agosto 29th, 2015 by lasvoces

José Eulogio López Escribano, Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra. Actualmente es fundador y director del diario católico independiente de información general, Hispanidad.com.

El suicidio de Occidente se cita en Fuenlabrada

•Así muere una civilización, la cristiana: por rendición, sin lucha.
•El nuevo delito de incitación al odio ha creado un cuerpo de delatores profesionales e interesados.
•Y gratuito, porque es el Estado español quien les paga sus venganzas y sus censuras.
•Nadie va a ir a la cárcel, según el artículo 510 del Código Penal, por Cristofobia, pero sí por homofobia, por machismo o por islamofobia.
•Conclusión: somos gilipollas.

Cuatro años de prisión. Vamos, que si criticas la sodomía estás incurriendo en homofobia, según el sutil argumento de esos lobbies que nos llevan aEl suicidio de Occidente se cita en Fuenlabrada, Foto José Eugenio López decir cosas tales como aquella de que si criticas la homosexualidad estás incitando al odio contra el homosexual y si criticas la pobreza estás criticando al pobre… cuando es justamente lo contrario.

Ojo, no te perseguirá el lobby gay, el lobby feminista o el lobby islámico: ellos iniciarán el proceso pero te perseguirán la policía y los tribunales, con toda la fuerza represora del Estado puesta al servicio de minorías interesadas. En Barcelona ya funciona un fiscal para delitos de odio, que no se preocupa de los atentados contra la libertad religiosa: sólo de implantar por la fuerza, la fuerza coercitiva de la justicia, la ideología de género.

Con las mujeres pasa algo parecido: se te ocurre criticar al feminismo y estás incurriendo en violencia machista: serás condenado a penas de hasta cuatro años de prisión.

Este artículo del Código Penal no sólo constituye una ley mordaza en toda regla: significa el final de la civilización occidental, es decir, de la civilización cristiana. Insisto: es censura más grave que la de cualquier dictadura.

Concreción: los guindillas de Fuenlabrada. Todos con un lavado de cerebro impresionante (espero que esto no sea entendido como delito de odio) por bandera: los componentes de cuerpo tan progresista aseguran ante la cámara que hay que conocer a la gente para “defender la diversidad” (¿Diverso de quién?). Uno de ellos nos asegura que la eficacia de la unidad depende de que todos sus miembros hayan asumido esos principios.

Es más, en un momento dado entra en escena un musulmán quién nos asegura que, en cuanto ven “algo raro”, ya saben a quién acudir: es decir, que estamos ante un delator profesional que utiliza el poder del Estado, del Estado español, para arremeter y vengarse de todo aquel que se atreva a hablar, por ejemplo, de que el Islam es el credo e ideología de terroristas que han asesinado a muchos españoles. Sólo un 11 de marzo de 2004 asesinó a 193. Porque si dices esto, estás fomentando el odio al Islam. Es más, si dices cualquier cosa que no me guste, estás fomentando el odio: te denuncio y acabas en la trena. Y a mí me sale gratis la cosa porque los gastos corren a cargo del conjunto de los españoles.

Con todo respeto: somos gilipollas. No, no hablo de los lobbies gay, feminista o musulmán: hablo de nosotros, los cristianos occidentales, hablo del suicidio de Occidente. Todos calladitos: nosotros mismos nos colocamos la mordaza y nos autoflagelamos.

José Eulogio López Escribano

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