mayo 22nd, 2017 by Ana Maria

Redacción Ana Maria Torrijos, licenciada en Filología Clásica-. Los secesionistas, paso a paso, con un gratuito permiso por incomparecencia de las instituciones, están cerca de alcanzar sus anhelos, que no son otros que romper la Nación. Y ese perverso proceso amenaza la salud mental de todos. Los contrarios al Estado de Derecho, al no encajar en él sus esquemas mentales y no ver amparados sus planes, quieren hacer pasar su manera de soslayar las leyes por un procedimiento democrático e inducen a considerar ajustado al marco legal lo que lo dinamita. San Cugat Del Vallés (Barcelona) España, lunes 22 de mayo de 2017. Fotografía: Parlamento de Cataluña (Barcelona) España, 29 de septiembre de 2016. El presidente separatista catalán supera la moción de confianza con los votos de los ultraviolentos de CUP con la condición de convocar y celebrar el referéndum de autodeterminación de Cataluña antes del 17 de septiembre de 2017 en Cataluña, con o sin aval del Gobierno del presidente Mariano Rajoy. En la imagen, la líder de CUP, Anna Gabriel (i), saluda al presidente catalán, Carles Puigdemont (d), tras la votación de la moción de confianza. Archivo Efe.

Sorprende la cantidad de noticias de carga violenta, los improperios que lanzan personajes de relevancia social, hasta los discursos agrios por su contenido, con los que se adornan los políticos. No conviene olvidar el enrarecido y creciente ambiente que se extiende en las escuelas y ciudades. Sí, es una realidad que nos va minando y nos aleja de creer en los grandes valores que hacen del hombre un ser especial. Pero, siendo esto inquietante, más nos tiene que preocupar el cambio de significado del lenguaje que algunos con intereses maquiavélicos han osado introducir en nuestras relaciones públicas. La intención de fondo es llegar a manipularnos y provocar una involución.

El transcurso del tiempo y el uso continuo de la palabra propicía la aparición de nuevas acepciones, para luego compartir esos varios significados o facilitar la extinción de alguno de ellos. Un ejemplo claro lo tenemos en el término latino -barbarus- que si en sus origenes significaba -extranjero- hoy día entendemos que quiere decir -cruel-, la conexión está en que durante el siglo V los pueblos germánicos, ajenos a la civilización, asolaron el Imperio Romano y provocaron su caida. Las siguientes generaciones ante la catástrofe transformaron el sentido del término.

Y ese perverso proceso amenaza la salud mental de todos

El ritmo social que nos ha tocado vivir, dista mucho de esa evolución pausada y natural de la expresión oral; ahora se pretende a la fuerza que la acepción se prostituya y se adapte a comportamientos contrarios a su verdadero significado. Y ese perverso proceso amenaza la salud mental de todos. Los contrarios al Estado de Derecho, al no encajar en él sus esquemas mentales y no ver amparados sus planes, quieren hacer pasar su manera de soslayar las leyes por un procedimiento democrático e inducen a considerar ajustado al marco legal lo que lo dinamita.

El objetivo a batir es la legalidad constitucional

Pero no queda aquí, van más allá. Conseguido su primer propósito de alterar semanticamente los requisitos necesarios que acrediten su estrategia, se proponen que los sectores ajustados a derecho sean considerados traidores a la legislación, envueltos en este proceso de permuta de los esquemas mentales. El objetivo a batir es la legalidad constitucional.

El expresidente de la Generalidad de Cataluña y presidente de Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), Artur Mas, impone la medalla representativa del cargo al nuevo presidente de la Generalidad, alcalde Gerona hasta el mismo instante de Cataluña y también alto cargo de CDC, Carles Puigdemont, que hoy, domingo 12 de enero de 2017, ha tomado posesión, tras el rechazo frontal de la ultraviolenta CUP de la candidatura de Artur Mas. Archivo Efe.

Los secesionistas, paso a paso, con un gratuito permiso por incomparecencia de las instituciones, están cerca de alcanzar sus anhelos, que no son otros que romper la Nación.

El Estado Español y todo el que les pretenda impedir el referendum ilegalizado no es democrático

Primero clamaban “som una nació”, luego esgrimían “autodeterminació”, después “el dret a decidir”, y ahora añaden “votar es democràtic”, conclusión: el Estado Español y todo el que les pretenda impidir el referendum, ilegalizado por el Tribunal Constitucional, no es democrático. Sólo el nacionalismo está legitimado y por lo tanto avalado para dirigir el ritmo de la sociedad catalana, la catalana secesionista. De ahí las ínfulas del señor Arrufat, portavoz del Secretariado Nacional de la CUP, al gritar ” insubmissió ” y al añadir que la defensa de la consulta es la mejor aportación a la democratización de Europa.

Llegado a este punto de las actuaciones involucionistas, con la guinda de la conferencia del presidente de la Generalidad en Madrid, facilitada por la maléfica Alcaldesa de la   capital y la propuesta humillante que la Vicepresidenta del Gobierno le ha brindado de darnos a conocer en el Congreso de los diputados, lugar de la soberanía nacional, el plan “tan democrátic” de rotura de España, no nos queda otra salida que cuestionarnos la estima a nuestra patria, legado de muchísimas generaciones y el respeto que nos merece la ley.

Se necesita una conjunción de personas de relevancia en distintos sectores intelectuales

Si no reaccionamos del estado amnésico que nos han inculcado los inventores de la peligrosa ingenieria lingüística y no recuperamos la cordura, nos será difícil proyectar un futuro en un marco de libertades individuales. Se necesita una conjunción de personas de relevancia en distintos sectores intelectuales, políticos y económicos, para crear una plataforma con solidez democrática, capaz de ofrecer a los ciudadanos un modelo de país serio, heredero de un pasado de siglos, no nostálgico, sino repleto de ilusión en el futuro. Una plataforma que tenga clara la dirección a seguir, comprometida con la ciudadanía, con la honestidad, con la labor bien hecha, y en gran medida con el respeto a la ley, en consecuencia a la libertad.

De (i) a (d), la portavoz del gobierno catalán, Neus Monté, el vicepresidente del gobierno, Junqueras y el presidente Carles Puigdemont. Archivo Efe.

Es imprescindible que arrinconemos y quitemos argumentos a los que han deteriorado la democracia

Es imprescindible que arrinconemos y quitemos argumentos a los que han deteriorado la democracia, unos por no actuar con esos principios, otros por inconsistencia en sus valores, pero sobre todo a los que no saben otra cosa que aplicar la violencia, mercadear con los derechos de las personas y excitar los sentidos, los sentimientos en lugar de aplicar el razonamiento por medio de normas lógicas.

Un Gobierno incapaz de salvar la integridad de España y una oposición desmenuzada en tracas entre fallidas

Un contexto desolador, un Gobierno incapaz de salvar la integridad de España y una oposición desmenuzada en tracas entre fallidas, camufladas pero algunas con un motor propulsor que las dirige a su objetivo la Democracia.

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mayo 7th, 2017 by Ana Maria

Redacción Ana Maria Torrijos, licenciada en Filología Clásica-. Hemos pasado de los derechos de las personas a los derechos de los territorios, incompatible con la legalidad vigente. (…) las entidades secesionistas ANC y Omnium Cultural emiten en sus comunicados improperios contra las instituciones españolas. ¿Dónde está el límite? Debe haberlo y por lo tanto imperioso asumirlo. Leyes redactadas hay muchas y si están, es para aplicarlas en defensa de la legalidad. La ley es lo que vertebra a un Estado democrático, no es el votar lo que nos hace libres, lo somos si se respeta la ley. San Cugat Del Vallés (Barcelona) España, domingo 7 de mayo de 2017. Fotografía: Varios niños atienden a la profesora en una escuela. Archivo Efe.

Afirmar que la seguridad jurídica es la que fortalece el Estado de Derecho y permite el avance de la sociedad en economía, en educación, en política y en general en todos los espacios de actuación. Sostener que madurez democrática es saber buscar los instrumentos que permitan que ese poder judicial tutele los derechos civiles, evitando los posibles abusos del poder político. Todo esto es la clave de cualquier sistema parlamentario democrático.

Estamos ante una gran pantalla audiovisual y en ella sorprendidos vemos proyectar una y otra vez escenas de posibles encausados, desde un expresidente autonómico, diputados, concejales, periodistas, empresarios hasta algún que otro sindicalista. Noticias relacionadas con la corrupción política, ralentizadas durante años, son  servidas ahora a la carta en un sólo paquete a modo de estímulo. Si la verdad es imprescindible en el ámbito oficial, también lo es agilizar las acusaciones y procurar resolverlas lo más pronto posible sin intrusismo alguno.

Con reiterada frecuencia los portavoces de las fuerzas políticas, al sentirse inculpados por ciertas correrías ilegales, niegan que el partido y sus líderes estén implicados en la corrupción descubierta. Es lamentable que con estas respuestas improvisadas se burlen de los que emanan los poderes del Estado, de los que mantienen con sus impuestos una maquinaria institucional, en un principio creada para facilitar el bienestar de la población, pero que poco a poco se ha transformado en una piedra de molino que va hundiendo en cenagosas aguas a todo un pueblo.

La falta de claridad, de presencia, de empeño en cumplir lo que conlleva el cargo ha roto la confianza obligada al presidente, al ejecutivo, y esta omisión ha permitido que los contrarios a la libertad, sostenida por el imperio de la ley, ganen terreno en detrimento de los derechos individuales. Un gobierno que no asume sus competencias no es digno de ostentar el poder ejecutivo. Esta lamentable situación hace peligrar el funcionamiento democrático y los ciudadanos por mucho que se apresten en intentar enderezarla les es muy difícil conseguirlo. No existe en la actualidad fuerza política capaz de ocupar esa alta responsabilidad, ni en la izquierda ni en la derecha. Y nosotros pendientes de los escándalos económicos, perdemos de vista los problemas que nos acechan y que necesitan ser solucionados cuanto antes.

Como docente me pregunto con insistencia ¿Qué referente de honestidad podemos ofrecer a los alumnos? ¿Picaresca para abrir cuentas corrientes en paraísos fiscales? ¿Mala intención en aras de la fragmentación social? ¿Inmoralidad para trazar proyectos de ruptura de los pilares éticos que deben sostener a la sociedad? Síntomas que calan en nuestros jóvenes y que son proyectados sin descanso, con trivialidad incluida, para conocimiento de la opinión pública. La falta de escrúpulos que impera en una parte de la clase política está colocando el país en una situación compleja.

Tenemos de frente varios envites con difícil salida, en el aspecto económico, en el funcionamiento de las instituciones y en la integridad nacional. El más preocupante por ser irreversible si no llega la solución, es el que tiene a España en la diana, el que pretende romper los lazos que unen las partes integrantes de la Nación.

Muchos colocan el principio de esa deriva en el gratuito empeño de Zapatero en apoyar —el Estatuto que saliera de Cataluña— pero no es así, los inicios de ese plan diabólico fue cuando el Nacionalismo tuvo competencias en enseñanza. Una brecha abierta de este calibre sólo pudo haberse paliado si el Gobierno de turno hubiera tenido como prioridad el interés general en lugar del efímero interés partidista, por eso legislatura que pasaba se deterioraba más si cabe la libertad, la Constitución y los derechos individuales. El bajo nivel académico en historia y geografia, el dirigismo de los medios de comunicación públicos, la subvención de los privados acompañaban el frenesí que reinaba. España sobraba tanto para el secesionismo como para el que con el más alto cargo de mando se llenaba la boca de representarla y la abandonaba al no hacerla presente en las Comunidades en las que el opositor campeaba.

¿Y qué dice al respecto Europa? Que es competencia del presidente del gobierno de un Estado defender y hacer defender la Unidad, establecida por la ley de leyes, la Carta Magna. En el escenario del Parlamento europeo, izadas las banderas, reunidos todos los dirigentes de los paises miembros para tratar las pautas a seguir anteel Brexit que resultó en el Reino Unido, se proyecta en nuestra mente una pregunta obligada y muy directa: ¿cómo es posible que esté presente el jefe del Gobierno de España si en su país no es capaz de hacer cumplir el protocolo de símbolos, el aprendizaje escolar en la lengua oficial ni las decisiones de los altos tribunales?

No se digna el señor Rajoy a contrarrestar las palabras cargadas de ofensas que semana a semana lanzan los dignatarios de la Generalidad o cuando las entidades secesionistas ANC y Omnium Cultural emiten en sus comunicados improperios contra las instituciones españolas. ¿Dónde está el límite? Debe haberlo y por lo tanto imperioso asumirlo. Leyes redactadas hay muchas y si están, es para aplicarlas en defensa de la legalidad. La ley es lo que vertebra a un Estado democrático, no es el votar lo que nos hace libres, lo somos si se respeta la ley. 

En estos momentos toca conseguir acuerdos para apoyar los presupuestos, y el Parlamento en plenos, en comisiones y encuentros, como institución en la que están representados todos los españoles ha de intervenir para conseguir la mayoría necesaria. Lo inadmisible es llegar a acuerdos bilaterales, en detrimento de la igualdad de todos los ciudadanos, vivan donde vivan. Hemos pasado de los derechos de las personas a los derechos de los territorios, incompatible con la legalidad vigente. Un clamor originado por el pacto entre el Ejecutivo y el PNV, se desparrama por todos los foros y es comprensible, pero esto también ha ocurrido en legislaturas anteriores, no se enmendó y de aquello se ha generado esta tensión tan peligrosa que vuela sobre nuestra vida en común, sobre nuestra democracia y sobre España.

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