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enero 22nd, 2019 by lasvoces

Redacción – (…) Ésta es la oposición, una oposición en pleno delirio por perder el control férreo que ejercía sobre una de la tierras más prometedoras de nuestro país. Los autocares fletados por la señora Diaz, cargados de actores socialistas de segundo orden, para suplantar las reglas democráticas de alternancia en el poder por histriónicos gestos, propios de prevaricadores, es la Farsa caricaturesca de lo que no debe ser el Estado de Derecho. Barcelona (España), martes 22 de enero de 2019. FOTOGRAFÍA: NÍJAR (ALMERÍA) ESPAÑA. 15.05.2017.- La candidata a secretaria general del PSOE, Susana Díaz, durante el acto público celebrado esta noche en el Centro de Exposiciones y Congresos de Campo hermoso, en Níjar (Almería). Efe

Para cualquier inteligencia medianamente dotada, le parecerá imposible lo que está sucediendo en el ámbito político, que es el que marca las líneas maestras del presente y del futuro, aunque la sociedad también aporte muchos resortes si no se lo impiden las instituciones.

Las bambalinas que cruzan el escenario nacional y completan el decorado desde lo alto, están a punto de desplomarse ante el impacto de una historia escrita por politólogos de fácil diplomatura y representada por payasos listillos cuya única meta consiste en darse trompazos o tirarse cubos de agua para entusiasmar al público. Pero ya hemos crecido, ya no somos niños con sonrisa fácil en los labios y exigimos seriedad, responsabilidad y decoro. El estado del paciente es delicado, pues ésto es España en los momentos actuales y si no se ponen medidas salvadoras, entrará en colapso.

Los engaños repartidos por doquier apabullan a la ciudadanía y contaminan la realidad diaria, haciendo ver que se cumple con las necesidades básicas cuando en realidad se quedan sin resolver en muchas ocasiones. Ahora se ha redactado un nuevo proyecto con el impulso catalán de fondo para poderlo representar en las tablas andaluzas. Por fin, la crisis que se venía gestando desde hace años en Cataluña, ha encontrado un espacio fértil en el Sur andaluz, arranque firme para que desde allí se busquen los aplausos al caer el telón.

Se puede llegar muy lejos, pero también se puede quedar en un ensayo, uno más de los varios que se han emprendido y han pasado sin el entusiasmo de los espectadores. En estos momentos son tres los actores y pueden reconducir el disparatado argumento que el señor Sánchez representa con copilotos nefastos para el Estado. Este acuerdo requiere capacidad para poner como primer ingrediente la estabilidad nacional. Sería delirante que sectarismos de partido frustraran ese necesario cambio. La formación de Rivera ha de olvidar su tan infantil miedo a acercarse a posturas de derechas, la de Abascal ha de intentar suavizar sus exigencias y la de Casado ha de saber tener un equilibrio entre sus dos acompañantes. Ésto no les obliga a perder su talante programático, únicamente se les reclama que pongan por encima de cualquier otra meta, la salvaguarda de las Instituciones y la continuidad de la Nación española.

Ofende oír desde los portavoces del gobierno socialista, desde algunos informativos, vaticinar el desastre sobrevenido a causa de la nueva alternativa en tierra andaluza. Estigmatizan los pactos, los califican de contrarios a la democracia y hasta los tachan de involucionistas, y lo hacen los que han asumido la dirección del Ejecutivo nacional por medio de una aberrante sumisión ante revolucionarios y secesionistas. Pero también hacen ostentación de un cinismo vergonzante los avispados de turno al vocear unos y otros que aires fascistas han colaborado para nombrar el candidato a la Junta. En la agenda sindical y en la de ciertas asociaciones podemitas, ya ocupan un espacio manifestaciones, según ellos reivindicativas de la democracia, de la honradez, de la defensa de la solidaridad y en primer lugar de la mujer.

En el ambiente reinante, creado por centrales mediáticas, todo lo que no rezume toques de izquierda es contrario a los derechos avalados por la Constitución: reclamar rebaja de impuestos es querer ir en contra de las ayudas sociales, pedir libertad de lengua vehicular en la escuela catalana es ir en contra de Cataluña, exhibir una bandera española es ser fascista, revindicar una inmigración legal es ser xenófobo y así infinidad de ejemplos.

Es imprescindible rectificar estas presiones sobre la sociedad porque la verdadera libertad requiere respeto al que piensa diferente a ti, teniendo en cuenta que su opinión está enmarcada por la ley y la mejor réplica es la fuerza de la palabra con una buena argumentación. Lo que no puede considerarse como normal y verdadero, es el achacar al oponente de poner en peligro la esencia misma de la democracia si tú pactas con los enemigos de la Nación, que es la que da carta de existencia al Sistema constitucional.

Una sociedad capaz de asumir su protagonismo debe tener claro lo que quiere y a partir de ahí poner en práctica los resortes adecuados. Éstos pueden ser muchos, por cierto olvidados durante años, de ahí el delicado instante que se vive. Estar en asociaciones cívicas no subvencionadas por el poder político, frecuentar los plenos de los ayuntamientos, los consejos de barrio, leer en los boletines oficiales las reseñas de las medidas tomadas, son los ingredientes necesarios y no presentes en el decorado montado para representar la obra “El gran teatro de la democracia”.

Los apuntadores parlamentarios no juegan bien su papel al decir que el candidato del PP debe lavarse la boca y que su plan de gobierno está vacío, sin contenido. Ésta es la oposición, una oposición en pleno delirio por perder el control férreo que ejercía sobre una de la tierras más prometedoras de nuestro país. Los autocares fletados por la señora Diaz, cargados de actores socialistas de segundo orden, para suplantar las reglas democráticas de alternancia en el poder por histriónicos gestos, propios de prevaricadores, es la Farsa caricaturesca de lo que no debe ser el Estado de Derecho.

Ana María Torrijos

enero 3rd, 2019 by lasvoces

Redacción (Ana Maria Torrijos) – Sufrimos aún los efluvios de lo que fue el último consejo de ministros en Barcelona, una de las ciudades más asoladas por sufrir negativas maneras de hacer política desde hace bastantes años. Barcelona (España), jueves 3 de enero de 2019. Fotografía: MADRID (ESPAÑA), AÑO 2018. La ministra de Educación y Formación Profesional y portavoz del gobierno de Pedro Sánchez , Isabel Celaá (PSOE). Efe.

Confluyen muy diversas actuaciones, las de los que un día tomaron la decisión de incluirse en unas listas electorales para hacer de este noble servicio un mercadillo, las de los que desde fuera, con título académico se sintieron, sin la lealtad debida a la verdad, capacitados para redactar la crónica de lo que se legislaba desde los escaños del Parlamento, las de los que están únicamente a la espera de que una ley les permita engrosar sus patrimonios, las de los que creen sentirse al margen de lo que se legisla, mientras sean los que lideran su ideología, las de los que no se sienten obligados a constatar la intervención de los considerados “els nostres” y también como era de esperar, las de los que se posicionan frente a las instituciones para dinamitarlas. Ante esta amalgama de intereses mezquinos y alejados de lo que debería ser la tarea de un honesto ciudadano, se ha de producir una reacción seria del electorado.

No puede haber una fe ciega en la acción de los que en nuestro nombre asumen la gobernabilidad, de los que dan noticias impostadas, diluidas entre medias verdades y hasta falsas, de los que ven a la democracia como un negocio, como un árbol genealógico del que uno ha de partir para demostrar su valía… de todo lo que nos hace dependientes y dificulta nuestro libre albedrío.

¿Qué ocurre cuando las Cortes no responden a la soberanía, cuando un poder ejecutivo, réplica del engaño, toma decisiones de tal envergadura que puede poner en peligro la existencia hasta de la Nación? Se hace necesario coger el bisturí y seccionar lo que daña a la democracia, reformas por medios legales para equilibrar nuestro sistema.

Todos los que han ocupado un cargo de poder, con frenesí redactan leyes que nos encierran cada vez más en un espacio aldeano, trabas a nuestra movilidad, a nuestros gustos personales y si pueden a nuestros derechos como ciudadanos, la salud, la educación, opinar. La libertad la ostentan ellos, los que están dilapidando nuestro existir como pueblo soberano, no los que estamos censados y obligados a mantenerlos en sus puestos. Falcon, vacaciones pagadas y en secreto para dar más morbo, obligatoriedad del conocimiento del catalán para ejercer de médico en Ibiza y lo que nos espera con la nueva ley educativa, la ley Celaá: bajar niveles de exigencia y quitar el control que debe ejercer el Ministerio de Educación. Desconcertante es que se dicten sentencias contra los bares, los restaurantes que distribuían a sus asiduos al lugar, retransmisiones deportivas sin previo permiso administrativo, pudiéndoles caer a sus dueños seis años de carcel, mientras que bastantes políticos han sustraído millones de euros a las arcas públicas, siguen sin devolver ese caudal de dinero y muchos de ellos sin carcel. Si esto no se soluciona con rapidez, la vorágine que se puede desatar nos perjudicaría a todos.

Las Instituciones más representativas del Estado de Derecho son atacadas constantemente por un Torra que vulnera cada día que pasa la dignidad que merece nuestro encuadre político-social, teniendo en cuenta que tiene como trinchera el marco legal que se le dio por ser un representante del “pueblo”. Nada nos quedará si cuando él acaba de lanzar sus exabruptos cargados de cinismo y arrogancia, con la única intención de arrasar la convivencia desde el odio, la mezquindad y la mediocridad de espíritu, no se aplica la ley que recoge los derechos de las personas. Un buen ejemplo de ello es el discurso que nos ofreció como salutación ante el nuevo año, una exaltación de los ánimos, un grito a la sublevación, sin que ningún organismo de interés público aplique medidas correctoras.

Con estas salvedades y con deseos de mejorar, el desánimo que en ciertos momentos nos invade, puede desaparecer. Los problemas necesitan soluciones pensadas con tranquilidad y sosiego, no dejarse llevar por prontos bruscos. Los impulsos ante empresas de gran envergadura son malos acompañantes, ejemplos hay muchos, basta recordar el 15 M. El apoyo ofrecido a Podemos nos muestra la falsa salida que se dió cuando se abrieron los colegios electorales. El pataleo no fue un buen consejero para aquellos ciudadanos que se dejaron arrastrar por discursos al límite de lo que es la cordura y el pragmatismo.

Fraccionamiento del espacio electoral o el seguir conllevando el bipartidismo? Arriesgado el tomar una decisión cuando los espíritus están alterados por el cansancio y por el extremo al que ha llegado la agenda política: Las Cortes desvalorizadas, los debates llenos de exabruptos, los representantes del Estado en las Autonomías, dando soflamas contra el propio Estado y la Nación… los límites fronterizos asaltados, el sistema de pensiones sin porvenir, gastos y más gastos sin control ninguno. Por el contrario fácil si sabemos aplicar el toque compensado con la prudencia.

Mucho que reformar, mucho que descartar, mucho que incorporar, mucho que blindar. Implantación territorial, un programa viable, candidatos preparados, compromiso es lo necesario en un partido que se plantee asumir tal empeño.

Ana María Torrijos

diciembre 13th, 2018 by lasvoces

Redacción (Ana Maria Torrijos) – Muchas han sido la veces que nos han indicado que una acción vale más que una palabra, que un hecho concreto, un paso adelante impacta más que una frase bien argumentada. La conducta es más determinante que las palabras. Pero, en ocasiones esa manifestación oral puede resultar efectiva si las circunstancias que nos rodean, si los acontecimientos externos se acrecientan con enorme intensidad. Barcelona (España), jueves 13 de diciembre de 2018. fotografía: MADRID (ESPAÑA), 09.07.2018. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (PSOE), y el independentista de la Generalidad de Cataluña, Quim Torra, reunidos en el Palacio de La Moncloa, en el primer encuentro que ambos mantienen en busca de la distensión y normalización de unas relaciones muy deterioradas entre ambas administraciones, aunque ambos asumen que no hay expectativa de acuerdos. Efe

Somos víctimas del devenir político, y estamos en un momento en que cualquier decisión en falso puede determinar nuestro futuro. Tal extremo tiene que ser contenido y nos obliga a repasar el recorrido que nos ha colocado en una cierta inanición o en un espasmo convulsivo.

Se han adelantado las elecciones en Andalucía, y sólo eso ha permitido hacer un parón en el descenso acelerado que nos arrastraba. Las urnas han hablado a pesar de que han habido aún muchos ciudadanos que no votaron. Las preguntas más atrevidas golpean contundentemente, preguntas que giran en el por qué no se han dignado a elegir una papeleta cualquiera o simplemente acercarse a las sedes electorales para emitir su sufragio en blanco, hacerlo nulo. Preguntas sin respuesta directa, que muestra la ausencia de un incentivo democrático. Se ha ido amasando una amalgama de mentes sin interés por lo que debe ser gobernar y administrar un país, pero si no es ese el caso, la única explicación posible es que el hastío por el hacer de los políticos les ha empujado a la abstención.

Los resultados de los comicios nos obliga a examinar las causas del voto dirigido a cada uno de los partidos. Las propuestas de los programas iban desde tener las puertas abiertas a todo inmigrante llegado a nuestras fronteras, a poner controles exhaustivos para sólo permitir la entrada de los legales y los capaces de insertarse en nuestra cultura. Desde la revisión sesgada del pasado histórico, a derogar la ley de la memoria histórica. Desde colocar los impuestos en unos niveles desorbitados, a liberar a los ciudadanos de gran parte de los gravámenes. Y así otras muchas referencias que abarcan propuestas cuyos extremos están enfrentados. Clasificar cada sufragio por todas esas referencias de las que sólo se han señalado unas pocas sería peligroso, pues el resultado podría no mostrarnos un retrato acorde con la posición ideológica del votante. Por eso hemos de valorar los datos de las urnas como una gran cabriola a los políticos, bofetada o regalo, y más aún queda claro cuando los informadores se acercan a los ciudadanos para averiguar el sentido del sufragio y no son pocos los que afirman no conocer todo el programa del partido que han votado.

Los partidos políticos se han acostumbrado a no hablar con sentido, a no utilizar la palabra para exponer sus verdaderas propuestas, a tergiversar la información, a vaciar de contenido lo expresado. Sólo lanzan sonidos huecos, frases aprendidas de memoria, sin sentido, sin calar en lo que es necesario transmitir. De una gestión deliberada en el Parlamento se ha pasado a reuniones de despacho a espaldas del pueblo – se pacta, se trafica con nuestro bienestar -. Todo vale por unos meses más en la Moncloa, en cargos, salidos de la chistera, para el mejor pasar de los amigos, familiares y compañeros de partido. Dos semanas de campaña electoral y no se han oído referencias a la Andalucía real, cómo mejorar sus pueblos, cómo incentivar a sus jóvenes para hacerles grato el vivir en el campo o en la ciudad. Tampoco se ha transmitido el interés por los niveles académicos de los escolares, de los universitarios, ni cómo hacer de esa tierra fecunda en arte y en historia un adelantado, un aliciente para otras comunidades. Poca atención al número elevado de parados, lo único importante para el partido que está gobernando desde décadas la tierra abrazada por la Bética, ha sido y es mantener la red clientelar que la asfixia y a otros niveles el afán es montar falsas sociedades con la intención de sortear al fisco y con este bagaje llegar a ocupar un ministerio. Sorprende que en la comunidad andaluza donde sus fiestas populares están cargadas de referencias religiosas, se esté intentando con un reclamo populista de extrema izquierda, relegar la Mezquita de Córdoba a un simple botín de Estado, alejado de lo que fueron sus piedras milenarias, crisol de culturas con alientos religiosos.

Se ha de recuperar la palabra, la que nos hizo ser hombre, ser persona, con la que podamos mostrar nuestra capacidad de decisión para no estar al arbitrio de unos parásitos, de unos incompetentes en todos los ordenes, de unos mercaderes capaces de transaccionar con los enemigos de la Nación por “treinta monedas”. Hemos de recuperar en el día a día nuestra iniciativa con la palabra, en cualquier momento que se tercie y valorar lo que nos conviene, no cómo ellos quieren que sean las cosas. Hay que exigir soluciones a problemas reales sean las pensiones, la sanidad, la emigración. Hemos de recuperar el lenguaje bien estructurado, no cargado de vocablos en masculino y en femenino cuando el idioma español posee el género neutro heredado del latín; ha de imperar el verdadero significado de las palabras, no el que ellos con la manipulación les quieren dar. Sería un largo etcetera de hechos que sorprenderían y hasta irritarían, si iniciásemos la cuenta de todo lo que han atesorado y destruido tanto podemitas como secesionista.

El insulto gratuito, la calificación de fascista al que no postule con sus reclamos, el tachar de extrema derecha a cualquier toma de decisión de esa posición ideológica, es de una estrategia totalitaria que estremece. Ahora se ha pasado a la toma de las calles, sólo tienen derecho a manifestarse ellos. Cerrado el recuento electoral de los comicos andaluces, por boca de un líder político se alentó a la “gente” a salir en contra del resultado de las urnas, algo intolerable en un sistema democrático; recordemos lo que hizo ese mismo político “cuyo nombre no quiero acordarme” después del 11 M, el más sangriento atentado, la víspera de las elecciones frente a la sede del PP. Eso es extrema izquierda, les guste o no quieran que se diga.

Ahora la señora Susana Díaz repite una y otra vez que ella ha ganado las elecciones, pero ha olvidado que el Podemos comunista o los separatistas gobiernan en muchos centros de poder municipal o autonómico por el apoyo que el PSOE les dió con el sí o la abstención. En el Ayuntamiento de Madrid obtuvo más votos Esperanza Aguirre y gobierna Carmena, en la Cámara autonómica catalana ganó Inés Arrimadas y gobierna el golpista Torra.

Es el momento de romper esa tan triste frase de “la España silenciosa”, nunca en democracia a una sociedad se le puede dar ese calificativo. Democracia es estar opinando, buscar medios a traves de los cuales dejar el sentir, crear entidades para que sean el latir del pensamiento, educar a nuestros jóvenes con el ejemplo de la palabra . Alejar a los que nos quieren hacer a su gusto -callados-.

noviembre 24th, 2018 by lasvoces

Redacción [Ana Maria Torrijos] – Algunas profesiones que se ejercen durante toda la vida laboral, durante muchos años, dejan un hálito, una huella imborrable en el comportamiento social, lo mece, le afecta, por decirlo con más sencillez. Barcelona (España), sábado 24 de noviembre de 2018. Fotografía: CATALUÑA (ESPAÑA), AÑO 2017. Vista d ela ultraizquierda, con aire de pacífico demócratas, manifestándose junto a los golpistas en las calles de Cataluña sin ninguna contra-protesta para impedirles manifestarse en Cataluña. Efe

Por eso el docente que desempeña su trabajo ante los ojos de unos adolescentes que le observan y escuchan sus palabras con atención, debe esmerarse en el discurso, cuidar las formas y sobre todo la veracidad del contenido de su exposición, sin latiguillos ideológicos para facilitar el desarrollo intelectual del alumno, para que este joven pueda recomponer la información y sacar conclusiones que le permitan avanzar en sus conocimientos académicos.

Nuestro sistema Parlamentario liberal que es el mejor que existe para las relaciones personales y sociales, requiere un entorno adecuado, en donde estén presentes los valores que permitan su funcionamiento: Honradez, Respeto al otro, cumplir los Compromisos firmados, los Acuerdos, la Palabra dada, aceptar la Autoridad en la vida pública, en la vida laboral y en la familiar, saber lo que es la obediencia, respetar la Convivencia, primar la solidaridad y acatar la Ley, el Marco Legal que rige las instituciones… por mencionar algunos de esos principios de base.

Si esos acuerdos se rompen no puede funcionar la sociedad dentro de un marco de libertades, pues son los extremistas totalitarios los que en un ambiente de desorden se hacen con el control de los órganos de poder y de ahí el desmoronamiento del modelo parlamentario. Esos valores mencionados no están impresos en la persona por el simple hecho de serlo, no se nace con ellos, son el fruto de un aprendizaje civilizador, se han de impartir, se han de aprender desde la más tierna infancia. Los anclajes que conducen tales enseñanzas son la familia, la escuela y los medios de comunicación.

Nos hemos acostumbrado a imágenes delirantes de jóvenes en manifestación, con pancartas y eslóganes violentos, cargados de odio, inapropiados. La mayor parte de ellos son ajenos a lo que hacen referencia con sus gritos, sea por falta de documentación o por su inmadurez. Bajo las directrices de ciertos profesores, no se vacían las aulas para exigir la mejora de la calidad en la enseñanza o recuperar las asignaturas que más desarrollo intelectual puedan aportar, sólo se quedan sin alumnos esos centros para gritar en la calle las clásicas frases politizadas, extremistas, y hasta a veces ofensivas. Muchachas, adolescentes con el único interés de exhibir sus pechos desnudos y vociferar a todo pulmón las tesis animalistas, las feministas o las defendidas por el ecologismo, nos inquietan. La familia está perdiendo su fundamental papel educador dentro de la sociedad, su espacio empieza a estar ocupado por la tecnología, el móvil, la tablet, la televisión, los videojuegos, que no son más que distorsionadores de la realidad en muchas ocasiones y no transmiten los valores propios de una comunidad madura.
Hemos caído en manos de grupos dedicados a crear crispación, a movilizar los sentimientos, los instintos más primarios; no se busca la racionalidad, la reflexión, las decisiones mesuradas.

Ahora se atiza una falsa bondad hacia cualquier tema o individuo que no lo merece. Se es benévolo con los pederastas, se les saca de la carcel por interés político, se les reduce la pena por tener derecho a la reinserción y nadie se acuerda de los derechos del niño a poder borrar la aberración que se ha ejercido sobre su inocencia. Se jalea a una hostilidad desaforada contra las fuerzas del orden o contra cualquier otra autoridad y en frente se anima a una comprensión desmesurada para los que ejercen su fuerza delictiva, ladrones o grupos violentos.

En el Congreso de los diputados desde ya hace unos años se ha puesto en práctica toda esa moda traída y potenciada por los populismos dictatoriales, se ha consentido, se rompen las pautas que deberían regir en ese foro, se pierde el lenguaje correcto y se le vacía de la ética obligada, hasta se llega a borrar de las actas los insultos para no dar a venideras generaciones una mala imagen de la etapa democrática. Una falsa moral resucitada por la presidenta de la cámara del Congreso que rompe y adultera lo ocurrido. La democracia es la garantía de la búsqueda de la claridad, de los hechos tal cual han sucedido, del relato de la verdad y ahí entra el tercer anclaje que debe transmitir los valores, el periodismo, el llamado cuarto poder. Es el que deposita o debería hacerlo, el relato de los hechos y de las opiniones. Es el que nos debería permitir recibir información veraz, sin apaños, sin ardides, sin peajes al poder político, sin falsos titulares. Pero las subvenciones repartidas con profusión, hace algo pedregoso este medio tan importante. Cualquier anomalía en el ámbito social debe ser comunicada con la mayor fidelidad e independencia posible.

El deteriorado panorama actual es el que está privando a la sociedad de los principios imprescindibles para que la democracia liberal parlamentaria pueda funcionar con estabilidad.

No podemos dejar de lado la imprescindible revisión de lo que cuestiona o descarta los valores inherentes a la convivencia.

Ana María Torrijos

noviembre 12th, 2018 by lasvoces

Redacción [Ana María Torrijos] – (…) No cabe esa trivial postura en partidos con el compromiso de gobernar dentro de la ley. Sólo es posible en organizaciones nacidas para destruir el sistema actual, sean doctrinarias de izquierda o nacionalistas secesionistas. Estas tendencias extremistas no nacen de la nada, todo lo contrario surgen de las aulas y de los medios de comunicación. Ahí está el germen del poder para destruir el Estado (…). La libertad y la democracia pueden existir si las instituciones las garantizan y si se respeta la ley. El permitir la arbitrariedad de no cumplir esta sagrada afirmación, los derechos de todos los ciudadanos estarían amenazados. Barcelona (España), lunes 12 de noviembre de 2018. Fotografía: CONGRESO D ELOS DIPUTADOS 8MADRID) ESPAÑA, 01.03.2016. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez durante su intervención en la cámara baja española. Efe

Esta sentencia ha de estar presente en cada uno de los lugares en los que actua un miembro de la sociedad, cualquier individuo, un responsable de la vida pública, un relator de los acontecimientos diarios, un docente, un profesional de la banca, todo el que forme parte del colectivo nacional. La democracia no está en exclusiva en manos de los que ocupan cargos en los distintos órganos políticos, el resto de los ciudadanos están también obligados a potenciar y acatar los resortes constitucionales. A estas alturas del devenir democrático una erosión continuada se extiende en el entramado de los tres poderes del Estado. Es notorio lo que está ocurriendo y es difícil negarlo. Se necesita profundizar en la independencia del poder judicial, del legislativo y del ejecutivo. El sistema está viciado, clama una modificación, un cambio.

El poder judicial, en entredicho en los últimos acontecimientos, con errores que han podido minar su credibilidad, debe predisponerse a asumir una elección democrática de sus órganos. Puestos de libre elección, sin interferencia de la clase política.
El poder legislativo no puede estar amordazado, cada uno de su miembros tiene que ser libre en el momento de votar, se requiere que al posicionarse en los debates, no esté obligado a seguir sin replica alguna las ordenes del partido. Listas abiertas, no realizadas por la cúpula de la organización, es la regla a seguir y facilitaría que cada diputado, cada concejal, cada senador respondiera ante los electores y se sintiese obligado a aproximarse a ellos, a pisar la calle, visitar los barrios y compartir el vivir diario.

El poder ejecutivo, tanto el nacional como el de las comunidades autónomas, deben ser responsables del juramento hecho ante la Constitución y no con el latiguillo que algunos emplean “por imperativo legal”. Desde ese privilegiado puesto que los votos les han dado, no han de saltarse las pautas que requiere cualquier decisión. El sufragio de los ciudadanos que creen en la convivencia y en la legalidad, no puede ser adulterado por unos piratas, por unos corsarios que asaltan con violencia las instituciones y la vida tranquila de la ciudadanía.

La situación quebradiza de la Nación Española es muy delicada, muy tensa, provocada por el ruin comportamiento de muchos trepadores, extremistas y traidores a los principios de la democracia.

¿Qué tiene que suceder para que nos percatemos de que se quiere dinamitar las Instituciones?

Aunque lo peor es que se pretende dilapidar todo el esfuerzo que durante tantos años los españoles han realizado en sus trabajos, en sus vidas privadas, en las escuelas donde matriculan a sus hijos. No cabe esa trivial postura en partidos con el compromiso de gobernar dentro de la ley. Sólo es posible en organizaciones nacidas para destruir el sistema actual, sean doctrinarias de izquierda o nacionalistas secesionistas. Estas tendencias extremistas no nacen de la nada, todo lo contrario surgen de las aulas y de los medios de comunicación. Ahí está el germen del poder para destruir el Estado.

Estamos confundiendo la libertad de cátedra con el bochornoso atropello de la dignidad de un niño, la libertad de expresión con el destructivo sermón de las múltiples “capillitas” montadas en radios, televisiones e informativos periodísticos. Capillitas mantenidas con dinero público y eso es lo más delirante, el dinero salido del esfuerzo de los ciudadanos, que en vez de ser destinado a los servicios sociales básicos, se invierten en medidas demagógicas injustas o en propaganda para difundir mini naciones inexistentes; naciones diseñadas desde los despachos de familias políticas depredadoras de todos los valores, con el único propósito de engrosar su patrimonio; rapiñas groseras asentadas en los puestos del poder, y lo más peligroso, dispuestas a lanzar el montaje de unos estados totalitarios o doctrinarios, aderezados con la teoría estalinista o identitaria.

El despotismo, abuso de poder, de fuerza hacia los demás, se está asentando. El señor Pedro Sánchez en los pocos meses de gobernabilidad, de una manera desaforada ha hecho uso del decreto-ley que está recogido en la Constitución “en caso de extraordinaria y urgente necesidad… y que no podrán afectar al ordenamiento de las instituciones básicas del Estado”. Si asumimos en profundidad el redactado, cuestionaríamos la última decisión tomada a primeras horas de la mañana, a micrófono abierto, ante la sentencia del Tribunal Supremo sobre el pago del impuesto hipotecario a elevarlo a escritura pública. Pero también es sorprendente que al capitanear el voto de censura contra el señor Rajoy, lo hiciera con la intención de convocar elecciones lo más rápido posible y ahora ya no sólo no lo hace sino que está preparando una reforma educativa. Un plan de estudios serio, de calidad y duradero requiere tomar un tiempo prudencial de consultas con los cuerpos docentes, con las fuerzas políticas constitucionalistas, con los colegios profesionales, además de otras premisas muy necesarias. Pero este enfoque que nos vaticinan, se ceba en contra de la libertad de los padres para elegir el tipo de colegio que desean para sus hijos, en relegar la religión o la ética, en ampliar el contenido del estudio de la memoria histórica, aberrante en su mismo nombre y hasta se llega a deslizar la posibilidad de conseguir el título de bachillerato sin el aprobado de todas las asignaturas.

En el periodo democrático la educación ha sufrido demasiadas reformas y concretamente en la primera legislatura de un gobierno socialista, empezó una deriva a la mediocridad. Primó tener menos jóvenes en espera de trabajo porque podía traer conflictos si con sus políticas económicas no se lograba crear los necesarios puestos laborales, y en su lugar se les ofreció un plan educativo de baja calidad que no primaba el esfuerzo y la valía, dirigido casi en exclusiva al bachillerato y a la universidad, olvidando una buena reforma atrayente y enfocada a los estudios profesionales, que es lo que hay en todos los paises desarrollados.

Despotismo desde el Ejecutivo y de ahí un paso a sellar la libertad democrática.

Ana María Torrijos

octubre 30th, 2018 by lasvoces

Redacción (Ana Maria Torrijos) – Se ha instalado en ciertos sectores de opinión, la nefasta estrategia de modelar el criterio de los ciudadanos a través de un método maléfico: Hacer de una noticia falsa una veraz, basta con repetirla una y otra vez con tesón. El repiqueteo surte efecto. Un doctrinario como Torras es un demócrata, un golpe de Estado es el derecho a la autodeterminación de los pueblos, un desfalco es un quedarse algo que existe pero “el dinero público no es de nadie” y así infinidad de ejemplos. Barcelona (España), martes 30 de octubre de 2018. Fotografía: BARCELONA (ESPAÑA), PRIMAVERA Y VERANO 2018. Lazos amarillos del independentismo en el parque de la Ciutadella de Barcelona. Los independentista tiñen de amarillo los espacios públicos en Cataluña en defensa de us golpe de estado del 1-O y para reclamar la libertad delos presos líderes del proceso secesionista en prisiones catalanas. Efe

En este punto es obligado asumir que si se quiere hacer noticiable una buena propuesta, se la debe dar a conocer y con cierta periodicidad, sin descanso; insistir en el que es el marco político integro, el imprescindible. Pedagogía honesta con una meta loable.

El sistema democrático liberal está presente en las naciones donde se goza de mayor bienestar y confluyen diversos proyectos de vida. Un modelo de equilibrios de poderes dentro del marco legal, ofrecido por una Constitución que cada país ha redactado y con posteridad ha sido refrendada por la ciudadanía.

Toda conquista de esa índole es el resultado de una madurez y reflexión en la búsqueda de un ideal: la Libertad. Pero esa libertad no podría ser si la igualdad ante las leyes no alcanzase a todos. De ahí que se prime el mérito personal y no la clase social. Si estamos en ese espacio de países privilegiados, es porque lo hemos decidido y acatado en 1978.

En estos momentos la realidad diaria nos contradice. Los hechos se amontonan y son incuestionables, ponen ante el espejo el deterioro sufrido por nuestro modelo político-social.

El Presidente del Ejecutivo, salido de una moción de censura, no está legitimado por los ciudadanos, no es miembro del Congreso de los diputados, aunque sea legal su nombramiento. El equipo ministerial, cargado de irregularidades y hasta de acciones fraudulentas. Los presupuestos no apoyados por los votos del Parlamento, han sido presentados a los órganos europeos. Tomas de decisión vacilantes, matizadas, enmendadas. Errores garrafales de protocolo en el plano nacional e internacional.

Aunque no queda aquí la farsa grotesca de la política. Una de las escenas más delirantes con el fin de pactar los presupuestos, se plasma en la visita de Pablo Iglesias, líder de la oposición más radical, al nacionalista Junqueras, en carcel preventiva por un delito de intento de golpe de Estado. El partido socialista a pocos pasos de caer en una situación de lo más vejatorio, seguir con el apoyo chantajista de fuerzas políticas contrarias a la normalidad democrática. El modelo constitucional está en peligro pues el gobierno de la Generalidad, representante del Estado en Cataluña, no lo respeta, se burla de él y pone a toda la ciudadanía española en una inseguridad flagrante.

No existiría tal preocupación si nos hubiéramos concienciado de que vivir en democracia requería una participación clara de los ciudadanos y saber que depende de ellos el buen funcionamiento del sistema. Es obligado que haya claridad y transparencia en todas y cada una de las decisiones políticas, de las leyes redactadas, de las consecuencias de los pronunciamientos de los diputados, de los concejales, de todo aquel que está inmerso en la acción política.

El engaño, la mentira ha sido el medio que muchos políticos han empleado para sortear situaciones complicadas, para tapar sus chanchullos económicos y obscenos. Esta forma de actuar no perdonable en otros paises o por lo menos intentan rechazarla, entre nosotros campea sin consecuencias en la mayoría de los casos. Hasta se llega a tomar una decisión que al día siguiente se sustituye por otra contraria sin efectos punibles, ni dimisión alguna. No se ha evolucionado, siguen lanzando frases caducas, propias de siglos pasados, esquemas trasnochados. El único propósito del Ejecutivo es crear impuestos, dirigir nuestras vidas y al tener el poder multiplicado por diecisiete, la asfixia se hace insoportable y se llega a tal extremo que hasta en Navarra, se atreven a planificar un programa educativo de juegos eróticos como herramienta didáctica para niños de 0 a 6 años.

Libertad, palabra desconocida por muchos, es el antídoto para nuestro maltrecho modelo político. Libertad para poder lanzar críticas al gobierno en sus errores y no ser golpeado por ello con calificativos incendiarios. Libertad para poder destinar nuestro ahorro sin la confiscación del político, para elegir los valores que creamos buenos en vista del desarrollo de nuestros hijos. Libertad para decir NO a un intento de adoctrinamiento y manipulación continua.

No podemos estar esclavizados por los que deciden cómo gastar el dinero de nuestros impuestos, tenemos que saber a qué lo destinan, y cómo lo utilizan. Y sobre todo hemos de ser libres en el momento de enjuiciar la gobernabilidad de los que han jurado o prometido la defensa del régimen constitucional.

Ante el riesgo inmediato de enmascarar delitos de alta traición y de violencia terrorista, debemos apoyar a los que respetan la ley ejerciendo sus funciones con honestidad, desde responsables de la información, jueces, servidores públicos y todo aquel ciudadano que desee vivir en democracia con la ley de referencia.

La oposició con representación en las Cortes está obligada a unir esfuerzos para montar una barrera frente a la erosión constante de los poderes del Estado. El ejecutivo está siendo dañado por el ansia de poder del que teniendo procedimientos previstos por la legislación, recurre a retorcer el camino que le lleva a la Moncloa y desde la tribuna del Congreso lanza dardos envenenados al Supremo; el legislativo dirigido por la ineficacia del presidente de la cámara, permite soflamas contrarias a la Constitución; el judicial al ser dejado en entredicho recibe presiones evidentes desde los poderes políticos.

El individuo es el que puede sacar a la sociedad del sopor y en ese espacio de libertad por conquistar, lanzarse al encuentro de los que como él están comprometidos. Sólo el individuo puede observar, pensar, valorar y con calma animarse a realizar lo mejor para el conjunto de los ciudadanos. Él frustra el empeño de los partidos de aborregar, conducir y someter al “pueblo” o la “gente” que dice Podemos. Nunca se debe perder ese Yo. Basta con profundizar en las ideologías que conforman las fuerzas políticas para comprenderlo: el Nacionalismo pregona la identidad, una identidad sacada de la tierra o del lugar donde se nace, él te da esos derechos que te distinguen de los demás. Una tierra que arrastra una cultura, una forma de ser, una lengua, un paraiso, el de los elegidos; el Socialismo se afianza en el hecho de que en la sociedad hay unos y otros, unos ricos y otros pobres o digamos obreros, hoy llamados trabajadores. Siempre tiene que buscar el enfrentamiento entre bloques, clases sociales, con añadidos nuevos, el feminismo, hombres y mujeres, la propuesta de género; los Populismos aglutinando masas, fervor, sentimientos.

Esta breve valoración muestra la necesidad de los individuos, de las personas. La libertad que rompe el pensamiento único, que facilita los incentivos, que valora la calidad, el esfuerzo, la excelencia y estimula a conquistar el futuro. Conseguir una sociedad sin borrar a cada uno de sus miembros es enriquecerla, animarla al desarrollo y a la convivencia.

octubre 15th, 2018 by lasvoces

Redacción (Ana Maria Torrijos – Se está desvelando un entramado “mafioso” que conecta las sentencias judiciales con los intereses políticos, lo que sirve de presión y chantaje a cualquier decisión legal o institucional. Esto nos plantea muchas dudas en relación a sucesos de gran impacto emocional que llegaron a los tribunales y ahora las resoluciones dadas en su momento, están sometidas a dudas. La demolición del funcionamiento del Estado liquidará ese engranaje que nos une a todos y que hoy, muchos ponen en entredicho. Muchos años de proceso democrático, avatares de todo signo, vítores y silencios. Y hemos llegado al 2018 para darnos cuenta que en el ámbito de muchas comunidades autónomas, España no está presente en las instituciones, pero tampoco en la mente ni en los planes de futuro de muchos ciudadanos. Barcelona (España), lunes 15 de octubre de 2018. Fotografía: BARCELONA (ESPAÑA), 12.10.2018. Una cartel improvisado de un manifestante, entre los centenares de miles de personas (más de 300 mil personas, según la organización) que han vuelto hoy a salir a la calle para mostrar su orgullo español, con el motivo de la fiesta nacional de España (Día de la Hispanidad 2018) en el centro de Barcelona dice que los ‘golpistas’ se han ‘estrellado’ -en referencia a los líderes independentistas en prisión y huidos- haciendo ironía con la bandera independentista la ‘Estrellada’. Dicho cartel está en la Ronda Santo Pablo de Barcelona cerca de la Plaza de Cataluña donde se ha finalizado la manifestación. Ñ Pueblo Lasvocesdelpueblo (332)

Esta mezquina actuación ha hecho proliferar los sentimientos localistas, del terruño por ser un mina de prebendas. La hostilidad a España da réditos suculentos

Pronto la pregunta nos sale al paso ¿un terremoto, una réplica del diluvio universal o un ataque nuclear? No, nada de eso. Sólo una política de contemplaciones con los nacionalismos, entregándoles parcelas de competencias claves, en las que se modela la capacidad de pensar y las posibilidades de tener criterios propios: la escuela y los medios de comunicación.

Se han dilapidado las grandes posibilidades que se tenían al emprender la nueva y esperanzadora etapa política. Un desarrollo económico, unos servicios sociales loables, una sociedad cohesionada por haber descartado los sentimientos hostiles de antaño, eran la base sobre la que se podría haber asentado un sistema democrático con la suficiente estabilidad y beneficio para todos. En ese supuesto prometedor se ha desperdiciado gran parte del bagaje que los ciudadanos con su esfuerzo y trabajo fueron acumulando. No se ha conseguido distribuir el desarrollo productivo a lo largo del país, zonas con un nivel aceptable frente a otras sin inversiones para optimizarlas. Llamativos privilegios a ciertas familias políticas, las que casualmente esgrimen un estilo nacionalista-identitario. Esta mezquina actuación ha hecho proliferar los sentimientos localistas, del terruño por ser un mina de prebendas. La hostilidad a España da réditos suculentos.

La conciencia nacional no existe, ha sido descartada de los relatos históricos y de los medios audiovisuales. Siguen los ataques a la Nación con enorme pasividad de las Instituciones, arrían su bandera, la queman, la pisotean; el Jefe del Estado, en el que se encarna su continuidad, le abuchean, le gritan, colocan su retrato cabeza abajo, y no se penaliza al activista secesionista. El ministro de turno se atreve a decir que no hay motivo para la actuación. Los políticos no asumen su deber, a eso iba destinado el voto de las urnas, su deber que no es más que defender la Nación y la ley.

La Hispania romana se hizo independiente en el momento en que el imperio se troceó

La ley en un sistema democrático tiene que ser respetada mientras esté vigente, y si se desea cambiarla o mejorarla, hay medios reglados para hacerlo. Modelo político que Europa, por supuesto España, empezó a plantear y a profundizar a partir de la Ilustración —se consideró que la soberanía estaba encarnada en el pueblo y que cada individuo era acreedor de los mismos derechos—. En cambio la Nación inició su singladura muchos siglos antes. La Hispania romana se hizo independiente en el momento en que el imperio se troceó. De la posterior fusión con los visigodos resultó la Monarquia hispana visigótica católica y a lo largo del proceso de la Reconquista se consolidó España con los Reyes Católicos. Desde ese momento, en la Historia está registrada una de las más antiguas naciones. Los modelos políticos van sucediéndose y cambiando a lo largo de los años pero quien los sustenta es ella, la Nación y está ahí si no la olvidamos. Bagaje que nos han legado y que estamos obligados a entregarlo a nuestros descendientes.

Éste es un capítulo por escribir y para redactarlo se requiere el más alto sentido común tanto en los que gobiernan como en los que hacen oposición. La ausencia de alta visión de Estado ha propiciado un deterioro continuo de las instituciones y ha revertido en lo que peor puede ser para un país, su destrucción desde dentro.

Los últimos titulares periodísticos, filtrados desde personajes de poder, han creado una desafección tan grande en la ciudadanía que el ambiente se ha hecho cada vez más desalentador. Falta claridad en todo lo que conforma la vida pública, desde los temas económicos, los educativos, los de seguridad, los de inmigración, por decir algunos pero hay muchos más necesitados de unas medidas eficaces, alejadas de toda demagogia y encaminadas a solucionar las importantes grietas que tiene nuestra vida en común.

En estos momentos estamos en el filo de la balanza y eso da pie a soflamas populistas de un signo o de otro que nos pueden arrastrar a situaciones sin retorno. Se está desvelando un entramado “mafioso” que conecta las sentencias judiciales con los intereses políticos, lo que sirve de presión y chantaje a cualquier decisión legal o institucional. Esto nos plantea muchas dudas en relación a sucesos de gran impacto emocional que llegaron a los tribunales y ahora las resoluciones dadas en su momento, están sometidas a dudas. La demolición del funcionamiento del Estado liquidará ese engranaje que nos une a todos y que hoy, muchos ponen en entredicho.

Una afirmación “nacionalidades históricas” en el redactado de la Carta Magna ha ido desintegrando el concepto de unidad. Los políticos, faltos de sensatez y de base académica sólida, juegan con las palabras como filibusteros y los demás ciudadanos vemos con desencanto y preocupación el desvanecimiento de lo que fue España y su gran legado cultural. El presidente del Gobierno no tiene respuesta al ataque constante de los que quieren demolerla. Su equipo de Ministros parecen colocados en una pista de billar, bolos dispuestos a caer uno tras otro según la fuerza o la habilidad en el tiro de los jugadores, que casualmente son los componentes de la corrupción.

El día de la fiesta nacional, el 12 de octubre, llegó un año más y fue recibido por miles de personas. Banderas, pancartas, ilusión, entusiasmo, deseos de reivindicar derechos y recordar a los olvidadizos que hay un pueblo exigiendo respeto. Frente al nacionalismo hay que defenderse y mostrar la bajeza de sus intenciones hostiles a la libertad.

Los ciudadanos iban a emplear el último resorte de la democracia para poder gritar fuerte cuál era su deseo, estaban en la calle y con sorpresa vieron que a los que dirigían sus reivindicaciones, políticos que ocupan escaños en los foros de debate, se lanzaban a colocarse en un sitio privilegiado en la pancarta preparada para tal petición. Las cámaras fotográficas y los objetivos audiovisuales de los reporteros no recaían en los representantes de las asociaciones cívicas que se habían reunido para tal gesto democrático; a los técnicos y periodistas les interesaba únicamente la opinión de los que teniendo muchos resortes para plantear propuesta de leyes con el fin de defender derechos y denunciar actuaciones delictivas, ahora ocupaban el espacio destinado a la ciudadanía.

Los causantes, por acción u omisión de la tensa situación de deterioro de la paz social, convertían aquel espacio de expresión popular, destinado a gritar ” Somos españoles “, en un escenario de conquista de votos y escaños. Los secesionistas, los filoterroristas, los populistas son los principales actores del desvanecimiento de las libertades, pero no están libres de culpa los llamados constitucionalistas por no entregarse con toda lealtad a la defensa del cumplimiento de la Constitución, que equivale a defender España.

octubre 2nd, 2018 by lasvoces

Redacción (Ana Maria Torrijos) – Suena bien y es sugestivo pero no es más que las arengas de un señor Pedro Sánchez pletórico ante sus seguidores. Un ejemplo de deterioro político, una burda imagen de lo que debe ser un servidor público, un representante desactivado de la honradez parlamentaria. Barcelona (España), martes 2 de octubre de 2018. fotografía: MADRID (ESPAÑA), 04.06.2018. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), durante la reunión en el Palacio de la Moncloa con el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko , en su primer acto oficial tras la toma de posesión de su cargo este sábado. Efe

Tenemos un historial clínico. Coherencia cuando no se tiene, unos pocos meses de gobierno llenos de desajustes y desdecirse; Diálogo sólo con los desestabilizadores del Estado; Ambición no para cumplir el marco constitucional sino para repartir cargos entre  los amigos y miembros del partido. Se ha llegado a esta situación a través de distintas legislaturas que han descafeinado, algunas de ellas, la acción de la presidencia de gobierno. El jefe del ejecutivo actual, incapaz de elaborar un programa de medidas lo suficiente profundas para solucionar todo lo negativo que desestabiliza las instituciones y merma los derechos de los ciudadanos, se dedica a lanzar salvas de poco alcance sin concretar el proceso a seguir, mientras sus ministros antes de profundizar en el cargo dimiten por actuaciones indebidas.

El Presidente del Gobierno está entretenido en estas escenificaciones mientras el ambiente en Cataluña se agrava cada vez más. Años sin cumplir la ley, sin la actuación del Delegado del gobierno, parte de la ciudadanía sin protección oficial en sus derechos básicos.

Esa parte de los catalanes que creen en el Estado de Derecho, que son españoles en esa tierra entrañable, tenían puesta su esperanza en una manifestación convocada por la asociación “Hablamos español” , en defensa de la libertad de lengua vehicular y el no adoctrinamiento en la escuela. Cumplimentados todos los procedimientos que requiere un acto de esta envergadura, tanto el Departamento del Interior de la Generalidad como el Ayuntamiento en el distrito de Ciutat Vella, dieron conformidad a la petición y el cuerpo de Mossos d’ Esquadra en comunicación con los organizadores del evento acabó de ajustar el itinerario para adecuarlo al tráfico rodado.

La primera manifestación en defensa de la escuela y libre de ataduras políticas, empezaba a recorrer las calles de Barcelona. Después de muchos años de sufrir un sofocante asalto al saber en un espacio en el que se modela lo que será cada uno, en el que se diseña el futuro, parecían abrirse los porticones que antes impedían ver la luz, la verdad. Una verdad no absoluta, pero una verdad alcanzable y no impuesta por el poder establecido. Entre lemas de libertad, se encaraba ya el final de la calle Vía Laietana cuando una barrera de miembros de las fuerzas autonómicas del orden, retuvieron esa explosión de soberanía ciudadana. Pesó más la imposición ilegal de un grupo de secesionistas que la expresión democrática, pacífica de unos ciudadanos con el permiso de manifestación en su poder. El grito de libertad no pudo retumbar en la plaza San Jaime enmarcada por la fachada del Ayuntamiento y por la de la Generalidad, las dos instituciones que les habían avalado para expresar su protesta.

Ese emblemático lugar que tuvo que presenciar rebeliones contra el Estado de Derecho en otros momentos del pasado, no pudo vibrar al son de las frases que pedían el  respeto de los derechos individuales recogidos en la Constitución. La expresión de acato a las normas más elementales de la democracia, fue alejada del escenario donde se supone residen los más altos dignatarios de la voluntad popular catalana.

La legalidad, ausente en el ámbito académico, salió a la calle en busca del ciudadano pero topó con un dique de contención trazado por el nacionalismo identitario. Los medios de información, genuflexos durante muchos años ante la doctrina totalitaria, no reflejaron antaño el flagrante atropello de la ley; en sus titulares consta —lo bueno que es el plan educativo de inmersión lingüística—. El gobierno nacional anterior y el actual, ocultando los pruebas del adoctrinamiento que se da en las aulas catalanas , ha prevaricado. El defensor del pueblo autista ante las demandas de los padres que se atreven a pedir libertad de elección de lengua, desvia su mirada hacia otros paisajes más sensibleros.

Nunca se ha planteado en las Cortes con la profundidad que requiere, la exclusión del español de las aulas y de los lugares públicos. La conculcación del derecho del docente a recibir la enseñanza en la lengua oficial del Estado, ya ha rebasado los límites de Cataluña, ahora está también presente en el País Vasco, en Navarra, en la Comunidad valenciana, en Baleares y en proyecto en Asturias, cuna de la histórica Reconquista, desde donde se empezó a recuperar la España cristiana.

Lo que hemos sido desde siglos está en vías de disolución y nosotros desenfocados por tanto cainismo interno, no apreciamos ese pasado. La lengua común forjada en ese transitar de siglos durante los cuales todos nos hemos involucrado para rescatar lo que entramó la Historia y a los que lo imprimieron con su esfuerzo, puede ser sepultada.

El despertar que recorrió algunas calles de la ciudad condal debe animar a todos los que quieran ser protagonistas de su destino. La marcha fue interrumpida por los que temen que el ciudadano se quite la losa del dogmatismo, diseñado para satisfacción de los señores del poder, pero ya es imparable. Somos libres, y para ello hemos de ejercer en la escuela y en todo el marco institucional que debe considerarnos ciudadanos de pleno derecho: Ser español y poder hablar en español.

Ana María Torrijos

septiembre 5th, 2018 by lasvoces

Redacción (Ana María Torrijos) – En ocasiones es conveniente interrumpir lo que ocupa nuestro tiempo libre. Pararse a meditar sobre algo acontecido que a primera vista no se le dió importancia, no por no tenerla sino porque la presión de lo que estábamos haciendo nos precipitaba a seguir adelante. Ofrecerse a esa reflexión posterior es lo más serio y responsable que se debe hacer. Tarea que se rehúye por si el balance extraído de esos escasos minutos dedicados a racionalizar hechos, frases, gestos y hasta silencios, pueda ser muy sangrante. Barcelona (España), miércoles 5 de septiembre de 2018. Fotografía: BRUSELAS (BÉLGICA), JULIO DE 2018. El presidente independentista Quim Torra, un xenófobo, durante su discurso para arropar al huido Puigdemont devuelta a Bruselas, tras la retirada de la euroorden contra él. Efe

Ahora bien, si no lo hiciéramos por esa reacción pusilánime, todo nuestro mundo de desarrollo cultural se vendría abajo. No se puede vivir sin valorar lo que emprendemos o dejamos de emprender, iríamos a tientas. Si los animales de compañía comparten nuestras casas y aprenden a actuar, qué no haremos nosotros con un cerebro de mayor capacidad.

Entonces ¿Por qué estamos hipnotizados por una espiral de “buenismo”, de lo “políticamente correcto”? Falsos conceptos instalados entre nosotros por quienes pretenden conducirnos como autómatas, incapaces de valorar lo acertado, lo justo o sus contrarios. Lo que se entiende por esas expresiones sólo lo dictan los gurús, una generación de políticos, que nos quieren atrincherar entorno a una pesada losa funeraria, cuando lo que ahora interesa y conviene es trazar proyectos de futuro.

El espacio de acción que con un gesto, digamos de generosidad, se ha cedido a los ciudadanos, está tan manipulado que distorsiona la realidad e impide sacar sabias moralejas. “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado” (Artículo 1.2 del Titulo Preliminar de la Constitución), ahora hasta la señora político de turno nos la ha negado al argumentar que reside en el Congreso de los Diputados y no matizar – por delegación de los ciudadanos -, y lo más sorprendente es que por intereses partidistas lo ha manifestado para quitar presencia y capacidad de veto al Senado, Cámara de representación territorial, elegida igualmente por los ciudadanos; ambas cámaras son piezas fundamentales para legislar y controlar al otro poder del Estado, el Gobierno. Poco podemos esperar de estos imberbes políticos, cuando hasta les falla el conocimiento de la Carta Magna si es que alguna vez se han esforzado en leerla o por lo contrario, con habilidad dañina retuercen el lenguaje para alterar la realidad.

Ante estas ausencias de calidad democrática se impone un profundo silencio, el asfixiante “buenismo” que obliga a renunciar a tomar parte en significarse, anonimato que no responsabiliza pero hace mucho daño a la libertad. Cuestionar la llegada incontrolada de emigrantes a nuestras fronteras con el deterioro consiguiente del orden público y la falta del respeto a la ley, pone en entredicho al “osado” que se atreva a indicarlo. Considerar necesario la convivencia de la enseñanza y sanidad pública con la privada, convierte al que lo expone en el centro de la diana de los improperios más feroces y tampoco quedan atrás los ataques cuando se defiende la propiedad privada frente a los okupas.

En Democracia la pluralidad es lo propio y eso implica la diferencia en planteamientos y en posibles alternativas. A estas alturas de nuestra andadura democrática, en los debates públicos imperan las consignas propias de procesos revolucionarios, y quien las redacta es la extrema izquierda populista. En esas consignas todo lo que no se ajusta a los planteamientos comunistas, es denominado “fascista” pero lo más grave es que nadie es capaz de estructurar una réplica firme para dejar claro que entre ambas ideologías totalitarias, existe un amplio espacio de posicionamientos, éstos plenamente democráticos. La ley de la memoria histórica para un sociedad, que había superado una guerra civil y el periodo de transición de un Estado autoritario a uno parlamentario, ha supuesto una vuelta al enfrentamiento y lo peor a un revisionismo de la historia. Y el “buenismo” sigue creando un vacío de opinión que socava de raíz la Libertad.

Sin minusvalorar otras carencias, lo más grave que está acechando en estos instantes a España es la puesta a juicio de su existencia como país y la desestabilización de su modelo político. Un golpe de Estado, una locura desenfrenada de individuos carentes de principios democráticos, años incubando el nacionalismo, está retando a las instituciones y poniendo en peligro la convivencia, el respeto de la ley. Y en frente ni hubo antes gobierno con el señor Rajoy ni lo hay ahora con el señor Pedro Sánchez. Buscar la causa de esta inanición plantea un interrogante: Intereses partidistas o el “buenismo” imperante.

Lo más paradójico es observar a los que también desde la trinchera y compañeros del nacionalismo en la demolición del Estado, con desenfrenados ataques a todos los valores religiosos cristianos, asaltando capillas, tildando con desprecio a la jerarquía eclesiástica, quieran ser ellos los que arropen a los desheredados y se den a sí mismos medallas de misericordia. Los tildados honestos y demócratas por el talante “buenista” , avasallando unidos los derechos individuales, atropellando la ley, retando los principios democráticos preparan la mecha explosiva que haga estallar el marco constitucional. No sería preocupante si el gobierno tuviera claro la aplicación de la ley, pero la versiones engañosas, el juego del lenguaje, vaciado de su significado o mejor dicho pervertido paso a paso, ha hecho creer que en política no tiene espacio la acción judicial.

No se cumple ni se hace cumplir la ley, la democracia es negada y los ciudadanos son abandonados en las comunidades que están lideradas por el nacionalismo, un nacionalismo en franco reto al Estado de Derecho. Proliferan los conatos sociales a medida que la impunidad se consiente.

¿Qué es lo que hace que ningún líder político, los llamados constitucionalistas, clame en serio por el respeto de la ley?
No hay que esperar mucho para obtener una respuesta. Los datos, hechos y demás atropellos a las normas, nos dan la respuesta —el mutismo frente a la inculcación de los derechos individuales—, un mutismo interesado que nos empuja por el tobogán del enfrentamiento social.

El diálogo, el consenso no tiene cabida a estas alturas del proceso. Dejemos a un lado esas palabras huecas, cargadas del “buenismo” al uso y pidamos la aplicación de la ley y tener al frente de las Instituciones a políticos, simplemente políticos con la grandeza del término.

Ana María Torrijos

enero 16th, 2018 by lasvoces

Redacción (Ana Maria Torrijos) – El catalanismo llegó a ser superior que cualquier otro concepto, y si éste negaba los derechos individuales, el respeto de la ley, el ascenso laboral, la libre opinión y otros muchos valores de la democracia, no importaba, primaba el ser “catalán”, el terruño que nos ha visto nacer, con sus cuatro límites, nada era más importante que eso. En Bruselas ya en primavera estaban en las calles los militares por riesgo de posibles atentados terroristas, por el contrario en Cataluña después de los terribles sucesos de las Ramblas no se consideró que debieran hacer acto de presencia. Barcelona (España), martes 16 de enero de 2018. Fotografía: GRANOLLESR (BARCELONA) ESPAÑA, 7.09.2015. La entidad extremista fanática separatista Asamblea Nacional Catalana (ANC) de uno de los ‘Jordis’ ha instalado la estelada en un terreno particular en la entrada de Granollers (Barcelona). El símbolo de odio contra España de esta entidad, sostenido por una farola, está en unos terrenos de propiedad privada que tocan a la Carretera del Masnou, a la altura del barrio de Can Bassa. La instalación, que ha requerido del uso de una grúa, dispone de un agujero con 7 metros cúbicos de hormigón y con un mecanismo para poder subir y bajar el trapo secesionista de ERC, CUP y Convergencia-PDECAT. ANC ha explicado que dispone de los permisos de obras correspondientes y lamentó que el Ayuntamiento de Granollers no les haya querido vender una farola de segunda mano. La instalación ha sido financiada íntegramente por la organización. La farola que sostiene la estelada ha tenido un coste de unos 600 euros. ACN

“Quien esté libre de culpa tire la primera piedra” sentencia de mucho recorrido pero muy fresca para volverla a repetir y encajar perfectamente en la delicada coyuntura político-social en la que nos encontramos. Ningún partido político acostumbrado a ostentar parcelas de poder, puede ponerse a dar lecciones de eficacia, pues todos ellos tienen fallos en su gestión y algunos de sus miembros están o han sido imputados por diversas causas contrarias a la legalidad.

La nieve, el frio, la lluvia estaban ausentes en gran parte del país. La sequía era la preocupación de los agricultores, las cosechas prontas a sucumbir. De repente, no sin avisos previos de los meteorólogos, con la llegada de los Reyes Magos un blanco manto cubrió montañas, árboles y la autopista AP-6. Ocurrió lo que era de esperar, atascos, coches cruzados, colapso total. Las explicaciones que se dieron por parte del Gobierno de turno fueron las mismas que en otras ocasiones se habían oído de otros distintos Ejecutivos. Polémica que aumentaba cuando los varios voceros de una u otra fuerza política intervenían. Los ciudadanos desde sus casas, frente a los dispositivos audiovisuales que les ofrecían las imágenes de aquel gélido cuento navideño, las valoraban de lamentables y de una insolvencia mayúscula: Unos por no ir sus coches preparados ante la inclemencia del tiempo, otros por no cerrar los controles de pago o    de entrada a la autopista en cuanto se inició la fuerte nevada, los de más allá por no mandar al personal competente-quita nieves, propiciaron todos una escena de largas horas de caos, de irritación y de desespero.

Transcurría la Navidad, la más pintoresca desde hace muchos años, con escenas diseñadas por los secesionistas catalanes, conversiones a la fe católica, frases elaboradas y emitidas desde el exilio, lazos amarillos por doquier, cabalgatas que de ser el escaparate de la ilusión de unos pequeños necesitados de ese ensueño infantil, se  transformaban en mensajes a los golpistas, el deseo de su liberación, cuando al instante, en unos segundos la grandeza de la madre naturaleza, en ese fin del solsticio de invierno, regaló una escena dantesca, la insolvencia de una sociedad que ante las sorpresas imprevistas no reacciona y facilita el colapso de kilómetros de autopista.

Si ante un simple contratiempo nadie en varias horas puso los medios para salir de él, cabe pensar qué ocurrirá cuando los lanzados a la carrera de la fractura de España, prosigan con sus planes golpistas. En la inclemencia del tiempo, el ejército hizo acto de presencia, miembros de la UME (Unidad Militar de Emergencias) con palas retiraron la nieve que inmovilizaba las ruedas de los coches. Por deducción se considera posible contar también con él cuando nuestro país esté al límite o por el contrario, entonces nuestros políticos se opondrán a que el ejército tenga presencia en esa coyuntura. En Bruselas ya en primavera estaban en las calles los militares por riesgo de posibles atentados terroristas, por el contrario en Cataluña después de los terribles sucesos de las Ramblas no se consideró que debieran hacer acto de presencia.

Tabúes multiples atenazan a los ciudadanos, una sociedad inmovilizada desde años por los augures, por los hechiceros o por los encantadores. Con latiguillos verbales dirigidos a quién se pronuncie con ciertas opiniones, ante actos o tomas de decisión que no encajen en los parámetros doctrinarios de esos tenebrosos seres, se ha invernado a gran parte de la sociedad. Y esto ha tenido graves repercusiones, un vacío de opinión opuesto al oficial, un callar por no ser aislado, por no ser catalogado con un bien escogido listado de calificativos.

Pero el mal no es eterno y por esos azares todo empieza a cambiar, muchos son ya los que dejan su exilio de ciudadano en ejercicio. Las manifestaciones no convocadas por sindicalistas ni por políticos, empiezan a llenar las calles y plazas de las ciudades. Quejas, reivindicaciones y peticiones reales nos empiezan a acompañar con frecuencia y detrás de toda esa lista de “requiebros” están los que trabajan, los que ven peligrar sus pensiones, los que no pueden ejercer de españoles en ciertas partes del país, los que no pueden disponer de una educación de calidad, con nombres y apellidos. Las encuestas reflejan una caída de los que gobiernan y de los antisistema. Esta noticia que podía llenar de esperanzas, no calma la preocupación de muchos electores. La causa no es difícil de apreciar, el repuesto no colma todos los entusiasmos.

Sigue sin cambio alguno la variable identitaria y los partidos constitucionalistas en esas comunidades en las que tiene presencia esa dañina ideología, no manifiestan un mensaje nítido, ni en el lenguaje ni en la elección de sus candidatos. La costumbre perniciosa de marcar la distancia, no lejana entre ellos y los nacionalistas, para preparar acciones edulcoradas, cercanas a las formas de esos doctrinarios, continua implacable. Desde el inicio de la democracia, siempre el centro derecha y el centro izquierda han tenido la obsesión de tener una presencia que los acercase a sus homólogos nacionalistas. Algunos colocaron una sigla localista para que no hubiera duda PSC ( PSOE ) o un matiz distintivo Centristas per Cataluña ( UCD ) , luego ya pasados unos años PSC o PPC.

Esa losa que impone unas ideas ancladas en las páginas pasadas de la Historia, deshechas por el peso de lo que hace al hombre grande -la búsqueda de la verdad y de la justicia- era lo que marcaba el mezquino interés electoral. Si algún militante de valía demostraba sus posibilidades para colaborar en el desarrollo del programa ajustado al sector social que podría auparlo, era cuestionado por su distancia al nacionalismo. Así la derecha y la izquierda catalana fue abandonando a sus electores, pues lo natural para la élite dirigente nacía de ese caldo de cultivo que era el llamado catalanismo.

El catalanismo llegó a ser superior que cualquier otro concepto, y si éste negaba los derechos individuales, el respeto de la ley, el ascenso laboral, la libre opinión y otros muchos valores de la democracia, no importaba, primaba el ser “catalán”, el terruño que nos ha visto nacer, con sus cuatro límites, nada era más importante que eso.

Es de esperar para bien de todos los españoles, que llegado ese crítico momento de desestabilización, los resortes del Estado funcionen en defensa de la legalidad.