Ana María Torrijos, licenciada en Filología Clásica. Fotografía: Los principales candidato a la presidencia del Gobierno de España al 20D. Rajoy (PP), Sánchez (PSOE), Iglesias (Podemos) y Rivera (C’s). Foto La Sexta.
El espaldarazo al ranking de líderes políticos oficiales se hizo desde Presidencia
Somos simples ciudadanos, familias con niños pequeños, abuelos solitarios, jóvenes dispuestos a incumplir alguna que otra norma establecida, y un sin fin de singularidades humanas que se esfuerzan o tan sólo “las ven pasar”. Constituimos una sociedad, que espera con
Ana María Torrijos Hernández, licenciada en Filología Clásica. Foto Joseph Azanméné N./lasvocesdelpueblo
entusiasmo las fiestas señaladas en el calendario para dedicarlas al descanso y al encuentro. Este año, Presidencia del Gobierno decidió enmarcar las elecciones generales en vísperas de la Navidad, rasgando la aureola de las fiestas más bellas y entrañables; sólo se necesitó pensarlo para imprimirlo en el boletín oficial del Estado.
Nuestro espacio social ha sido invadido una y otra vez por la estrategia política , pero en esta ocasión se ha ido más allá, se han desdibujado unas costumbres, unos usos arraigados en nuestros pueblos y ciudades al introducir la cuña electoral, una pesada losa que ha gravitado sobre nosotros durante días, con efectos secundarios, secuelas que han secuestrado por horas las conversaciones distendidas que solemos mantener con los compañeros de trabajo en las comidas de “¡hasta pronto!”, antesala a los ágapes posteriores, que han aumentado preocupación en nuestras caras por la inestable situación resultante de las urnas, incertidumbre aumentada por las propuestas periodísticas que tertulia en tertulia nos han ofrecido y nos siguen ofreciendo.
Repasar lo sucedido desde la notificación de los comicios o si se quiere desde unos meses antes, nos permite resaltar hechos no fortuitos que de alguna manera han influido, han modelado y posiblemente han condicionado el resultado de las urnas.
La televisión es un factor importante para mover la opinión pública, no requiere en ocasiones reflexiones profundas, sólo observar la pantalla para que al instante imágenes, frases elaboradas, redactadas con sutileza impacten en múltiples mentes relajadas, receptivas a cualquier información y en la mayor parte de las ocasiones sin réplica ágil ni oportuna. Los espectáculos audiovisuales nos han trasladado a un escenario de rótulos luminosos, pantallas digitales, pizarras didácticas y en el centro los asientos dispuestos para los políticos de los partidos, seleccionados según criterio desconocido: por representatividad, por intereses ideológicos o por obscuros propósitos. Este procedimiento ha sesgado la libre iniciativa, ha postergado a segundo término a fuerzas políticas con bagaje digno de resaltar y ha impedido a otras nuevas presentarse ante la sociedad.
El espaldarazo al ranking de líderes políticos oficiales se hizo desde Presidencia, cuando se convocó en primer lugar a Pedro Sánchez, a Albert Rivera y a Pablo Iglesias a la Moncloa a través de una selección arbitraria, un aval a la carta; al centrarnos en la fuerza que lidera este último, comprenderemos que a un líder sin representación en el Congreso y anti-sistema, el jefe del Ejecutivo no debería haberle dado la relevancia de la que no es merecedor por varios motivos y más aún cuando no tenía la intención de firmar el pacto frente al terrorismo radical islámico y sólo asistiría al encuentro como observador.
Fiestas, tres paradas de gran encanto celestial, -la llegada al mundo del Amor, la Paz y la Esperanza, el tañido de las campanas mensajeras de un Nuevo Año y la inocencia en los ojos infantiles al recibir los regalos de aquellos Reyes Magos que supieron seguir la estrella de Oriente-, fiestas que se verán eclipsadas por la impostada voz de los líderes lanzando sus soflamas cargadas de egoísmo, de falta de compromiso, de “SALVESE QUIEN PUEDA PORQUE YO HE GANADO LAS ELECCIONES”.
Si a todo representante público le importase la estabilidad de las instituciones, el bien común y en estos momentos la salida de la crisis económica, bastaría unos pocos días de reflexión para facilitar la gobernabilidad del país, un acuerdo entre los partidos constitucionalistas o como mínimo un pacto de Estado entre los dos más votados, el PP y el PSOE para cumplimentar las pautas de formar gobierno.
Ésta es la noticia que la mayoría de españoles esperamos para vivir felices la Navidad , con turrones, brindis en copas de cava al son de los alegres villancicos que nuestros padres tararearon años y años, a lo largo de esta vieja España en la que estamos todos porque fuimos todos los que la forjamos. Superemos el vaivén de las propuestas de pactos en el panorama nacional y también el largo sainete representado por los aprendices de servidor público en el ámbito catalán, no nos dejemos deprimir y vivamos con esperanza el próximo futuro, siempre nos queda asumir con más sabiduría el volver a las urnas.
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