¿Qué necesidad tenía el Sr. Arzobispo de decretar la aplicación de una norma estatal en el ámbito eclesiástico?

El Estado puede pedir, dentro de sus atribuciones, todos los certificados que quiera, aún a costa de convertirse en un estado policial donde ya no exista la presunción de inocencia, sino la de culpabilidad.

Pero, ¿qué necesidad tenía el Sr. Arzobispo de decretar la aplicación de una norma estatal en el ámbito eclesiástico? ¿Quién le ha asesorado para meter a todos los sacerdotes en el Registro Central de Delincuentes Sexuales como si el sacerdote fuese per se sospechoso de pederastia? ¿O acaso va con el orden sacerdotal la irrefrenable inclinación a la pederastia? ¿Cómo es eso?

¿Está el sacerdocio por su naturaleza exclusivamente dirigido a un público menor de edad? Pareciera que no

La misma Agencia Española de Protección de Datos en su informe 0401/2015 interpreta que para considerar “trabajo habitual con menores”, es necesario que el puesto de trabajo implique por su propia naturaleza y esencia, un contacto habitual con menores, siendo los menores los destinatarios principales del servicio prestado. No siendo necesario presentar el certificado en aquellas profesiones que, teniendo un contacto habitual con el público en general, entre los que pueden encontrarse menores de edad, no estén por su naturaleza exclusivamente destinados a un público menor de edad.

¿Está el sacerdocio por su naturaleza exclusivamente dirigido a un público menor de edad? Pareciera que no. No todos los sacerdotes tienen ese trato habitual. La mayoría de ellos tratan con todos los feligreses por igual, pequeños y mayores y bastante más a estos últimos.

El certificado

Sin embargo el decreto se refiere a todos: clero parroquial (párrocos, vicarios, adscritos y diáconos) que tenga contacto habitual u ocasional o no lo tenga nunca.

También los seminaristas y los catequistas. Es decir, ¡todo bicho viviente! Para todos ellos es necesario que obtengan el certificado negativo cuando comience el curso 2016/17, e inmediatamente -los sacerdotes- entregarán una copia del mismo a la Secretaria General del Arzobispado de Barcelona.

Por cierto, ¿qué hay de la Fundació Escola Cristiana? ¿Y de los profesores de religión? El decreto los señala genéricamente: laicos que trabajan en las entidades diocesanas enumeradas.

¿No sería mejor prevenir desde la realidad de una inclinación sexual definida? Por tanto, certificado de inclinación sexual obligatorio para los sacerdotes

Enumeradas con puntos suspensivos… pues no los nombran directamente. Y ellos sí que tienen trato habitual con menores. Y en un territorio especialmente conflictivo a estos efectos como lo es la escuela. Únicamente se señala directamente a los clérigos, hasta el punto de que las penas canónicas que enumera el artículo 6 del decreto se refieren casi exclusivamente a ellos: a los curas y a los diáconos, y a nadie más.

La desvergüenza de este affaire es que por evitar emitir un certificado positivo de mala conducta, es decir por seguir enmascarando los casos flagrantes, públicos y notorios de aquellos que realmente están implicados en algún caso de perversión, todos los curas estemos obligados a obtener un certificado negativo de mala conducta, porque así todos somos iguales y por tanto, al ser todo cura sospechoso de pederastia, todo cura se ha de molestar en demostrar que no es pederasta.

¿Y eso cómo se demuestra? Y si se trata de un certificado preventivo, que no es garantía de nada pues en él sólo constaría que el interesado no ha tenido una condena en firme, pero no que ha sido investigado o imputado…

¿por qué no un certificado de inclinación sexual hetero u homo o bisexual? Si lo que buscamos es prevención y la mayoría de delitos sexuales contra menores han sido cometidos por homosexuales hechos y derechos… ¿no sería mejor prevenir desde la realidad de una inclinación sexual definida? Por tanto, certificado de inclinación sexual obligatorio para los sacerdotes. ¿Qué tal el invento?

En relación con la pederastia, los medios lo han dejado clarísimo: ser cura es ya ser sospechoso

Y un paso más en la prevención, poniendo el acento en la vigilancia. ¿Qué han estado haciendo nuestros obispos y cardenales al respecto? Disimular y entrar en expedientes eternos, que es tanto como consentir.

Ahí está la impunidad de la Casa de Santiago y de los amigos del padre Alfredo Rubio de Castarlenas. ¿Y es por tapar toda esa basura por lo que hemos de constar todos los curas en el Registro Central de Delincuentes Sexuales?

¡Ah!, que es para decir que no lo somos. ¿Y por qué no incluyen en él a los abogados, a los jueces, a los médicos, a los policías, a los asistentes sociales? Hombre, ¡cómo vas a comparar! En relación con la pederastia, los medios lo han dejado clarísimo: ser cura es ya ser sospechoso. De ahí la necesidad de tenernos a todos fichados. ¡A que sí, señor Vicario Judicial!

El autor

Pero no, D. Juan José Omella no ha sido ni el artífice ni mucho menos el inductor de esta medida. Lo considero un verdadero padre de los sacerdotes como para pensar ni un solo instante que esta medida hubiese sido idea suya. No.

Fue mosén Santiago Bueno, Vicario Judicial y Presidente del Tribunal Eclesiástico, el que llevado de su celo purificador de corte inquisitorial, redactó ese decreto, entre beatorro y amenazante…

La Srta. Mª Montserrat Romaguera, abogada y responsable de la Asesoría Jurídica del Arzobispado, fue la encargada de presentar la perentoria

Si miramos de dónde proceden los excesos de los inquisidores, nos encontramos siempre con lo mismo: sobreactuación para alejar de ellos toda sospecha de connivencia con el mal que persiguen.

La Srta. Montserrat Romaguera, abogada y responsable de la Asesoría Jurídica del Arzobispado, fue la encargada de presentar la perentoria necesidad del certificado negativo.

Pues bien, parece que el alegato de la comisionada fue tan efectivo que convenció a D. Juan José y a los vicarios episcopales –parece que a regañadientes– para que finalmente el Arzobispo decretara la obligación del clero barcelonés de demostrar su pureza racial.

La elocuente perorata de la jurisconsulta: que si la tolerancia cero, que si el Papa lo exige, que si el Estado lo requiere, que si las denuncias, que si las indemnizaciones, que si otros obispados ya lo han hecho… les hizo mella.

Acogotó de tal manera al Consejo de Gobierno, que decretaron con prontitud el certificado negativo: no sé si como placebo para el ataque de ansiedad que provocó la apasionada letrada, o como carnaza narcotizante para tranquilizar la conciencia de alguien y cubrirle, al menos económicamente, las espaldas. El mentor de la jurista podía respirar aliviado. Lo había conseguido.

La sospecha

Lo que resulta bochornoso es que para camuflar a aquellos de los que se sabe positivamente que se les va la mano, todos los demás tengamos que demostrar nuestra inocencia.

Con este decretazo admitimos que, por definición, el hecho de ser sacerdote lo convierte a uno en sospechoso de pederastia y debe, por tanto, demostrar que no lo es. Certificado negativo y todos contentos: Santiago Bueno, el Ministerio de Justicia y Puigdemont. Y es que todo el conjunto adolece de una sobreactuación sospechosa.

Que dejen tranquilo al mayoritario resto de un clero que bastante pena tiene con sufrir además de la sospecha de la sociedad

Ese deseo de pureza sexo-racial a la que aspiran ciertos jerarcas de la Iglesia, parece desmontar aquello de que la mujer del César además de ser honrada y casta debe parecerlo. Ya no debe parecerlo, ¡sino que ha de demostrarlo! Algunos se cubrirán de gloria, aunque la infamia manche a los demás. Que denuncien a los que de verdad son un peligro para los menores -¿es que todavía no los conocen?- y así sí que ganarán credibilidad.

Y que dejen tranquilo al mayoritario resto de un clero que bastante pena tiene con sufrir además de la sospecha de la sociedad, inducida por la pasividad de unos líderes ausentes, la pena de vivir su sacerdocio en un tiempo tan calamitoso como éste.

septiembre 14th, 2016 by lasvoces

Redacción – [Custodio Ballester Bielsa, Sacerdote de la Parroquia Inmaculada Concepción de Hospitalet de Llobregat (Barcelona)]. (…) No nos engañemos, el Islam de hoy y de siempre, que es lo que estamos intentando cohonestar con el cristianismo, con una mano impulsa las obras de caridad, mientras arma la otra mano para aniquilar a todos aquellos que se niegan a reconocer a Alá, y a Mahoma como el último y definitivo profeta de Dios. (…) Y es que el encuentro mismo no es el mensaje. El encuentro entre Francisco y el gran imán no transforma por sí mismo una realidad de cientos de años, ni la historia de Mahoma: el profeta que se pasó toda la vida de razzia en razzia sometiendo a sangre y fuego a los que le llevaban la contraria. Hospitalet de Llobregat (Barcelona), España, miércoles 14 de septiembre de 2016. Fotografía: El párroco de la Inmaculada Concepción de Hospitalet de Llobregat (Barcelona), Custodio Ballester Bielsa, durante una entrevista a Lasvocesdelpueblo, el pasado sábado 13 de agosto de 2016. Archivo Lasvocesdelpueblo.

(Mahoma. El Corán. Sura 9:29): «¡Combatid contra quienes, habiendo recibido la Escritura, no creen en Alá ni en el último Día, ni prohíben lo que Alá y Su Enviado han prohibido, ni practican la religión verdadera, hasta que, humillados, paguen el tributo directamente!».

No creo que monseñor Juan José Omella estuviese demasiado bien inspirado cuando escribió su carta dominical titulada «El necesario diálogo con el islam» [Enlace de la carta del monseñor Juan José Omella]. Esa nueva reactivación del diálogo cristiano-musulmán, paralizado por las supuestas “imprudencias” del añorado Benedicto XVI, está muy lejos de hacerse realidad. Y es que el islam no admite diálogo. O crees, o eres un infiel que debe ser sometido de una manera o de otra.

En los países donde los musulmanes tienen el poder, los cristianos son brutalmente perseguidos y asesinados

Es igual que afirmar, con toda la buena voluntad del mundo, que los católicos hemos de mantener un diálogo abierto y conciliador con los abortistas, los eutanasistas y los promotores de la ideología de género. Pues no, no es eso. Una cosa es que no despreciemos a las personas por lo que creen y piensan y no las persigamos por ello, y otra bien distinta que tengamos que poner a hibernar nuestra fe para que no choque con el dogma progre y con la ideología que le ha declarado la guerra a nuestra fe.

Con el gravísimo inconveniente añadido de que se la han declarado también a las personas. En los países donde los musulmanes tienen el poder, los cristianos son brutalmente perseguidos y asesinados. ¿De qué diálogo hablamos pues? Y ya el colmo es que puestos a ser dialogantes, además de silenciar “por prudencia” nuestra fe, tengamos que hacerle reverencias a la suya. Es el nuevo estilo de la nueva época: diálogo no sólo con el islam (con la fe islámica), sino también con la nueva ingeniería social y moral y con sus aberraciones. ¡Es lo que se lleva!

Cuando en enero del 2011 un coche bomba, detonado por islamistas en las puertas de la catedral copta de Alejandría, dejó 21 muertos y más de 70 heridos entre los fieles que asistían a la Misa de Fin de Año, el Papa Benedicto XVI alzó su voz para denunciar lo que tantos entonces y ahora quieren callar o maquillar: la feroz persecución de los cristianos en los países musulmanes.

Hay que meterse en la cabezota de los moros para entenderlos, los cristianos en territorio musulmán son tolerados y “protegidos”

Este acto –afirmó Benedicto– ofende a Dios y a toda la humanidad. Este vil gesto de muerte, como colocar bombas ahora cerca de las casas de los cristianos en Irak para obligarlos a irse, ofende a Dios y toda la humanidad, que justamente ayer oró por la paz e inició con esperanza un nuevo año.

La respuesta islámica no se hizo esperar: el gran imán de la universidad de Al-Azhar consideró estas palabras como una injerencia inaceptable: No estoy de acuerdo con el punto de vista del Papa –afirmó–, y me pregunto por qué el Papa no ha llamado a proteger a los musulmanes cuando les matan en Irak. Se refería al líder máximo de los cristianos, y le parecía fatal que los defendiese cuando los mataban los musulmanes…

Y es que hay que meterse en la cabezota de los moros para entenderlos. Los cristianos en territorio musulmán son tolerados y “protegidos”, son dhimmi, es decir, si tributan al poder islámico pagando la Jizya, un impuesto especial que pagan sólo los cristianos para poder practicar su fe sin que se les persiga y se les condene por ello. Las minorías cristianas de países con mayoría musulmana como Siria o Irak son obligados a pagar la Jizya para evitar ser asesinados o esclavizados.

¡Qué se habrá creído el Papa pretendiendo imponerles normas de conducta a los países musulmanes!

Y ésta, por supuesto, es una situación especial de gracia que puede terminarse cuando el poder religioso o el político lo crean conveniente. Por eso consideran que es una injerencia intolerable de Benedicto XVI meterse en los asuntos internos de un país musulmán por muchos dhimmi –cristianos– que asesinen. Los infieles son propiedad del Estado, que puede disponer de ellos como le convenga: o cobrándoles el impuesto de los infieles o exterminándolos. ¡Qué se habrá creído el Papa pretendiendo imponerles normas de conducta a los países musulmanes!

Luego vendrá el gran imán de la Universidad de Al-Azhar (el mismo que criticó duramente a Benedicto XVI), Ahmad Al-Tayeb y abrazará al papa Francisco. Pero eso no cambiará la naturaleza de un islam fundamentado en una revelación directa e inmediata que se hace libro -el Corán- indiscutible e ininterpretable. Tal cual está escrito, hay que creerlo. La oración, la limosna, la peregrinación a la Meca y… ¡también la yihad y el exterminio de los infieles!

Si se continúa diciendo que «el islam es una religión de paz» solamente creamos confusión y perplejidad

Y es que el encuentro mismo no es el mensaje. El encuentro entre Francisco y el gran imán no transforma por sí mismo una realidad de cientos de años, ni la historia de Mahoma: el profeta que se pasó toda la vida de razzia en razzia sometiendo a sangre y fuego a los que le llevaban la contraria.

El encuentro no puede ser el mensaje: un abrazo y una foto no significan nada, si no se tiene el valor de decir que el Islam tiene evidentes elementos de violencia en el Corán y en la vida de Mahoma. Si se continúa diciendo que «el islam es una religión de paz» solamente creamos confusión y perplejidad. Y sobre todo si no se tiene el coraje de poner, frente a la figura de Mahoma el guerrero, la imagen del Crucificado, el Señor del Universo. Buena diferencia, ¿no? ¿O es una imprudencia recordarles a los musulmanes la distinta naturaleza de la religión cristiana?

El Islam con una mano impulsa las obras de caridad, mientras arma la otra mano para aniquilar a todos  aquellos que se niegan a reconocer a Alá

Y que no me venga nadie con la cantinela de que en el cristianismo también hay violencia porque hay cristianos que matan a la suegra, pues la violación de los mandamientos no ha estado avalada nunca por la Sagrada Escritura ni ahora ni nunca. Y que no nos cuenten hoy lo que fue el cristianismo ayer (que muchos episodios cuenta en que también se impuso por la espada), condenándolo ferozmente, por supuesto: ¿para argumentar que lo del cristianismo estuvo muy mal, pero lo del islam es pura paz?

No nos engañemos, el Islam de hoy y de siempre, que es lo que estamos intentando cohonestar con el cristianismo, con una mano impulsa las obras de caridad, mientras arma la otra mano para aniquilar a todos aquellos que se niegan a reconocer a Alá, y a Mahoma como el último y definitivo profeta de Dios.

septiembre 8th, 2016 by lasvoces

Redacción [Custodio Ballester Bielsa, Sacerdote de la Parroquia Inmaculada Concepción de Hospitalet de Llobregat (Barcelona)]. Si los que tenéis que ser luz, no sois luz ¡Qué grande es la oscuridad! (Mt 6,23). Con 75 años –edad de canónica jubilación- Josep María Forcada, médico y sacerdote, sigue siendo prior de la Iglesia del Hospital de la Santa Creu y Sant Pau de Barcelona. Encargado pues de la atención religiosa de los enfermos de la institución junto con dos sacerdotes más. No sólo eso. Es también representante del Arzobispado [Enlace] en la Muy Ilustre Administración (MIA) del Hospital, junto con la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, y en las Fundaciones de Gestión, Investigación y de Patrimonio del centro sanitario y miembro fundador de su Comité de Bioética. Hospitalet de Llobregat , Barcelona (España), jueves 8 de septiembre de 2016. Fotografía: El párroco de la Inmaculada Concepción de Hospitalet de Llobregat (Barcelona), Custodio Ballester Bielsa, durante una entrevista a Lasvocesdelpueblo, el pasado sábado 13 de agosto de 2016. Lasvocesdelpueblo.

Entrevistado por el Periódico de Catalunya, en la sección Gente Corriente de la contraportada se ha descolgado con unas declaraciones, en el mejor de los casos, ambiguas y en el peor… francamente inquietantes [Enlace].

Es lo que hoy está de moda: lo políticamente correcto. Que para un cura es llevarse bien con todo el mundo. Ser un hombre de mundo. No destacar en nada, y mucho menos por tener hondas convicciones religiosas y una fe que resplandezca. Si hoy un hombre de Iglesia se ha de ganar el respeto de la gente, no ha de ser por su condición religiosa, sino por otras cualidades humanas –carrera, habilidades artísticas- y por un saber estar y saber jugar con todas las barajas. Ahí va.

Tenemos que poder hablar afirma Forcadaabiertamente y con naturalidad de temas como el aborto o la eutanasia, para asegurar el respeto de la voluntad del enfermo y su enfoque de la vida. Por eso también pusimos en marcha el comité de bioética del Sant Pau.

Para un capellán de hospital, lo prioritario no es asegurar el respeto de la voluntad del enfermo y su enfoque de la vida. Eso no es hacer de capellán, sino de asistente social. Oficio muy digno, pero totalmente distinto. El capellán tiene un MENSAJE que transmitirles a los enfermos. Un mensaje, una “Buena Noticia”, un Evangelio, que muchos de ellos reconocerán en cuanto vuelvan a oírlo. El capellán ha de ser la oportunidad que se les dé a los enfermos de volver a conectar con Jesucristo, entregado por nuestros pecados y resucitado para hacernos justos (Rm 4,25). Oportunidad ofrecida humildemente. Sin coacciones y sin espíritu proselitista… ¡Pero sí con fe! Que resplandezca en el capellán la convicción de estar ofreciéndole al enfermo lo mejor que puede ofrecerle. Pura bondad de corazón en el Corazón de Cristo.

Y lo de asegurar el respeto de la voluntad del enfermo viene luego y como consecuencia de la bondad y de la dulzura del mensaje evangélico. No como consecuencia de haber silenciado la Buena Noticia del Evangelio, no vaya a ser que le resultase incómoda al enfermo, a su pariente o al de la cama de al lado. El cura ha de ejercer de cura, no de asistente social.

De esa misma actitud equívoca (y equivocadora) viene eso de que tenemos que poder hablar abiertamente y con naturalidad de temas como el aborto y la eutanasia. ¿En qué sentido, padre Forcada? Supongo que en el sentido cristiano, ¿no? Poder hablar con la mayor naturalidad, e iluminados por la fuerza de la fe, de la maldad intrínseca del aborto y de la eutanasia, crímenes execrables. No hay que callar. Y mucho menos ante los organismos del Hospital de Sant Pau, donde usted es el representante eclesiástico. Otra cosa es que haya que hacerlo con toda la caridad y misericordia propia del cristiano. No es caritativo ni misericordioso que le ocultemos a ninguno de los implicados en el aborto y en la eutanasia, los males morales que arrastran consigo estas graves desviaciones de la conducta moral.

Ahora mismo estoy asistiendo a un drama posteutanasia. Una hija que ha estado cuidando con intenso amor a su madre incapacitada en silla de ruedas durante 10 años. Y al final sucumbió a la propuesta tecnificada y edulcorada de la eutanasia que le hizo un hospital. Su madre, tenía momentos de lucidez durante su último declive, totalmente irreversible. Pues la hija, que consintió a la propuesta de los médicos de los “cuidados paliativos”, bastante elásticos, sufre intensamente porque está convencida de que con la puesta en marcha de esos cuidados paliativos le hurtó a su madre momentos de lucidez, de dulce comunicación con su hija (la comunicación era espléndida) a pesar de que apenas era capaz de pronunciar algunas palabras, varios momentos de VIDA al fin y al cabo. Que con su decisión acortó la vida bien vivida de su madre.

¿Y hay alguien que hable del síndrome posteutanasia y postaborto en el Comité de Bioética del Hospital Sant Pau? ¡Menudo enredo! Los curas han de hablar abiertamente y con naturalidad de eutanasia también con los enfermos… ¿O es que hablarles del Evangelio de la Vida es demasiado antinatural? Y si el aborto ha de ser tratado con naturalidad, supongo que el padre Forcada permanecerá vigilante en la Muy Ilustre Administración para que no se practiquen esos abortosinterrupciones médicas del embarazo, según el gerente -[Enlace]- que desgraciadamente han hecho famoso al Hospital de Sant Pau en los cinco continentes.

septiembre 7th, 2015 by lasvoces

Redacción [Custodio Ballester Bielsa, párroco de Inmaculada Concepción. Hospitalet de Llobregat] – ¿De qué le sirve al hombre ganar todo el mundo, si al final pierde su alma?  (Mateo 16:26 y Marcos 8:36)

¿Y de qué le sirve a la Iglesia ganarse todo el mundo si pierde su alma, si para ello ha de renunciar a su esencia y a su identidad? Es la reflexión que se me ocurre hacer ante la inminencia del Sínodo al que acuden algunos obispos y cardenales capitaneados por el cardenal Kasper, el teólogo genuflexo: dispuestos todos ellos a vender su alma, si no la han vendido ya, por ganarse al mundo.

Suerte que la Iglesia por ser católica, auténticamente católica, no tiene por qué dejarse doblegar por Alemania, ni por Bélgica, ni por Holanda. Y en la Iglesia, que hoy más que nunca está ejerciendo de católica, no es más potente la voz de la vieja Europa que la de la joven África. Porque en África no sólo la Iglesia, sino también la sociedad, llaman depravación moral y claudicación de la sana doctrina a lo que en Europa han dado en llamar modernidad, progreso y ampliación de los derechos humanos.

No es de las Sagradas Escrituras ni del Magisterio de la Iglesia de donde sacan sus ideas estos obispos y cardenales montaraces, sino que se abrevan directamente del mundo, de lo que el mundo llama modernidad y progreso, poniendo en peligro no sólo su alma, sino lo que es infinitamente más grave, el alma de la Iglesia. Se han empeñado estos tales en dejar a la Iglesia irreconocible. Si pasa por ella el tifón Kasper arrasándola, no la reconocerá ni Cristo que la fundó.

Tendría que preocuparnos profundamente que el mundo haya dejado de perseguir a la cabeza visible de la Iglesia, después de haberlo hecho durante años con una saña que ya no recordábamos. Muchos se felicitan de esta nueva situación, y la ven como una señal de acierto de la Iglesia, cuando ya nos advirtió el mismo Cristo que desconfiásemos si empezaban a alabarnos y a hablar bien de nosotros (cf. Lc. 6,26). Agradar al mundo y halagarlo para recibir a cambio sus halagos, no es precisamente una manera de atraer al mundo hacia la Verdad, sino de dejar que la gran mentira devore a la Verdad.

Y viniéndonos algo más cerca, tendría que preocuparnos hondamente que la Iglesia en Cataluña se haya acercado tanto, tanto a la nueva vida que les promete el nuevo mundo de Yupi independentista que se han inventado (un mundo, cosa inaudita, en cuyo diseño han tenido los eclesiásticos de Cataluña una participación muy destacada). ¿De qué les sirve a todos estos sacerdotes, religiosos y religiosas capitaneados por sus obispos, ganar ese mundo si han perdido ya el alma de la Iglesia y la suya propia? ¿De qué se ufanan unos y otros y otras si lo que consiguen ganando ese mundo tan falso es que también Cataluña pierda su alma? ¿De dónde les viene la seguridad de que esa Cataluña que están pariendo sin alma conseguirá siquiera arrancar el primer llanto? La Cataluña que han perfilado en el Estatuto y que rematarán en la Constitución que están preparando, tan rabiosamente anticristiana, no será. El obispo Torras i Bages dixit hace más de cien años.

Y ya, para rematar el repaso de los que en nuestro entorno ganan el mundo y pierden su alma, nos queda el actual gobierno de España: ¿de qué le sirve ganar el mundo, ganar el reconocimiento de Europa y de los mercados, salir incluso de la crisis económica, si nada de eso le sirve para salvar su alma? Una España que se les rompe en las manos: ¿se puede ser más torpe y más zafio? “Tened cuidado, no le deis golpes, que la llevo a la basura”. ¿Para eso tanto esfuerzo económico? ¿Para quedarnos sin España? Pero es que antes le quitaron el alma, también cristiana, que tenía España. ¿Cómo quieren los bobos solemnes que nos gobiernan que España siga viva si ya no tiene alma?

¿De qué le sirve al gobierno haber ganado la batalla económica, si España pierde su alma? ¿De qué nos sirve que el gobierno dedique todos sus esfuerzos a la futilidad de sanear la economía, si por haberse entretenido en esa estupidez cuando tenía urgencias mucho mayores, deja que se pierda la nación? ¿Qué sentido tiene que España gane todo el dinero del mundo si deja de ser España?

¿Y la Iglesia qué ha hecho por salvar a España, al país en que vive y al que por tanto se debe? No a los tropecientos gobiernos y administraciones, sino a la sociedad; que su territorio no es la política, sino la fe y la moral. Si hubiese hecho más religión y menos política ante los gobiernos y ante la sociedad, si hubiese defendido la doctrina moral de la Iglesia con más nitidez, con más diuturnidad y con mayor contundencia, otro gallo nos cantara. Han dejado que los políticos avanzaran en la destrucción de la fe y de la moral. ¿Para sustituirla por otra fe y por otra moral? No, sino para instalarse primero en una tremebunda crisis moral (¿y por qué no la llamamos directamente de inmoralidad?) y a partir de ahí ya no importa en qué crisis: si económicas, sociales o políticas. Ya no importa. ¿Y a la Iglesia no le correspondía ningún papel en la contención de la tremenda inmoralidad que arrasa Cataluña, España y todo Occidente? ¿O es que eso no va con la Iglesia?

¿De qué nos sirve a todos ganar tanto y tanto, si al final hemos perdido el alma? Y si la perdemos… si perdemos nuestra alma cristiana y católica, ¿podremos entonces recuperar una España donde cada ser humano hombre o mujer, no nacido todavía o anciano vea reconocida su verdadera dignidad?