Los “presos políticios” de la psuedoizquierda

Redacción (Eduardo J. García. Licenciado en Comunicación Audiovisual) – El fácil eslogan de “presos políticos” ya ha prendido. Es el cartel simple que enardece a las masas ávidas de simplificaciones maniqueas enalteciendo la figura del héroe frente al estado opresor que le encarcela por sus ideales en defensa de libertad y democracia. Barcelona (España), miércoles 18 de octubre de 2017. fotografía: MADRID (ESPAÑA), 16.10.2017. Llegada esta noche a la cárcel de Soto del Real, en Madrid, de un furgón de la Guardia Civil con los líderes de las organizaciones separatistas Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart. efe.

Preocupa mucho que ciertos partidos y colectivos pongan la etiqueta de presos políticos a Cuixart y a Sánchez con tanta ligereza, temeridad y sobre todo ignorancia demagoga. Estos partidos que se autodenominan de izquierdas se permiten el lujo y la vergüenza de insultar a los verdaderos presos políticos al equipararlos a los presidentes de Òmnium y ANC. Desconocen lo que es un estado autoritario, la falta de democracia y de libertades públicas e insisten en un frívolo y superficial discurso que tiene la consistencia de una pompa de jabón. No, señores de Podemos, de en ComúPodem y derivados, no, ustedes no son de izquierdas.

No tienen derecho a decir que son de izquierdas porque desconocen su significado. Ser antisistema no es ser de izquierdas, la demagogia barata y vacía tampoco. Ser de izquierdas implica otra cosa, consiste en defender la justicia social, los derechos de los trabajadores y combatir las desigualdades. Si además se consideran demócratas tendrían que defender los valores democráticos que rigen la sociedad, el respeto a las leyes, a la justicia y a las instituciones democráticas.

No necesariamente tiene razón el que usa eslóganes maniqueos y simplistas igual que no la tiene el que más grita (o tuitea). Era previsible y lo más fácil que Cuixart y Sánchez fueran tachados con la etiqueta de “presos políticos” y también se veía venir que el primero que la sacaría no sería un miembro de los partidos secesionistas oficiales, sino un representante de esa pseudo izquierda vacía: Xavier Domènech, quien desesperadamente pretende congraciarse con los secesionistas. Podemos/Podem/En Comú, IU, etc., están siendo de gran utilidad al secesionismo su papel de falso neutral, el partido dialogante, progre, comprensivo por antonomasia que pese a no compartir oficialmente su afán secesionista unilateral no puede permanecer callado ante “semejantes atropellos a las libertades” y se convierte en su principal abogado “neutral”. Su discurso y tesis carecen de todo análisis, de propuestas, de programa, de propósito constructivo. Llegando al extremo de que la portavoz en el Parlamento Europeo de IU haya expresado que propondrá que la UE aplique sanciones a España por tener presos políticos.

Parece que su único cometido consiste en generar confrontación, enardecer a las masas con discursitos simplones mientras cínicamente insisten palabras como “paz”, “diálogo”, “hablemos”,  “no a los pirómanos”, que pierden todo significado real. ¿Acaso no es propio de pirómanos (palabra que se precipitaron en usar los miembros de Podemos) abusar de la etiqueta de “presos políticos” y dejar que se expanda entre las masas poniendo en tela de juicio la labor de la justicia? Sin embargo, optan por ignorar que a las instancias judiciales les ha sido imposible no decretar el ingreso a prisión de los dos líderes dadas las apabullantes pruebas en su contra.

Es evidente que el ingreso en prisión de los dirigentes de estas dos organizaciones a quien más beneficia es al discurso victimista del secesionismo y da alas a la pseudo-izquierda para crear falsos mitos y proferir eslóganes tan manidos como falsos. Pero ¿acaso el gran poder de convocatoria de los dos líderes y el previsible movimiento a favor de su liberación tendría que haber frenado la labor judicial? ¿Desde cuándo la justicia tendría que dejar en libertad al que infringe la ley para evitar una reacción social?
Estas posturas de la pseudo-izquierda tienden a identificar automáticamente “lo rebelde”, la agitación de las masas, “el movimiento de la calle” con algo progresista, con “la verdadera democracia”. Para ellos sólo caben buenos y malos: los “pacifistas” líderes de Òmnium y ANC son el paradigma de luchadores por la libertad frente a un estado opresor al que constantemente se le tacha de antidemocrático y franquista.

Poco importa la imagen de los Jordis encima de un coche policial destrozado y arengando con megáfonos en mano a la muchedumbre para que se quedaran allí el tiempo que hiciera falta manteniendo el cerco a la policía. Son imágenes sumamente pacíficas, tranquilizadoras y democráticas.

La difusión del eslogan de “presos políticos” es sólo un ejemplo más de las constantes estrategias de falseamiento de la verdad por parte de los secesionistas y de sus defensores de la autodenominada izquierda. Los independentistas insisten en exigir un reconocimiento y unos derechos que se han empeñado y empeñan en negar a los que piensan diferente. En el colmo de su manipulación pretenden convencer a la comunidad internacional de que ellos y sólo ellos se han “ganado” el derecho a ser libres ninguneando sistemáticamente a los millones de catalanes que no piensan como ellos y a quienes desde hace años vienen privando de libertad.

octubre 18th, 2017 by