octubre 25th, 2018 by lasvoces

Redacción (Erik Encinas Ortega) – Era de esperar que el separatismo sacara a relucir su forma y estructura, realmente cargada de odio y trabajada durante años contra lo español frente a la inacción política o pactos en la sombra, más allá de la pura simbología (Esteladas, lazos amarillos a favor de presos golpistas, etc.) y las políticas independentistas: Una Constitución Catalana, Embajadas Catalanas sin ser un país, entre otras grandes derramas que se han sufragado con el erario público de todos. Barcelona (España), jueves 25 de octubre de 2018. Fotografía: CATALUÑA (ESPAÑA), 07.09.2018. Vista de un grupo de defensores de la libertad de España y convivencia pacífica en toda España con restos de la principal simbología del independentismo quitados en espacios públicos en Cataluña esta tarde ante la Comisaria de los Mozos de Escuadra de las Traversera de las Cortes de Barcelona donde se han auto inculpados todos y se han identificados como personan que limpien Cataluña. En el primer plano a la izquierda está el líder de la plataforma ‘Groc & Lloc, Juan Ribes Basse. Precisamente, el próximo 16 de octubre de 2018, el lazo amarillo cumple un año. l 17 de octubre de 2017, un día después del encarcelamiento de “los Jordis”, la cuenta de Twitter de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) publicó el siguiente mensaje: “A partir de ahora, todos con un lazo amarillo en solidaridad con Jordi Sànchez y Jordi Cuixart”. Había nacido el principal símbolo del “procès”. No está claro por qué los independentistas optaron por el color amarillo, ya que hay varias explicaciones al respecto: el amarillo de la senyera, un color relacionado en el mundo anglosajón con el recuerdo y la fidelidad a los soldados ausentes y hasta algunos han tratado de buscarle un origen histórico en la guerra de sucesión y en las protestas contra los Borbones. Un año después, el lazo amarillo, también usado desde hace tiempo como símbolo de apoyo a las personas con espina bífida y a las mujeres afectadas por la endometriosis, está presente en cualquier iniciativa de los independentistas catalanes, en la calle y en las propias instituciones, y es objeto de polémica entre quienes los colocan y quienes los retiran. Efe

De ahí precisamente llegó el zénit del independentismo, en concreto, lo dataría en el 1 de Octubre de 2017, porque es un antes y un después a lo anterior sin la menor duda, cuando los separatistas llevaron a término el segundo referéndum ilegal y sin garantías democráticas, produciéndose luego una Declaración Unilateral de Independencia desde el Parlamento de Cataluña, que quedó en puntos suspensivos tras ser invocada por el ahora prófugo de la justicia española, Carles Puigdemont, que permanece de vacaciones en Bruselas con despacho y servicios varios que también pagan los contribuyentes.

El separatismo no solo construyó mentalmente unas realidad paralela, si no que ha generado enormes desigualdades entre catalanes dentro de la Administración Pública, colocando a dedo a altos responsables que fueran afines al ‘Procés’, interfiriendo estos de manera favorable al camino de la independencia del nunca jamás. Por lo tanto, no es de extrañar que hayan existido faltas muy graves para la democracia y que ataquen de lleno los Derechos Humanos (DDHH) de todos los catalanes y el resto de españoles por una razón únicamente de carácter ideológico.

Además, los separatistas han provocado una fuga masiva de miles empresas que aún sigue vigente ante la continuidad del proceso secesionista y la falta de soluciones. Pero lo cierto es que realmente todo goza de un esperpento brutal, más todavía cuando los secesionistas emplean hasta la violencia contra otros ciudadanos para conseguir sus fines o incluso se cargan mobiliario urbano, cortan carreteras y atacan sedes de partidos constitucionalistas, entre otros actos verdaderamente preocupantes para la supervivencia de la democracia.

Solo abordar el problema con medidas valientes y realistas se podrá frenar el calvario que siembran los separatistas. Una de ellas es terminar con las desigualdades para vencer de este modo al aparato secesionista que amenaza en estos momentos con una nueva guerra civil para una constituir una República Catalana sin el apoyo de la mayoría de los catalanes, reconocido públicamente este hecho incluso por reconocidos separatistas que cada vez se sienten más solos en un sistema multipolar que va en una dirección distinta a la que los separatas promulgan.

Eric Encinas Ortega,

Estudiante de periodismo y articulista

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