febrero 28th, 2016 by lasvoces

Redacción (Ana María Torrijos, licenciada en Filología Clásica) – Una solución viable para paliar los despropósitos y las quimeras sería dar al pueblo la opción de votar por segunda vez. “Los espejos cóncavos dan el esperpento” nos decía Valle Inclan. En estos tiempos se hace evidente esta frase, pero no porque sean los héroes clásicos los que se reflejan en la superficie vítrea, sino por proyectarse los penosos protagonistas de la política. Barcelona, 28 de febrero 2016. Fotografía: Imágenes archivos de la articulista catalana Ana María Torrijos. Foto Joseph Azanméné Ngabgué/Lasvocesdelpueblo.

Democracia no es presenciar la disputa de un niño, rodeado de otros muchos ante una piñata, golpe tras golpe, con el afán de que caigan los dulces regalos. Democracia es algo muy serio, es estabilizar el país, es gestionar con tino el dinero de todos los ciudadanos, es dar de España una imagen solvente, es decir con firmeza que la ley está para cumplirse, es impartir justicia.

No es justo que se intente alcanzar el gobierno con pujas devaluadas o por puro quietismo

Una solución viable, para paliar los despropósitos y las quimeras realizadas o a punto de hacerlo, sería dar al pueblo la opción de votar por segunda vez, si es que fuera imposible llegar a un acuerdo constitucionalista. No es justo que se intente alcanzar el gobierno con pujas devaluadas o por puro quietismo. El pasado cercano nos ofrece una experiencia indudable: La difícil situación en la que se encontró el señor Aznar cuando por primera vez ganó las elecciones, con mayoría minoritaria y con dificultad para asumir la gobernabilidad; entonces se decantó el líder del PP por el pacto con el señor Jordi Pujol; conviene recordar lo nefasto de aquellos humillantes acuerdos; entre las concesiones a los nacionalistas, entonces llamados catalanistas, hoy secesionistas, estaba la volatilidad del Ejecutivo en competencias educativas, clave en el proyecto de vaciar la esencia de la Nación española si es que antes no se la había herido ya gravemente. Se colocó ante el abismo su bandera, su himno y su lengua, elementos comunes a todos los ciudadanos, identificación ante el mundo, y se abrió el portón para arrinconarlos y vejarlos.

Los peligros ante la debilidad del Estado y el egoísmo personal de unos políticos poco consistentes, acechan y nos pueden aproximar al desastre social. Los golpes de Estado no tienen siempre el mismo formato ni se producen todos en un momento

El secretario general de Podemos, Pablo Manuel Iglesias Turrión (c), durante una rueda de prensa que ofrecido en el Congreso de los Diputados de la patria; con el motivo de las negociaciones para formar el futuro gobierno de España. Efe.

El secretario general de Podemos, Pablo Manuel Iglesias Turrión (c), durante una rueda de prensa que ofrecido en el Congreso de los Diputados de la patria; con el motivo de las negociaciones para formar el futuro gobierno de España. Efe.

puntual ni con idénticos protagonistas; ahora sufrimos uno, el más misterioso, opaco y ralentizado por la inactividad de las instituciones, el que lidera el Nacionalismo. No hemos aprendido lo negativo que es para una sociedad esa nefasta ideología. Dañó con fuerza a la Europa del siglo veinte y nosotros como siempre, tarde y mal, la hemos despertado y la hemos sembrado en nuestra propia tierra, para beneficio de unas castas sociales enloquecidas por los más bajos instintos del ser humano, algunos con el tiro en la nuca, otros con la humillación de considerar inferiores al diferente, los restantes con ingeniería lingüística y falseando la historia. No es una confrontación de ideas, de posicionamientos encontrados, a la luz de lo que se prescribe en democracia, es dolor, engaños y desgarro del sentimiento de pertenencia que debe tener un niño en su desarrollo emocional cuando le hurtan su lengua materna, que en nuestro caso es también la lengua común y oficial de todos los españoles.

Pasan los días y nos preguntamos si este vacío y posible hecatombe nos puede llevar a una situación económica que haga cuestionar el ritmo de vida de las familias. Todos hemos hecho muchos sacrificios, especialmente la clase media, sobre la que gravita el peso de los impuestos. Este sector social, que cree por experiencia en el esfuerzo desde la edad escolar, hasta la consecución de un puesto de trabajo después de haber potenciado la formación personal, es el que facilita con acierto las libertades por abanderar el derecho al voto de todos los ciudadanos. Y todo ello para poder prosperar y romper las barreras del destino que impone el nacimiento; inquietud por mejorar y dar al conjunto de ciudadanos un modelo más justo, y también permitir entrar por la puerta grande la sentencia “todos iguales ante la ley”, fundamento del Estado de Derecho.

Una sociedad preparada ante el reto de la libertad no está en el tuteo con las barricadas, ni con los acosos, ni con los chistes de humor negro, ni con los asaltos a espacios privados, ni con el ritmo poético de una oración ofensiva, ni con el incumplimiento de la ley al repetir una y otra vez, con aire impertérrito incluido, “España nos roba”.

Cabe poner coto a estos ademanes si queremos convivir y tener una cierta tranquilidad

Durante los primeros meses del 2016, la calidad que requiere el candidato para el servicio público ha ido decreciendo, cualquiera puede aspirar : un palmito, una lengua capaz de mentir, de lanzar insultos y una sonrisa abierta o simple mueca irónica en la cara. Un equipaje muy ligero para el aspirante a la Moncloa, a la presidencia autonómica, a la alcaldía de cualquier ciudad o municipio. El hastío es máximo en los plenos de los ayuntamientos, en los debates de la cámara baja y el desconcierto es total en las tertulias de la pequeña pantalla. Ya es imposible dejarse conmover por una buena oratoria, lo único que prima es el físico, una presencia aceptable ante las cámaras televisivas y un discurso impropio de la responsabilidad que supone tener entre las manos el funcionamiento del Estado, sólo prima la demagogia.

Sorprende que se apoye con un número importante de votos a grupos y a partidos que su única intención es desbaratar a la sociedad desde sus más profundas raíces; no existiríamos si vaciásemos o mejor dicho arrasásemos con zafios procedimientos lo más elemental de nuestra entidad como pueblo. Si nos comprometemos con la libertad, es obligado conocer que no se es libre si nos negamos a saber la verdad y a descubrir qué hay detrás de una imagen aparente. Decidir requiere observar, pensar y finalmente asumir responsabilidades. Las mismas responsabilidades que tendrán quienes sin coincidir con los planteamientos de esos grupos radicales, les han votado; introducir su papeleta en la urna podría haberse propiciado por el desencanto ante los resultados de la acción política y ante el rechazo posterior, pero si los coletazos de esa decisión desembocan en una grave eclosión, hay responsabilidad. Los agravios a las creencias religiosas son los primeros atisbos de estos grupos, que con la bajeza propia de un bronco proceder actúan sin las mínimas formas de respeto. La falta de consideración a los miembros de la sociedad es una constante en la vida pública e inaceptable, se extiende como una marea. Cabe poner coto a estos ademanes si queremos convivir y tener una cierta tranquilidad; en el caso que no lo hagamos, aún queda mucho por ver.

Produce sorpresa escuchar la queja de las altas Jerarquías de la Justicia ante las propuestas podemitas sobre su nombramiento , cuando hace ya años que los políticos han deteriorado la independencia del poder judicial. En legislaturas pasadas no ha habido comunicado alguno. El silencio era más fácil para los que querían promocionarse a través del dedo de los políticos, una promoción más rápida. La corrupción ha estado y está muy extendida.

Nos estamos jugando el bienestar de muchos días que aún nos tocan vivir

Es de lamentar que hayamos minado la democracia, sistema político generoso en libertades y esa misma libertad puede destruirlo si no cuenta con ciudadanos leales a la causa. La solución al delicado momento que vivimos, está en nuestra presencia en la vida pública, siempre hay espacios, no importa lo pequeños que sean. Es posible desactivar el dispositivo fatal si la sensatez, el respeto a nosotros mismos y a nuestro país, nos hace ser precavidos.

Nos estamos jugando el bienestar de muchos días que aún nos tocan vivir, no seamos marionetas, ni seamos espectadores inactivos de ensayos de investiduras sin viabilidad posible, no queramos ser pagadores de sus delirios. Leamos con detalle los muchos puntos que constituyen el acuerdo entre C’s y PSOE, algunos nos sorprenderán. El referéndum socialista a su militancia queda reducido a preguntar – si se quiere que el partido gobierne -. Pregunta propia de un sistema político teledirigido, no la que merece un modelo democrático.

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febrero 12th, 2016 by lasvoces

Secesionistas alentadas por la dejación del Estado y extrema izquierda cautivan la juventud con “Derecho a decidir” o “Democracia popular”

Los ciudadanos al iniciar el día, tienen ante sí una agenda apretada. Lo inminente es saber si la podrán cumplir. Esa lista , en ocasiones cargada de obligaciones, ha carecido de prioridades, y ante la imposibilidad de abarcarla al completo, se han descartado algunas de vital importancia; la entrañable atención al crecimiento de los peques y adolescentes, no ha sido de las más observadas. Importante la salud, el aseo, la escolarización, algún que otro regalo o satisfacer un capricho, pero hemos olvidado el crecimiento de sus personas en valores cívicos y en lo referente al espíritu. Artículo de Ana María Torrijos, licenciada en Filología Clásica. Barcelona, 12 de febrero 2016. Fotografía: Un extremista separatista catalán durante la manifestación separatista del 11-S 2014 reclamando al “Gobierno autonómico de Cataluña desobediencia” a las leyes democráticas del Estado de la Nación. Efe.

El ir al colegio bastaba para conseguir el juicio de una persona adulta y allí ya se encargarían de sus aptitudes. Con estas consignas se ha dejado

Ana María Torrijos Hernández, licenciada en Filología Clásica. Foto Joseph Azanméné N./lasvocesdelpueblo

Ana María Torrijos Hernández, licenciada en Filología Clásica. Foto Joseph Azanméné N./lasvocesdelpueblo

en manos de los profesores la orientación moral que requiere un niño. La injerencia de la política en el ámbito académico ha distorsionado las ideas, los conocimientos y la capacidad crítica. Los padres, relegados de la educación de sus hijos, tampoco han vigilado los conocimientos que les enseñaban en el aula, cuyos contenidos muchas veces eran torpedos en la línea de flotación de su adiestramiento como persona.

Cada generación tiene una máxima, fijar los fundamentos humanos, sociales y culturales que permitan continuidad. Función que ha venido realizándose desde que el hombre existe y cuando no se ha conseguido, las consecuencias han sido negativas, retroceso en el desarrollo. Tarea no cumplida en estos últimos años. Una franja amplia de edad joven desorientada, unos sin proyecto de futuro al faltarles preparación profesional por el alto fracaso escolar, otros sin ideales, sin referencias que les hagan ser capaces de ofrecerse con altura de miras, otros con el propósito de conseguir dinero fácil o entregarse a la juerga. Situación negativa que desestabiliza a cualquier sociedad.

Un sistema democrático se legitima con la ley y con la participación plena de los ciudadanos que hayan alcanzado la mayoría de edad, el derecho a voto. Ir a las urnas no es un gesto banal, en ellas se deciden los gobiernos y éstos trazan la dirección de la política, en definitiva el futuro y el desarrollo. Los votantes y afiliados a las opciones que han constituido el bipartidismo, son más en número y mayores de cuarenta años. ¿Qué ocurrirá cuándo en poco tiempo se coloquen en edad de emitir el sufragio para la gobernabilidad, los niños y los no tanto, que por cierto, ya han empezado a hacerlo?

Las posiciones secesionistas, alentadas por la dejación de las funciones del Estado y los partidarios de la extrema izquierda radical, salidos del activismo callejero, no desactivado desde aquel 15M, han cautivado a parte de la juventud con proclamas “Derecho a decidir” o “Democracia popular”. No hay nada fácil, el momento es complicado y la población en sus casas está inquieta. Las alternativas no satisfacen. La pluralidad de ofertas no es mala en sí, ayuda a pensar, a ampliar matices, responde a la sociedad de la comunicación.

Lo asombroso es no tener dirigentes sólidos capaces de planteamientos válidos. Estamos entre dos encrucijadas: en una, los partidos asentados, con experiencia pero rígidos por no primar alternativas internas que dinamicen contenidos y no facilitar a los militantes comprometidos con la rectitud y la legalidad, a estar presentes en cargos de dirección; en otra, los partidos de nuevo cuño, iniciados hace poco en los espacios políticos y con una impronta que puede ir desde la bisoñez hasta las ganas de llegar a toda costa y lo peor, asumir fórmulas delirantes. Unas organizaciones políticas incapaces de poner en primer término el interés del país, proclives únicamente a la búsqueda del poder; algunos de sus miembros, aunque jóvenes ya llevan tiempo viviendo de la subvención fácil, mal endémico de la actividad pública, en la universidad, en el asociacionismo, en la política, en el sindicalismo y en otras muchas áreas, cuando lo que vale realmente es tener iniciativas, emprender . El riesgo es intrínseco en la vida. Proponerse vivir siempre con muletas es la muerte anticipada y dar pie a que impere la picaresca, vividores de la ayuda social, es un lastre inevitable. En los países encuadrados en la Europa democrática, los departamentos encargados del control de las ayudas, que en ocasiones son necesarias y es justo darlas, están muy vigilantes para que no se cometan fraudes con el dinero de los impuestos que todos los ciudadanos pagan. Nosotros por el contrario regalamos a través de las distintas administraciones a los de aquí y a los venidos de fuera, un dinero fácil, “el dinero público no es de nadie” en detrimento de los servicios de la ley de dependencia y de las pensiones.

Y la sociedad, con un déficit en conciencia ciudadana por no haberse implicado a fondo en tres ámbitos esenciales, la familia, la escuela y el sector informativo, tiene parte de culpa en el deterioro en el que nos encontramos.

Los que se van incorporando a la actividad social, laboral y política requieren por su juventud una carga de ideales que les haga vibrar y les haga tener ilusión; por el contrario, por no oponernos a un falso progresismo, se les ha privado de los valores que puede aportar el estudio con la lectura, el trabajo con la disciplina, la religión o actividades solidarias con el respeto y amor al otro, la cultura con el entusiasmo por lo bello, la historia con el orgullo de ser ciudadano de un gran país. Estas son unas de las bases imprescindibles para una sociedad segura de sí misma, capacitada para discernir lo que a todos nos conviene y sobre todo para saber convivir.

En el marasmo de gestos impropios de una democracia seria, aún surgen por suerte, acciones cívicas de anónimos ciudadanos – títeres de carnaval perniciosos, unos niños inocentes y unos padres responsables-; estas iniciativas se dejan notar a lo largo del país, son resistentes frente al desorden, a la falta de respeto a las mínimas normas de comportamiento. Pero es sintomático que salgan de la ciudadanía y sean aún pocas. Las causas de la falta de implicación pueden ser diversas, desde el que cree que es obligación de los políticos hacerlo, el que siente vergüenza o miedo por mostrar sus opiniones y hasta el que ha renunciado a ir contra corriente. La argumentación para contrarrestar estas formas de proceder es fácil. Nunca se ha de dejar el mando en exclusividad al que gobierna, el sonrojo y la cobardía son sentimientos penosos de pérdida de la dignidad y por último poner diques a cualquier fuerza avasalladora permite salvarse. Notable sería seguir el ejemplo de las personas que mantienen la conciencia de serlo. La libertad no es un regalo , es una conquista de sociedades reflexivas, cultas y educadoras de sus “nuevas promesas”, la juventud.

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febrero 2nd, 2016 by lasvoces

Cruciales son los días y las semanas próximas para el futuro de España

La vanidad facilita anunciar reflexiones y planteamientos muy poco coherentes. Una predisposición humana como ésta, puede ser no arriesgada cuando las consecuencias son leves, en cambio adquiere tintes dramáticos cuando son desestabilizadoras. En política son frecuentes los actos vánales sin previa

Ana María Torrijos Hernández, licenciada en Filología Clásica. Foto Joseph Azanméné N./lasvocesdelpueblo

Ana María Torrijos Hernández, licenciada en Filología Clásica. Foto Joseph Azanméné N./lasvocesdelpueblo

valoración, es más rentable encandilar al súbdito que alentar al ciudadano a meditar sobre lo que puede ser más beneficioso. Barcelona, 2 de febrero 2016. Artículo de Ana María Torrijos, licenciada en Filología Clásica. Fotografía: Una mujer con una bandera de España en una plaza de la patria española. Foto Buscatrabajo.org.

Una actitud que está de moda y que se pretende acuñar como parcheo a todos los problemas que estamos obligados a soportar, es el mantener el falso debate “la nueva política mejor que la vieja política”, “los políticos jóvenes más reconocidos que los de más edad”, con un sibilino planteamiento para descartar sin exclusión todo lo hecho antes e incluso la transición democrática, y además a todos los que han participado hasta este momento. Las soluciones exitosas no dependen de la edad sino de la inteligencia y en esta tesitura la realidad presente no dista tanto de la del pasado: mismos agentes, los hombres, y mismas tensiones, las grandezas o mediocridades humanas; no cabe justificar nuestra vanidad blandiendo en voz alta el desarrollo científico y tecnológico del momento actual, pues sólo es un simple espacio en el que nos movemos, contando en primer término los sujetos y sus sensibilidades íntimas.

Plutarco, siglo I d. JC, en la Roma imperial, manifestó” el verdadero destructor de las libertades del pueblo es aquel que reparte botines, donaciones y regalos” sabia afirmación en el momento histórico que la vio nacer, pero incluso ahora está vigente y es necesaria para comprender los importantes errores que se han cometido, errores que han deteriorado la política al desvirtuarla en su esencia.

Los partidos han dejado de ser plataformas de ideas, proyectos serios y viables, para trufarse de innumerables concesiones a favor del votante. La facilidad con que se juega con el dinero de los presupuestos al hacer creer a una parte del electorado que todo es gratis, cuando en realidad sale de los impuestos, inyecta en la masa social una actitud soterrada de dependencia. El populismo está calando y es debido a la falta de pluralidad informativa que reina en las televisiones de mayor audiencia, altavoces de propaganda de masas, pero hay otro factor importante que agudiza la situación, la baja calidad del modelo educativo. No se educa ni se informa al ciudadano para que en parámetros de libertad pueda discernir lo adecuado en cada momento.

Si con espíritu curioso repasamos los” discursos recientes”, de dos años hacia aquí, son visibles los engañosos favores que están dispuestos a ofrecernos: todos por el simple hecho de vivir, tenemos derecho a un salario, a una vivienda, al suministro de luz, agua, gas, a la plaza escolar, a la universidad, sanidad y dentro de poco a un coche de gran lujo y a vacaciones en el Caribe, eso sí, todo gratis, el maná bajará del cielo, mejor dicho, para ajustarnos más al lenguaje laico de lo políticamente correcto, descenderá del espacio con platillo volante incluido. Dicho así parece un guion de una farsa literaria, cuando en realidad es una descripción sin engaños y sin analgésicos atenuantes. Te seducen con falsos espejismos, que después has de pagar con el IVA, con el IRPF, con el IBI, con los impuestos camuflados en la gasolina, en la factura de la corriente eléctrica y con otras muchas más sangrías. Pero gran parte de la población o no quiere o no alcanza a saber que de esos euros recaudados, se pagan sólo algunas prestaciones sociales, pues antes se ha de cubrir las sisas que se dispensan a sí mismos los representantes públicos.

Desde que fue escrito el Lazarillo de Tormes muchos siglos han pasado, los suficientes para haber aprendido los españoles a ser honrados y en especial los representantes públicos. Constatamos que no hay enmienda, continuamos pagando un peaje mortal, la drávida al “listillo de turno” y sonreímos cuando el operario nos camufla el pago de un arreglo sin factura, no percatándonos de que incentivamos con este gesto a los ladrones de guante blanco, los que ejercen sus funciones de presidentes, de diputados, alcaldes y concejales. Lo que prima es conseguir dinero: si para ello ha de venderse la vida privada y destrozarla ante una pantalla televisiva, no importa; si se ha de retener un expediente en un cajón para que se eternice, no importa quién salga perjudicado; si se obliga a mentir o a callar ante un tribunal, no importa que culpen a un inocente, el delincuente compensará; si se ha de engañar en un debate público para conseguir el poder y las remuneraciones que comporta, no vale inmutarse; si se mete la mano en el erario público que repercute en más impuestos a los ciudadanos, es indiferente, mientras que el autor salga impune.

El ser humano necesita desafíos y no conseguirá superarlos si no desarrolla sus capacidades y su recto proceder. Siempre ha sido así. “Ganarás el pan con el sudor de tu frente” nos dejaron por escrito nuestros antepasados. El verdadero bienestar es propiciar el desarrollo económico, facilitar la creación de puestos de trabajo, incentivar el estudio, el aprendizaje laboral y acompañarlo con la honestidad. Tenemos derechos pero también obligaciones, esforzarnos, estudiar, colaborar, ya que el conjunto de los ciudadanos, o sea el país necesita a cada uno de nosotros. Es de necios pretender tocar una estrella sin subir a una “escalera”. Primero hay que descubrir las estrellas , captar su belleza, querer rozarlas, conseguir un trabajo remunerado, adquirir la escalera adecuada, estar bien físicamente, lanzarse a subir con estabilidad y finalmente si aún te interesa el proyecto, rozarlas con la punta de tus dedos. Son varias las etapas a cubrir para alcanzar las metas posibles, etapas que requieren dedicación pues casi todo se puede lograr si uno se lo propone, pero llegado el caso que no fuera así, nos queda la satisfacción de haberlo intentado sin atajos engañosos.

Cruciales son los días y las semanas próximas para el futuro de España, observemos bien el comportamiento de nuestros representantes, califiquemos sus conductas, la sinceridad de sus opiniones, y luego obremos según consideremos qué es lo mejor.

La crítica situación a la que hemos llegado se debe en parte a la poca exigencia en nuestras vidas personales y en gran medida en la vida pública. No queramos falsos reclamos pero tampoco a los que nos los venden y sobre todo a los que nos engañan presentándose como salvadores. No se avanza con salvadores sino con personas responsables que valoren con seriedad y tiento no sólo lo que hay sino también lo que se avecina.

 

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