mayo 5th, 2017 by José Basaburua
Redacción: Sila Félix/José Basaburua es funcionario de la Administración Central del Estado y escritor —. “La invasión de los ladrones de cuerpos” es un film de terror y ciencia ficción en el que se narra el comportamiento progresivamente extraño de las gentes de una pequeña localidad típicamente americana. Contada por su propio protagonista, éste y sus acompañantes descubrirán aterrados el origen del misterio: unas vainas, de procedencia extraterrestre, duplican a los humanos dormidos, suplantándoles en un proceso semivegetal. Las réplicas, aparentemente perfectas, carecen de emociones: simulan ser siendo las mismas personas, pero su racionalidad y sus emociones ya no son humanas, respondiendo a una voluntad de dominio y eliminación de los primitivos habitantes (perdón por el spoiler). Pamplona (España), viernes 5 de mayo de 2017. Fotografía: captura pantalla de una momento de la película ‘La invasión de los ladrones de cuerpos’. YouTube. Lasvocesdelpueblo
Se trata de una de las más grandes películas de serie B de la historia del cine, dirigida por Don Siegel en 1956.
Y todo esto, ¿a cuenta de qué?: pues que las palabras no son indiferentes y su empleo tiene consecuencias; y de las similitudes contextuales en su día interpretadas y, tal vez hoy, aplicables. El valor de los símbolos y las imágenes en el análisis de los comportamientos, en suma. El lujazo del buen cine.
Navarra es imprescindible para el proyecto de construcción panvasquista que persigue la Euskadi o Euskal Herria de sus sueños y pesadillas.
El ex-lehendakari Juan José Ibarretxe afirmó en su día que ambos términos -para él- significaban lo mismo. No entraremos en esta ocasión en tan significativa querella interna, para centrarnos en el término Euskadi.
Se trata de un neologismo, fruto de la fértil calentura mental de Sabino Arana, elaborado con la pretensión de denominar a un pueblo «que carecería de nombre en su propio idioma».
Conforme explican, entre otros Pio Moa y Jesús Lainz, conservando la raíz euzko (relacionado según su criterio con eguzki, “el de sol”, una percepción supremacista y exclusivista de resonancias orientales) Arana añadió el sufijo –di, incorporando al nuevo término la idea de pueblo y tierra (común a todos los dialectos vascos), transformándose fonéticamente en Euzkadi. Pero como el sufijo –di se aplica únicamente a vegetales, los vascos quedarían reducidos a un nivel de plantas vegetales. Por ello, Unamuno escribió al respecto lo que sigue: «es un terminacho espurio y disparatadísimo (…) parece querer decir que los tales euzkos se tiene por árboles, no sabemos de qué clase. Es como si al pueblo español le llamáramos la españoleda…». Don Miguel, siempre tan lúcido y tan claro…
Neovascos y vegetales: un término-motor del nacionalismo panvasquista en su origen etimológico; aunque no les guste recordarlo y “pasen” del tema.
Me dirán ustedes que ambos episodios –el film de terror y esta otra película, también de terror- tendrían poco que ver: negamos la mayor.
El film de Don Siegel se enmarca en el contexto histórico de la famosa “Caza de Brujas” de McCarthy: cualquiera podría ser el enemigo [comunista] latente. Y había que delatarlo: un vecino, un familiar, el comerciante del barrio, el padre del amigo de tus hijos…
Exteriormente -en el mítico film- estos humanoides vegetales manifestaban aspecto y comportamientos humanos, pero ya no eran tales: su humanidad se había evaporado y con ella la razón, voluntad y empatía. Tales criaturas, únicamente, servían a un propósito de invasión y conquista… sin importar las pérdidas y mediante un sorprendente sistema de señalamiento y linchamiento de los “humanos” no asimilados; digámoslo ya, los disidentes. ¿Les va sonando la película… de terror? ¿Aquí, en Navarra?
Cuando se intenta explicar a personas procedentes de otras latitudes el fenómeno del nacionalismo panvasquista -de sus cambios antropológicos en el comportamiento individual y grupal, sus ritos colectivos, ideales compartidos, sus “sacrificios” humanos y su “vigilantismo” social (la hipermilitancia tan característica y que tanto choca a los ajenos a estas circunstancias)- suele emplearse el símil del reseteamiento del disco duro. Pero en modo “humano”. Era –es- como nosotros, pero ya no se comporta como antes. Algo ha pasado…
Los panvasquistas son seres humanos como nosotros. Faltaría más. Pero su afectividad ha cambiado: han perdido empatía, discriminan, acusan, juzgan y en ocasiones ejecutan, sirven a un interés común y superior. Se identifican gratamente entre ellos y señalan a “los otros”. Arrastran, en todo ello, a propios y ajenos. Y todo gracias a una “infección” ideológica. No es exclusivo de ellos: todo totalitarismo produce efectos análogos, al igual que sectas de cualquier tipo y otros comportamientos colectivos patológicos.
El cine permite soñar, viajar en el tiempo y el espacio, ponerse en el lugar de otros, tener experiencias nuevas, abrirse al mundo para conocerlo e interpretarlo.
Se lo juro: cuando visualizo “La invasión de los ladrones de cuerpos” no puedo dejar de pensar en mi vecino abertzale… y sus inquietantes amistades y costumbres. Y en Marijó Deogracias.
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mayo 2nd, 2017 by José Basaburua
Redacción: Sila Félix/José Basaburua es funcionario de la Administración Central del Estado y escritor —. No hay nada más aburrido y previsible que una manifestación del Primero de Mayo; incluso en la siempre temperamental Pamplona. La manifestación de los sindicatos radicales -ESK, STEE-EILAS, Solidari, CGT, CNT- parecía una procesión de funcionarios camino de la ceremonia de su jubilación. Pamplona (Navarra), martes 2 de mayo de 2017. Fotografía: Manifestación de LAB en Pamplona (Navarra) con el motivo del Primer de Mayo de 2017, día de los trabajadores. Efe.
Por tener, ayer uno de mayo de 2017, tuvimos hasta tres manifestaciones distintas; cada una con su recorrido, su historia y su idiosincrasia.
La de los sindicatos del régimen, es decir, CC.OO. y UGT, transcurrió como todos los años: con un marcado carácter “festivo”. Y es que lo de la “acción directa”, el impulso revolucionario y demás excesos verbales, pasó a la historia.
Haciendo números, en torno a la asistencia, se deduce que ni siquiera se personó una mayoría de sus delegados sindicales y liberados (¿de qué?, de trabajar, faltaría más). Pero ahí estaban: casi todos/as perfectamente reconocibles como “liberados/as” y demás estómagos agradecidos.
Gentes de mediana edad, saludándose, abrazándose, colocándose cariñosamente las pegatinas unos a otros… Pero muchos no esperaron hasta los tediosos discursos finales del evento, optando por dejar la marcha y repartirse por los bares del casco viejo, celebrándolo como mejor se hacen estas cosas: en compañía de la familia, con unas cervecitas y los siempre sabrosos y reconstituyentes pintxos; que ser de la clase obrera no está reñido con vivir bien, oiga.
¿Criaturas, queréis ser bolcheviques en el PCE? Pues lo tenéis claro
Con toda seguridad, a los siempre bisoños e inexpertos chicos/as de la UJCE —las juventudes del PCE—, reunidos en torno a un centenar, tamaña desviación «revisionista-claudicante-pequeño burguesa-gastronómica» les habrá parecido deleznable; sobre todo a los tres que gritaban “les pique a quien les pique, partido bolchevique”.
Pero criaturas, ¿queréis ser bolcheviques en el PCE? Pues lo tenéis claro. Si sobrevivís a la lectura de los informes de los diversos comités del partido, a su reflexión, debate, conclusiones y práctica, cientos de folios más que aburridos y reiterativos, miles acaso…, se os habrán quitado las ganas de cualquier ejercicio revolucionario. Ser joven y estar en el PCE, hoy día, es como ser niño y rechazar una golosina: es increíble. Por antinatural. Y ello sin necesidad de recordarles que forman parte del entramado agónico de una ideología genocida cuya apología debiera estar perseguida por el Código Penal.
La manifestación de sindicatos radicales -ESK, STEE-EILAS, Solidari, CGT, CNT- parecía una procesión de funcionarios camino ceremonia de su jubilación
La manifestación de los sindicatos radicales -ESK, STEE-EILAS, Solidari, CGT, CNT- parecía una procesión de funcionarios camino de la ceremonia de su jubilación. Tan serios marchaban, ellas y ellos, rememorando tiempos mejores, que ni siquiera coreaban esos eslóganes que siempre les caracterizó; sí aquellos de “obrero despedido, patrón colgado” y similares, que tanto animaban aquellas memorables jornadas.
Pero nada divertidas, nada de nada, marchaban entre ellos una decena de empleadas domésticas —hispanas, para más señas— que coreaban “tenemos sueldo, pero no jubilación” ante la general indiferencia. Esperemos que estas mujeres se sumen, en otras convocatorias futuras, a compañeros más entusiastas; pues si dependen de éstos, seguirán currando sin jubilarse jamás. Y en sus casas (aunque fueren de protección oficial precio tasado).
La de LAB siempre reserva sorpresas, un clásico. De modo que en NavarraResiste.com también damos cuenta del “numerito”, ya preanunciado, de las placas; claro que si hubiera sido otro “colectivo” el que las hubiera retirado –robado, pues hubo violencia contra las cosas- ya estarían sus autores disfrutando de las comodidades de los calabozos pamploneses y de los bocadillos de mortadela suministrados en tan largas noches en compañía de otros aventajados adalides de la innovación social.
Pero destaquemos que, finalmente, los de LAB ya han diseñado el paraíso vasco de la clase trabajadora: “35 horas, 1.200 euros”, es lo que voceaban. Pues, la verdad, para este viaje no hacían falta tales alforjas: ¡así no hay vasco o vasca que salga de Euskadi para subir montañas!; salvo cuatro privilegiados. Que los Alpes y el Himalaya están muy caros…
También han resultado enternecedoras esas pancartas de LAB que reclamaban la “soberanía” en diversos planos como respuesta al actual estado de cosas y el maltrato sufrido por la clase obrera. Sorprendente: la misma receta que el Partido Comunista Portugués… y Marine Le Pen. De hecho, fue un socialista francés, Jean Jaurès, el que decía que “la patria es el único bien de los pobres”. Será por ello que los trabajadores franceses han abandonado al PCF, el PS y la CGT, para votar mayoritariamente al Frente Nacional; quien denuncia que “la izquierda francesa ha traicionado a la clase trabajadores”. Cosas veredes, hermano Sancho…
Una circunstancia realmente sorprendente, no en vano la financiación de estos sindicatos, que tienen una de las afiliaciones más bajas de Europa
Pero en Navarra, como en el resto de España —mal que les pese a la mayoría de los precitados—, los sindicatos de trabajadores todavía disfrutan de un cierto peso e implantación sistémica. Una circunstancia realmente sorprendente, no en vano la financiación de estos sindicatos, que tienen una de las afiliaciones más bajas de Europa, es casi totalmente pública. Y quien paga, manda.
De modo que sus fervores revolucionarios siempre estarán condicionados… por los presupuestos generales del Estado y los de las autonomías. Unos sindicatos que, en el plano laboral, siguen la misma lógica estructural y corrupta de los partidos políticos al uso: derivando a ser meros apéndices de las administraciones, a merced de los caprichos e intereses del poder estatal y de sus amigos mediáticos y de las finanzas internacionales. De hecho, ¿no han observado que Podemos ha sido incapaz de montar un sindicato afín, pese a haberlo intentado? ¿La causa de tal contradicción?:
Que el régimen, en este plano, todavía está muy consolidado; pues su enorme red clientelar, el modus vivendi de cientos de miles de liberados, la afiliación como requisito imprescindible para acceder a muchas empresas (“buena referencia” de docilidad), y demás mecanismos de perpetuación de semejantes estructuras parasitarias, juegan con el pan –y la vivienda, ayudas sociales, subsidios, etc.— de mucha gente sencilla.
Por ello, cuando ayer algunos se atrevían a gritar “el pueblo unido jamás será vencido”, se les escapaba una sonrisita irónica; pues, mirando alrededor, no tenían más remedio que preguntarse: ¿pero, dónde está el pueblo? , porque lo que es aquí, no.
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