junio 3rd, 2016 by lasvoces

Redacción [Eduardo J. García; Licenciado en Comunicación Audiovisual] – La mentira, el miedo, la xenofobia, la supremacía, el etnicismo, el clasismo, la endogamia y la limpieza de sangre forman parte de este sentimiento, tan respetable y transversal que nadie puede criticar a riesgo de ser un enemigo de la democracia, la pluralidad, el progresismo y la multiculturalidad. Es decir todos los valores que vulnera cualquier nacionalismo. Si, incluso el catalán. Cataluña (España), viernes 3 de junio 2016. Fotografía: De (i) a (d), la portavoz del gobierno catalán, Neus Monté, el vicepresidente del gobierno, Junqueras y el presidente Carles Puigdemont. Archivo Efe.

El tricentenario de 1714 ya hace tiempo que quedó olvidado. Al menos en su vertiente más propagandística con algunos de sus máximos exponentes como el parque temático del independentismo en el cual la Generalitat de Cataluña  convirtió el Mercado del Borne; un ejemplo de la manipulación más burda, el derroche económico, la total falta de integridad de los académicos que se adscribieron a ella y de la irreparable destrucción de patrimonio histórico para realzar el épico y ficticio relato de la guerra de Sucesión. Intragable pese a los grandes fastos, celebraciones, mediatización e inversiones dedicadas a tal efecto.

Si bien es cierto que todo aquello ha quedado rápidamente desfasado, la falta de razones económicas, políticas, sociales e históricas a las cuales se enfrenta el separatismo, desaparecen cuando se apela a las emociones.

La mentira, el miedo, la xenofobia, la supremacía, el etnicismo, el clasismo, la endogamia y la limpieza de sangre forman parte  de este sentimiento, tan respetable y transversal que nadie puede criticar a riesgo de ser un enemigo de la democracia, la pluralidad, el progresismo y  la multiculturalidad. Es decir todos los valores que vulnera cualquier nacionalismo. Si, incluso el catalán.

El sentimiento, una máscara que ni siquiera logra tapar su victimismo, perfidia, depredación social y económica, y sobre todo su pésima gestión y aberrante corrupción. Un sentimiento de tal altura moral, pureza espiritual y racial que  sólo el elegido entre elegidos “pueblo catalán” es capaz de sentir y comprender.

El proceso de ingeniería social emprendido por el separatismo, se ha hecho con el control absoluto de prácticamente todas las instituciones. Su espectro multa-tentacular cubre desde un Parlament tan fragmentado como faccioso, a la celebración de fiestas infantiles en los patios de colegios y guarderías. He ahí, un ejemplo de lo que no es una sociedad sana.

Y volvamos a 1714, porque en 2014, se publicó una ingente cantidad de libros cuya única finalidad podía ser el reciclaje o su reutilización como compost. Por supuesto la mayoría fueron financiados por el erario público. Todos estos libros escritos en  catalán casi en su totalidad fueron a parar en todas sus ediciones, tamaños y colores imaginables a  la red  bibliotecas públicas de la Diputación de Barcelona. Adornadas  estas con amables figuras de simpáticos, laboriosos catalanes de 1714. Ellos, los austracistas catalanes, sin duda los más relevantes y capaces de todos los súbditos imperiales, le daban la bienvenida con buenos modales y sonrisas, a la entrada, a la salida, al ir a orinar o al acompañar al niño al área infantil.

La Generalitat cuyo sesgo político e ínfulas totalitarias son innegables, ha sabido utilizar con la habilidad que le otorgan los resortes del poder y el conocimiento del terreno que pisa. Y esto por supuesto tiene su reflejo en la cultura. Y así se puede apreciar como libros traducidos al español hace décadas, son sustituidas por las nuevas ediciones catalanas. Además de un obvio ataque al bilingüismo, y en especial a la lengua española a la que se pretende excluir por activa y por pasiva. Hablamos también de aspectos tan importantes como la financiación y los recursos públicos. Si bien teóricamente las nuevas ediciones en catalán son muy recientes, como es el caso de los libros Nosotros de Zamiatin o la última novela de Yasmina Khadra (presentada hace poco en la Biblioteca de Lesseps, en un bochornoso ejercicio de discriminación lingüística, en la cual no había disponibles traducción simultánea en español, únicamente en catalán, y en la que un señor magrebí pagado por el nacionalismo catalán, se empeñó en hacer distingos durante toda la conferencia entre catalanes y españoles, que fueron completamente ignorados por el prestigioso autor argelino argelino) sustituyen totalmente a las de lengua española y no digamos ya de las sus lenguas originales. Huelga decir que las traducciones en catalán son de una calidad infinitamente inferior a las de lengua española. La cerrazón intelectual, y el localismo de los traductores así como la pobreza léxica del catalán frente a un idioma universal  como el español decantan la balanza inexorablemente.

Si realmente existiera la libertad de elección, no estaríamos frente a este. Quién se contente con ellas, que las disfrute. Pero cuando la lengua más hablada en nuestra CCAA de Cataluña, y abrumador vehículo de cultura, se ve privado de una condición de igualdad y de respeto a los lectores en dicha lengua hay que subrayarlo. Y es justo lo que hacen, y llevan haciendo desde hace años en la red de bibliotecas de Barcelona. Un ejemplo de todo ello, es que en las bibliotecas más cercanas a mi domicilio, no disponga de estos libros en lengua española, pero si en catalán. Y que haya que hacer un esfuerzo de desplazamiento, incluso fuera de Barcelona, para hacerme con la única edición en español. Esto me ha sucedido varias veces, pero no quiero bajo ningún concepto ni ser cómplice de estas absurdas e iletradas prácticas, ni desvirtuar aún más la intención original del autor. Por dicha razón no prestaré ningún libro en tales condiciones. Hay que actuar, con las pequeñas cosas y hechos. La batalla que los nacionalistas han sabido ganar, y con la que han aplastado hasta el acomplejamiento, la asimilación y el vasallaje al resto. Lo que sucede en las bibliotecas es en esencia lo mismo que sucede en colegios, administraciones, universidades, ámbito cultural.

Todo sea con tal de seguir las directrices de catalanización y limpieza lingüística.  Se alcanza el paroxismo cuando, se traducen libros de autores españoles al catalán, como con Jorge María Reverte. O como libros de  George Orwell o JH Eliot dedicados total o parcialmente a Cataluña, aparecen indefectiblemente únicamente en catalán, dejando de existir su versión en español. Probablemente esto debe  acordarse de mutu propio con las editoriales interesadas, que de otra forma nunca darían salida a estos libros. Muchas de ellas, pertenecientes a personajes de la política catalana y grupos de presión. Y que sirven a sus intereses partidistas que muy poco tiene que ver con el servicio público a la ciudadanía y la difusión de la cultura. Porque la cultura no es una cuestión de localismos, tribalismos, ni empobrecimiento cultural. Es todo lo contrario.

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mayo 13th, 2016 by lasvoces

Redacción [Eduardo J. García; Licenciado en Comunicación Audiovisual].- Josep María, perdón, Pepe dejó Asturias a mediados de los setenta. Obviamente Álvarez, nunca ha tenido vergüenza charnega, ya que nada le liga a Cataluña. Una vez  ya se ha aprovechado de propios y extraños, y las prebendas ofrecidas por la Generalitat y sus distintos tentáculos corporativos han dejado de serle suficientes, es mejor desmarcarse, por la factura que pudiesen acarrear. Pues es seguro que este “proceso” acabará mal. Barcelona, 13 de mayo 2016. Fotografía: El catalán nuevo secretario general de UGT, Josep María Álvarez, durante el discurso que ha pronunciado en la clausura del 42 Congreso Confederal del sindicato. Archivo Efe.

Hace apenas una semana dejamos atrás el primero de Mayo y ya está completamente olvidado. Quizá sean las prisas de un mundo condicionado por la inmediatez, sometido a la dictadura de la constante información que se quema antes de siquiera leerla y mucho menos entenderla; o simplemente el devenir de los tiempos.

Una época en la que el día de trabajador deja de ser en exclusiva la festividad del primero de Mayo para dar paso a otras celebraciones más voceadas por los medios, como el muy variable en el calendario día de la madre, la pascua ortodoxa, o día elegido por grandes superficies para abrir en domingo y festivo. Todo sea para que palidezca la verdadera razón y el motivo por el cual se festeja una fecha imprescindible como únicamente puede ser un día dedicado al trabajador. Las reivindicaciones laborales, el esfuerzo de la clase obrera, la jornada de ocho horas, los derechos obtenidos  que hay que salvaguardar y mejorar, y el recuerdo de la heroica revuelta del Hay Market en Chicago en 1886, deben primar y ser los protagonistas absolutos de una jornada para la reflexión, la solidaridad y el reconocimiento de la clase trabajadora.

ERC es un partido xenófobo de orígenes masónicos, que nunca ha renunciado ni denunciado la violencia dirigida contra la legalidad ni contra los no –nacionalistas.

Oriol Junqueras un hombre tan hipócrita como intelectualmente mediocre y a la postre mezquino encabezó la marcha, nunca mejor dicho dado su privilegiado físico galo-europeo

Desgraciadamente no es así, y la política, o en su defecto el frentismo de baja estofa ocupa su lugar. Lo vivimos en Barcelona, con una explotación de la celebración por parte de  los partidos que sólo se explica por estar en período electoral. Como si no podríamos ver desfilar a Ciudadanos y a ERC desfilar por las calles, con demandas en favor de la clase trabajadora. Dos fuerzas derechistas de intereses encontrados en cuanto a la legalidad y derechos, pero muy alejadas en el ámbito económico de lo que significa el 1 de Mayo. ERC para ser justos, ha acudido durante esta última década a menos días del trabajador que C’s. Pese a que inexplicablemente es considerada por una gran parte de la sociedad catalana como una fuerza de izquierdas pese a que se sitúa claramente  a la derecha del PSC. ERC es un partido xenófobo de orígenes masónicos, que nunca ha renunciado ni denunciado la violencia dirigida contra la legalidad ni contra los no –nacionalistas. Oriol Junqueras un hombre tan hipócrita como intelectualmente mediocre y a la postre mezquino encabezó la marcha, nunca mejor dicho dado su privilegiado físico galo-europeo. Una manifestación que año a año va perdiendo capacidad de movilización, y cuyas reivindicaciones tendrían que ser patrimonio de la humanidad, se van apagando. En Cataluña ya han caído usurpados y corrompidos por el etno-separatismo. El mismo que domina a los sindicatos, gracias a generosas y corruptas dádivas que no han dejado de fluir desde el erario público en consonancia con el aumento de banderas cuatribarradas primero y esteladas después, el himno del segadors y la catalanización de nombres de dirigentes. La adscripción al régimen catalanista por parte de los sindicatos de clase mayoritarios es una realidad irrefutable. La vergonzosa dejación de la defensa de los intereses de la clase trabajadora, en su mayor parte castellanohablante en aras del proceso de ingeniería social emprendido por el separatismo, confluye con otros espurios intereses.

Y nadie más indicado para ejemplificar este proceso que el hoy flamante Secretario General de UGT. Cuyo nombre es ahora Pepe Álvarez, tras asumir el poder del Sindicato después de una reñida votación, en la que cosechó un mínimo histórico en cuanto a participación. Hasta ese momento el cual coincide con la llegada a Madrid, se ha adueñado de él un espíritu de campechanía y bonhomía que le ha hecho renunciar de su nombre oficial en la provincia, Josep María Álvarez. La Cataluña del “seu cor [de su corazón]” sólo ha sido un escalón más en su ascenso al poder, en una carrera arribista que más que de libro, es de parodia, dadas las nulas capacidades del personaje al cual nadie jamás ha visto trabajar, ni en su hipotética labor profesional, ni mucho menos en un despacho. Méritos más que el puro medrar y el bailar el agua a quienes pusieran el talonario y las consecuentes directrices sobre la mesa. Es decir la Generalitat y el entramado nacionalista catalanista que domina prácticamente todos los ámbitos de poder y de financiación de la región.

Josep María, perdón, Pepe dejó Asturias a mediados de los setenta. El trabajo y la vida sindical de mineros y marinos, no le pareció, por supuesto plato de su gusto. Ni tampoco lo periférico ni las costumbres y usos sociales de su tierra, por lo que cogió las maletas, y corto y perezoso como es, vino a Barcelona. La ciudad que en aquellos años era vista o como tal se nos presenta, como un hervidero de actividad desbordante, más abierta y con una vida cultural y económica por delante del resto del país. Los intelectuales izquierdosos del resto del país ayudaron a que se extendiera esa idea, que por los demás se pretextaba en algunos fundamentos reales. La Maquinista le ofreció un puesto de trabajo, en el le vieron menos que al cometa Halley, pero le permitió ir escalando posiciones dentro del sindicato. Sin duda la leyenda de los sindicalistas del cinturón rojo, su organización y movilización le atrajeron junto a otras apetencias a elegir Cataluña. Con el signo de los tiempos y la recuperación de las autonomías, vio cual era la tendencia de la tribu vencedora en la taifa catalana, y se subió al tren. De su secretaria general, dio el salto a la nacional, tras unos descarados coqueteos con el secesionismo catalán. Para los anales queda la fotografía de apoyo a la autodeterminación de Cataluña  junto con  la otra criatura bastarda  de CCOO; la indeseable enemiga de la educación vial y finada líder supremacista etnicista de Ómnium.
 
Entidad supuestamente independientemente pero generosamente financiada por la Generalitat. Otro de los escándalos más de corrupción  moral y económica que no existen, porque se dan en la Cataluña del clan superior, en la que la autocritica sincera es tan escasa como en el 1984 de Orwell, año emblemático por cierto del pujolismo con su gran política de “Estado” ejemplificada en Banca Catalana.

Otra muestra más de la catadura moral del personaje y del intolerable cinismo con el que el discurso imperante de la izquierda trata la sexualidad. Se enmascaran tras el feminismo amparando la  monstruosidad de la prostitución femenina, y poco menos que celebrando la masculina, o incluso promocionando en cadenas como tv3 los “paraísos africanos” de reputados artistas, hoy adscritos al sindicato vertical del separatismo subvencionado.

Pero no perdamos el hilo, Josep María, vio como un maná monetario caía en manos del régimen, primero con ocasión de los Juegos Olímpicos y posteriormente con los fondos de cohesión de la Unión Europea. Y ni él, ni UGT querían perder comba. Vinieron los cursos de formación y largas colas se formaban en los centros de enseñanza del sindicato, por los que Josep María se dejaba caer con frecuencia, tanto por su buena situación, sobretodo los cercanos a las Ramblas, como por el buen comer de conocidos restaurantes aledaños. Donde no pocas veces se le pudo observar con otros “camaradas trabajadores” fumando puros y haciendo eses en las calles hablando a voz en grito. Después sus caminos se separaban y o bien se acercaba a un centro de formación de adultos, dónde se concentraban fornidos jóvenes búlgaros y rumanos contratados en la construcción o acudía directamente a bares más conocidos por la prostitución masculina que por sus especialidades culinarias. Otra muestra más de la catadura moral del personaje y del intolerable cinismo con el que el discurso imperante de la izquierda trata la sexualidad. Se enmascaran tras el feminismo amparando la  monstruosidad de la prostitución femenina, y poco menos que celebrando la masculina, o incluso promocionando en cadenas como tv3 los “paraísos africanos” de reputados artistas, hoy adscritos al sindicato vertical del separatismo subvencionado.

Igualmente aberrante es la excusa dada, la catalanofobia, ya olvidada por el señor Álvarez, para justificar su pírrica victoria, las fuertes críticas recibidas por altos cargos de UGT y su continuo apoyo al movimiento secesionista catalán. Recurrió al victimismo que tan buen resultado da por estos pagos, pero que a ojos del resto del mundo resulta ridículo. Incluso en un sindicato tan desnaturalizado como UGT. Poco a poco ha ido matizando,es decir retractándose, de su campaña de apoyo a la independencia y justificándose como que él está a favor del derecho a decidir como si fuera algo diferente.

Obviamente Álvarez, nunca ha tenido vergüenza charnega, ya que nada le liga a Cataluña. Una vez  ya se ha aprovechado de propios y extraños, y las prebendas ofrecidas por la Generalitat y sus distintos tentáculos corporativos han dejado de serle suficientes, es mejor desmarcarse, por la factura que pudiesen acarrear. Pues es seguro que este “proceso” acabará mal.

Y UGT como CCOO en su día, tras las fracasadas tentativas del gobierno de Zapatero para crear una  estructura parasindical, terminaron  por ser “instruidos” por Ángela Merkel, con quien si se reunieron  a diferencia de con Rajoy, para seguir el modelo instaurado por el socialdemócrata Schroeder, liquidador de los sindicatos de clase y de los derechos de los trabajadores públicos en Alemania. La Canciller les instruyó de cómo funcionaban las cosas ahora, de lo muy europeos que serían tras adoptar estas medidas, del apoyo que le brindaría Alemania, como motor de Europa y como nación, ya que tanto conservadores como socialdemócratas lo comparten, y del beneficio que obtendrían.

La inclusión de UGT como sindicato vertical del régimen catalanista

Cataluña ha sido una vez más, el laboratorio avanzado para la prueba de medidas neoliberales y es ya un hecho, la inclusión de UGT como sindicato vertical del régimen catalanista. No obstante, se me antoja un modelo más propio del tercer mundo que de una economía europea.

Pero en Cataluña suceden tantas cosas incompresibles e intolerables que el nacionalismo dominante impone e induce a pensar como única lógica, que la capacidad de sorpresa se va reduciendo a la mínimo expresión, pese a que sea una notoria, continua e intencionada forma de anular al otro.

El ahora más sonriente y populachero Pepe Álvarez parece que no deberá abandonar el cargo de asesor de Endesa, que ostenta desde la dirección de UGT-Cataluña.

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