Redacción (Erik Encinas Ortega) – Lo verdaderamente preocupante, es que estamos en el año 2017 y la historia vuelve a repetirse (…). Por lo tanto, el 1-O es sin lugar a dudas un golpe de Estado a la Democracia Española y al Estado de Derecho (…). Tarde o temprano el uso de la razón se impone de una forma u otra. Solamente admitiendo nuestra historia, aplicando la ley y cooperando entre unos y otros, Cataluña y el resto de España saldrá efectivamente adelante. Barcelona (España), sábado 5 de agosto de 2017. Fotografía: El joven catalán, Erik Encinas Ortega, este sábado 23 de julio de 2016 en el Parque Diagonal del Mar de Barcelona, durante una entrevista con el portal español de noticias Lasvocesdelpueblo. Fotografía Joseph Azanméné Ngabgué/Lasvocesdelpueblo.
Corría el año 1934, la Segunda República Española (1931-1936) vivía un contexto muy convulso y de fuerte exaltación. En aquel momento la inestabilidad política, social y económica reinaba como nunca en España, mientras que los problemas y las agitaciones en las calles españolas se calentaban de manera ascendente y cada vez más descaradamente inevitable. Sin embargo, Lluís Companys no tuvo otra mejor idea, que proclamar un Estado Catalán independiente dentro de la Federación Ibérica con el apoyo del cuerpo de la policía de los Mossos D’Esquadra. Y aquello terminó con el gobierno catalán encarcelado, al igual que los policías catalanes detenidos por las autoridades de la Guardia Civil con el respaldo del Presidente de la II República, Niceto Alcalá-Zamora y Torre. Lo verdaderamente preocupante, es que estamos en el año 2017 y la historia vuelve a repetirse, pareciendo que no aprendimos nada de aquello, y eso pasa porque precisamente hay una parte de la sociedad que se olvida de dónde venimos, queriendo dar más importancia a determinadas fases históricas, y reduciendo prácticamente a cero lo que no se quiere sacar a relucir por motivos políticos, sociales, económicos y otros intereses concretos, que son fruto de la perdida de la racionalidad del ser humano.
Por eso mismo, conviene explicar que ningún proceso separatista es pacífico por más que se quiera maquillar de una y mil formas, ya que es imposible que se pueda contentar a todo el mundo. Por lo tanto, el 1-O es sin lugar a dudas un golpe de Estado a la Democracia Española y al Estado de Derecho que la configura como tal, ya que no únicamente se invoca a la sedición desde la Generalidad de manera ilegal, sino que también se gastan millones y millones de euros del erario público en financiar la división de los catalanes, pero también la ruptura con los demás españoles.
Además, en momentos como el que en la actualidad nos acontece, ser realista te convierte en alguien más revoltoso e incluso en un real antisistema, y por esa misma cuestión, la frase de George Orwell en la que dice “en una época de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario”, coge más fuerza nunca, porque es evidente que corres de manera diferenciada unos riesgos al explicar verdades que duelen a aquellos que no las quieren aceptar bajo ningún modo, ya que no las pueden ver o asimilar, y por eso las niegan, la esconden, generan duda o llegan a alcanzar la perturbación de la propia realidad que nos rodea, manipulándola a través de la historia, utilizando las instituciones, la información pública, la comunicación, la censura, la educación… La suerte por eso de tener sentido común, es que tarde o temprano el uso de la razón se impone de una forma u otra.
Solamente admitiendo nuestra historia, aplicando la ley y cooperando entre unos y otros, Cataluña y el resto de España saldrá efectivamente adelante. No obstante, el camino por el que se lleva a día de hoy a los catalanes, es verazmente distinto y totalmente opuesto al que he mencionado anteriormente, ya que se nos aboca a un enfrentamiento innecesario entre bandos y de la misma tierra, que está condenado a terminar en una posible gran tragedia, sino se frena el odio y la soberbia nacionalista, claramente dispar a lo que se podría promover mediante un patriotismo más honrado, leal, unido y cohesionado, que podría servir para sacar cuanto antes a los españoles del período de crisis política, social y económica que vive España todavía actualmente y que la sociedad española aguanta ciertamente con una enorme intranquilidad, porque el país no ha vuelto a ser el mismo desde entonces, pese a que existen varios datos positivos que indican una recuperación en la economía española, ya que los recortes en diversos sectores se han realizado y se han mantenido en el tiempo, además han aumentado los casos de corrupción y ha existido un auténtico incremento de la tensión social, entre otros problemas que se han aseverado a niveles insospechados antes de que existieran como tal, y aunque algunos ya permanecieran en la realidad de entonces, reitero que no alcanzaban esa magnitud ni tampoco la trascendencia que poseen a fecha de hoy.