julio 11th, 2018 by lasvoces

Redacción – Es uno de los términos emblemáticos de un país que sueña y vive la democracia. Pero es obligado plantearse en qué respetamos o rechazamos lo que significa ese valor conquistado por la sociedad. Cada día que pasa, en cada noticia que se proyecta queda cuestionado. Barcelona (España), miércoles 11 de julio de 2018. Fotografía: MADRID 8ESPAÑA), 09.07.2018. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (izda), y el neonazi de la Generalitat, Quim Torra, mantienen hoy en el Palacio de la Moncloa su primera reunión en busca de la distensión y normalización de unas relaciones muy deterioradas entre ambas administraciones, aunque asumen que no hay expectativa de acuerdos. La reunión entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el neofascista de la Generalitat, Quim Torra, ha terminado poco antes de las 14.15 horas y ha tenido una duración de algo más de dos horas y media. Sánchez y Torra han protagonizado su primer encuentro en el Palacio de la Moncloa, en el que tenían como objetivo intentar normalizar la relación entre sus respectivas administraciones. Por parte del Gobierno será su vicepresidenta, Carmen Calvo, quien comparecerá en Moncloa para dar cuenta del desarrollo de la reunión, mientras que el propio Torra ofrecerá una conferencia de prensa en la sede de la Generalitat en Madrid. Efe

Cuando en plena Cámara Autonómica se vulnera la ley que rige el marco político, argumentando la unilateralidad, cuando el señor Torra califica de bestias a parte de los ciudadanos de Cataluña por expresarse en una lengua, la castellana, de la misma raíz latina que el catalán, gestadas ambas paralelamente en el mismo tiempo histórico y en el mismo territorio, cuando en distintos municipios durante las fiestas patronales desfilan los gigantes con adornos que son distintivos de una opción política concreta, cuando estando fuera de tu comunidad, tropiezas con dificultades asistenciales al acercarte a un centro sanitario por no querer homologar la tarjeta expedida fuera del límite autonómico, se está traicionando el concepto de justicia que ampara a todos los ciudadanos.

Ciertos hábitos introducidos en las relaciones institucionales han ido deteriorando muchas de las pautas obligadas, ya no sólo en el sistema político democrático sino incluso en las relaciones de las personas. Para muchos no les es suficiente derrotar compitiendo en las urnas, hay que conseguirlo con saña y atribuir al adversario la ausencia de todo derecho a ser un referente con su ideario. Esta actitud malsana dificulta el acceso libre de cualquier proyecto opuesto y más aún el respeto obligado a sus decisiones de gobierno en el caso de que lo consiga . En el inconsciente colectivo queda impreso que con el otro modelo sobreviene la debacle.

El desarrollo económico capitalista y la prueba de que un sistema socialista – comunista es imposible, ahí están los ejemplos de los paises inmersos en ese modelo ideológico, ha dinamitado los reclamos que hace más de medio siglo podrían arrastrar a los asalariados. Desde la llamada impotente, lo que queda para el control de los sectores obreros, es vaciar a las clases populares de los medios educativos imprescindibles para valorar lo que interesa hacer en los diferentes comicios. Reforma educativa a la baja, descensos de niveles académicos, el populismo en la escuela.

Equidad, equidad para el uso de la libertad, equidad para acceder a un puesto de trabajo sin requisitos lingüísticos, equidad para no ser sometidos desde la infancia a la LGTBI, equidad para ser respetado en tu credo religioso, equidad para no ser tachado de fascista por ser de derechas, equidad para asumir las buenas formas, equidad para recibir ayuda social. Da la impresión de que los únicos con derechos son los que pervierten el concepto de libertad, los que usan una lengua cooficial con hostilidad a la que nos une a todos, los que se sienten arropados por la ortodoxia de género, los que reciben el saludo al término del Ramadán, los que han crecido en un entorno familiar de izquierdas, los que emplean los procedimientos incorrectos dentro de una sociedad educada en unos modales de respeto, los que llegan de la otra orilla del Mediterráneo en pateras al amparo de las mafias.

Pocos creen en la libertad, en la ley, en los derechos individuales. Una debilidad arraigada en los postulados políticos. Los partidos se han transformado en clubes de presión, herméticamente cerrados entorno a un grupo de profesionales de la manipulación ciudadana, traficantes de prebendas y de intereses económicos por mencionar algunos de los calificativos que ostentan. Se vende lo que convenga en cada momento. Legislatura tras legislatura se ha ido privando a los españoles de parcelas de libertad, de derechos fundamentales, de servicios sanitarios o educativos. No se respeta la propiedad privada, el resultado de un esfuerzo, de un trabajo de muchos años. Tienen más derechos los “okupas” que los dueños reales de las casas.
La importancia de la educación es fundamental para el funcionamiento de la Democracia. Una formación en responsabilidad y valores. Los esfuerzos han de ir dirigidos a entender que la cultura hace mejor y más valido al hombre y también a la sociedad en su conjunto. La cultura nos arraiga pero para conseguirlo ha de ser una cultura abierta, libre y creativa. Eso implica buscar su calidad, en la que confluyan visiones diferentes desde el respeto mutuo. Entretener, formar, una educación permanente con la intención de ser libres, de razonar y llegar a conclusiones con sentido.

Si se quiere que el Estado funcione y que la Sociedad marque con acierto las normas para vivir en ella con equidad, estamos obligados a recuperar lo más significativo y necesario, la moral. La persona de la mano del aprendizaje, el respeto, el esfuerzo, escuchar, ser solidario, se realiza y da sentido a su vida en comunidad.

No es suficiente diseñar unos uniformes para los taxistas y justificar tal decisión por la mejora del servicio al turista. Hay que diseñar los caminos por donde una sociedad con excelencia humana debe avanzar y plantearnos qué males no tanto físicos como morales son descartables. La práctica de creerse algunos sectores de la izquierda en la posesión de la verdad, de impartir salvoconductos de democracia, de considerarse los únicos abanderados del espacio cultural, ha herido la convivencia.
El equilibrio está al alcance del que lo desee, basta con ejercer con honradez. Asignatura pendiente entre los partidos políticos y si no transforman sus comportamientos, tendremos que buscar otras alternativas de organización. El presente y futuro está en manos de los ciudadanos que se sientan implicados en esta reforma.

Ana María Torrijos

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