febrero 12th, 2017 by Manuel I. Cabezas González

Redacción: [Manuel I. Cabezas González es Doctor en Didactología de las Lenguas y de las Culturas; Profesor Titular de Lingüística y de Lingüística Aplicada; Departamento de Filología Francesa y Románica; Universidad Autónoma de Barcelona (UAB)] – Es el caso de la reacción del Diputado de ERC, Jordi Salvador i Duch, de la que voy a ocuparme hoy. Anem per feina! (vayamos al grano). (…) Por un lado, tildar de “brossa” mi ultima cogitación es muy atrevido por su parte y denota un desprecio total y absoluto hacia el punto de vista argumentado de un ciudadano-elector. (…) Lo que acabo de narrar no es un comportamiento privativo del Diputado independentista de ERC. El caso descrito no es único, ni tampoco una excepción (…) Además, sus correos son mucho más rechazables por tratarse de un representante  político, que se dice, para más inri, de izquierdas. El diputado Jordi Salvador i Duch, como cualquier otro diputado, debería estar siempre en comunicación con los electores y a la escucha de los ciudadanos, que lo han llevado al Parlamento Español para que los represente. Fotografía: Amposta, municipio español que perteneciente a la provincia de Tarragona (Cataluña), 14 de junio de 2016. Campaña electoral de las elecciones generales españolas del 26 de junio de 2016. El presidente de ERC y actual vicepresidente del gobierno catalán, Oriol Junqueras; Jordi Salvador Duch, cabeza de lista de ERC por Tarragona en el Congreso de los Diputados; y Gabriel Rufián, número de ERC por Barcelona, en un acto político de campaña en Amposta. archivo ACN.

Hace algunas semanas publiqué un texto que titulé “¡El lobo, que viene el lobo!”. En 20 días, fue leído por más de 8.000 internautas en Honestidad Radical. Y también fue difundido, que yo sepa, por 14 medios de comunicación digitales. A pesar de haber tenido tantos lectores, sólo unos pocos se tomaron la molestia de reaccionar al mismo y de enviar a Honestidad Radical un comentario en abierto. Sin embargo, recibí también algunos feedbacks en mi correo privado. Entre éstos, uno  de Jordi Salvador i Duch, diputado por Tarragona de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) en el Congreso de los Diputados. Por sus formas y por su contenido, me permito hacerlo público y diseccionarlo.  San Cugat Del Vallés (España), domingo 12 de febrero de 2017.

Jordi Salvador i Duch, diputado de ERC por Tarragona en la Cámara Baja. Fuentes Congreso de los Diputados. Lasvocesdelpueblo.

Antes de entrar en materia, quiero precisar que todos los textos que cuelgo en Honestidad Radical los remito también a nuestros representantes en las Cortes Generales (Congreso y Senado).

Normalmente, recibo la callada por respuesta. Sin embargo, a veces, algunos de nuestros representantes me envían respuestas gratificantes y laudatorias; es el caso, por ejemplo, del diputado del PSOE,  José Ignacio Sánchez Amor, que me decía, hace unas semanas, de verbo ad verbum: “Interesante, gracias, no se puede imaginar la cantidad de cosas aburridas u ofensivas que recibimos los diputados de cuanto Maestro Ciruela pulula por la web. No es su caso. Saludos”.

Y, de vez en cuando,  algún diputado o senador me ha hecho llegar también una respuesta displicente, reprobatoria y ofensiva. Es el caso de la reacción del Diputado de ERC, Jordi Salvador i Duch, de la que voy a ocuparme hoy. Anem per feina! (vayamos al grano).

Este diputado de ERC, en un primer y lacónico correo (11 de enero de 2017) tildó mi texto de “article brossa” (artículo basura) y me pedía que no le enviase más escritos. Ante mi esmerada y argumentada respuesta, preñada de sentido común, de lógica y de cortesía lingüística (13 de enero de 2017), volvió a dirigirse a mí (16 de enero de 2017) para reiterarme: 1. que mi texto era un “article brossa”; 2. que no volviera a enviarle ningún texto más; y 3. que no tenía ninguna gana de debatir conmigo. Como hubiera escrito Ernesto Sáenz de Buruaga, así sucedieron las cosas y así se las he contado.

Creo sinceramente que el contenido y las formas de las misivas del Sr. Diputado de ERC, Jordi Salvador i Duch, así como la actitud que transpiran no son de recibo en un cargo público o en un representante de los ciudadanos.

Por un lado, tildar de “brossa” mi ultima cogitación es muy atrevido por su parte y denota un desprecio total y absoluto hacia el punto de vista argumentado de un ciudadano-elector.

En efecto, El Sr. Jordi Salvador i Duch descalifica globalmente lo que el mensajero trae en su zurrón lingüístico, sin aportar ninguna contra-argumentación. Y no sólo eso.

Además se niega a debatir con los ciudadanos (en este caso, conmigo) y se permite exigir que corte el cordón umbilical que propicia el comercio lingüístico, absolutamente necesario, entre los electores-representados (yo soy uno de ellos) y los elegidos-representantes (él es uno de ellos también). Y todo esto sin respetar la obligada cortesía lingüística (las formas), que nos debemos tanto los electores como los elegidos, en una democracia auténtica, adulta y realmente consolidada.

En Francia, donde me formé y me convertí en ciudadano, siempre me dijeron y enseñaron que uno es libre de decir o de escribir lo que quiera, pero con una condición: hay que aportar datos y argumentar lo que se afirma. De ahí me viene, sin duda, mi querencia por la “honestidad radical”.

Con estas premisas, se puede no estar de acuerdo con un texto y criticarlo, pero no puede ser calificado, por las buenas y sin una contra-argumentación sólida y alternativa, de “basura”.

Por eso, se podría deducir lógicamente que la formación y la praxis lingüística y política del Diputado de ERC por Tarragona adolecen de lagunas que denotan claramente que el Sr. Jordi Salvador i Duch no conoce y, por lo tanto, no puede practicar el ABC de la cortesía lingüística, así como el de los comportamientos democráticos.

Por lo tanto, los feedbacks del Diputado Jordi Salvador i Duch no me parecen ni razonables ni lógicos. Repugnan al sentido común, a la lógica y a las buenas maneras. Y casan mal con los usos y comportamientos comunicativos, civilizados y democráticos.

Además, sus correos son mucho más rechazables por tratarse de un representante  político, que se dice, para más inri, de izquierdas. El diputado Jordi Salvador i Duch, como cualquier otro diputado, debería estar siempre en comunicación con los electores y a la escucha de los ciudadanos, que lo han llevado al Parlamento Español para que los represente.

No debe olvidar que los miembros de la clase política —que algunos llamamos “casta”, y con razón— son empleados nuestros, los ciudadanos-electores; y que están donde están para servir a los ciudadanos y no para servirse del estatus de diputado en beneficio propio.

Lo que acabo de narrar no es un comportamiento privativo del Diputado independentista de ERC. El caso descrito no es único, ni tampoco una excepción. Se trata de un ejemplo paradigmático que ilustra, en general, el comportamiento de los miembros de la casta política, una vez que han llegado al poder y han asentado sus reales al sol del erario público. En efecto, puedo dar testimonio personal de cómo se las gastan ciertos líderes políticos que, ante los análisis críticos y argumentados de militantes de sus partidos, han reaccionado como el diputado de ERC por Tarragona, Jordi Salvador i Duch.  

Es el caso de Rosa Díez, cuando regentaba su “granja orwelliana” de UPyD, y de Albert Rivera, al subírsele a la cabeza el título de roitelet de su ínsula de Barataria, C’s. Tanto la una como el otro —ambos, personajes estólidos y, como hubiera dicho Pilar Rahola, sacados del todo a 100 de sus partidos— se dirigieron a ciertos militantes, informados y con criterio, ordenándoles también que dejasen de enviarles textos denunciando irregularidades o malas prácticas tanto en UPyD como en C’s.

Y no sólo eso. Además, se dedicaron a expulsar de su granja orwelliana o de su ínsula de Barataria, a los mensajeros de mal agüero, que pensaban y, por lo tanto, estorbaban. Y esto lo llevaron a cabo por “potestas” testicular, i.e. sin “auctoritas” y sin respetar los procedimientos estatutarios.

Estos comportamientos denotan un desprecio total y absoluto de los votantes  y de los militantes, que son considerados como simples trastulos por los engreídos de la casta política, que parecen regirse por ese lema de una pseudo-democracia que reza así:”Tú vota cada cuatro años y, luego, calla”.

¡Qué lejos estamos del país soñado por X. Sardà!: “Un país en el que criticar se considere patriótico; discrepar, saludable; y provechoso reprobar las rigurosas mentiras de los que mandan”.

¡Y qué cerca de la opinión de Javier Marías sobre los políticos!: a los políticos “nadie los quiere y, en general, caen fatal. […] Si dejan de gobernar, es porque los votantes están hartos de ellos y ya no los pueden ni ver; y […] si gobiernan, no es porque los ciudadanos les tengan confianza y les encuentren méritos, sino por el mero deseo de quitarse de encima a los anteriores”.

Si la casta política española (y también la de otros lugares) no fuera autista (i.e. encerrada en su mundo, alejada de la realidad y sin contacto con ésta), se daría cuenta de la sabiduría encerrada en este pensamiento del Viejo Profesor, Enrique Tierno Galván: “El poder es como el explosivo: o se maneja con cuidado o estalla”.

El que avisa no es traidor.

 

Posted in Artículo Tagged with: , ,

enero 11th, 2017 by Manuel I. Cabezas González

Redacción: [Manuel I. Cabezas González es Doctor en Didactología de las Lenguas y de las Culturas; Profesor Titular de Lingüística y de Lingüística Aplicada; Departamento de Filología Francesa y Románica; Universidad Autónoma de Barcelona (UAB)] – ¡Socorro! ¡Que viene el lobo!” Pero, esta vez, nadie le creyó ni vino en su ayuda, ya que nadie cree a un mentiroso, aunque alguna vez diga la verdad. Y el lobo diezmó el rebaño. Este relato de Esopo viene como anillo al dedo para describir lo que ha sucedido y está sucediendo en la vida política española. Pensemos en el Brexit de Cameron; en las urnas de Matteo Renzi, en Italia; en las de Juan Manuel Santos, en Colombia; o en el resultado de las presidenciales en EE.UU., que dieron la victoria a Donald J. Trump. ¿No sería más razonable, congruente y operativo el respeto y la aplicación de la legalidad vigente, pero de toda la legalidad vigente? Si nos saltamos la ley y no pasa nada, como ha sido el caso hasta ahora, hay que levantar acta de la muerte de la seguridad jurídica y, como correlato, de la vuelta de la testicular ley de la selva. ¡Y que el Señor nos coja confesados! San Cugat Del Vallés (España), miércoles 11 de enero de 2017. Fotografía: El Doctor en Didactología de las Lenguas y de las Culturas, Manuel I. Cabezas. Archivo Lasvocesdelpueblo

En una de sus fábulas (El joven pastor y el lobo), Esopo narra la broma que un pastorcillo hizo a los vecinos del lugar. Un día, solo y aburrido mientras pastoreaba el rebaño comunal, empezó a gritar: ¡El lobo, que viene el lobo! A sus gritos, los lugareños acudieron raudos en su auxilio y constataron cómo el pastorcillo se desternillaba por la broma que les había gastado.

Una semana más tarde, volvió a repetirla y los vecinos del pueblo volvieron a creerse el engaño. Periódicamente, el pastorcillo volvía a las andadas y los solidarios vecinos del pueblo siempre caían en la misma trampa. Un día, el lobo llegó de verdad. Entonces, el pastorcillo, muerto de miedo, comenzó a vociferar: “¡Socorro! ¡Que viene el lobo!” Pero, esta vez, nadie le creyó ni vino en su ayuda, ya que nadie cree a un mentiroso, aunque alguna vez diga la verdad. Y el lobo diezmó el rebaño.

Tenemos una minoría de ciudadanos que llevan años poniendo el grito en el cielo para advertir de que “algo huele mal en Dinamarca”

Este relato de Esopo viene como anillo al dedo para describir lo que ha sucedido y está sucediendo en la vida política española. Por un lado, tenemos una minoría de ciudadanos que llevan años poniendo el grito en el cielo, no para gastar bromas, como el pastorcillo de la fábula, sino para advertir de que “algo huele mal en Dinamarca”.

Los peligrosos boababs del planeta del Principito. Ilustración del autor de este escrito. Manuel I. Cabezas González es Doctor en Didactología de las Lenguas y de las Culturas; Profesor Titular de Lingüística y de Lingüística Aplicada; Departamento de Filología Francesa y Románica; Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). lasvocesdelpueblo.

Por eso, ante los desmanes y provocaciones reales de los nacionalistas-independentistas catalanes, han alertado de los peligros que corren la democracia española, el estado de derecho, la paz social, la soberanía nacional, los derechos y libertades de los ciudadanos españoles, etc.

Y, por el otro, están los “maestros Ciruela de la casta política española”, que han jurado/prometido guardar y hacer guardar las leyes y que han hecho y hacen oídos sordos a los reales avisos de peligro y a las auténticas llamadas de ayuda de los ciudadanos-pastorcillos.

Las provocaciones, los desafíos y los atropellos de los nacionalistas-independentistas catalanes

Desde hace ya demasiados años, en los medios de comunicación, en las redes sociales y también en la calle, la precitada minoría de ciudadanos —que no son esclavos de la “dictadura de lo políticamente correcto”, ni tampoco “moutons de Panurge”— han reaccionado, individualmente o en comandita, ante las provocaciones, los desafíos y los atropellos de los nacionalistas-independentistas catalanes y, también, de otras comunidades autónomas españolas.

Basta con consultar la hemeroteca y las redes sociales para ilustrar lo aseverado y hacer la lista interminable de los “fraudes de ley”, a los que son tan dados los nacionalistas-independentistas que, con recursos y apelaciones sin cuento, dilatan los procesos y el cumplimiento de las sentencias judiciales.

Por otro lado, se deben citar los casos de desacatos y de desobediencia a las sentencias si, por casualidad, llegan a ser firmes. Además, no hay que olvidar el ninguneo y el desprecio hacia el poder judicial, cuando los imputados o acusados se ríen en las propias narices de los jueces, negándose a acudir a los juzgados.

Debemos citar también las agresiones a las instituciones y símbolos de nuestro Estado de Derecho

Hay que añadir también la “prevaricación” de ciertas instituciones (por ejemplo, el Parlamento de Cataluña o muchos entes locales), que han elaborado leyes o han dictado resoluciones o han tomado decisiones que están en contradicción con la Constitución de 1978 y la legislación general del Estado.

Debemos citar también las agresiones a las instituciones y símbolos de nuestro Estado de Derecho: quema de retratos del Jefe del Estado y de la bandera de España, guillotina de retratos del Rey, abucheos al himno de todos y al representante máximo del Estado, etc.

Ciertas asociaciones (Sociedad Civil Catalana) han mirado y miran para otro lado o no han tomado las medidas pertinentes

Ante este estado de cosas, los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, así como los partidos políticos del sistema (PP, PSOE, C’s, Podemos, etc.) y ciertas asociaciones (por ejemplo, Sociedad Civil Catalana) han mirado y miran para otro lado o no han tomado las medidas pertinentes o simplemente se han dedicado a dividir a la ciudadanía, dejando a los nacionalistas-independentistas el camino expedito para que sigan conculcando la legalidad vigente y consolidando el Estado de “des-derecho”.

Sólo algunas asociaciones (Convivencia Cívica Catalana, Somatemps y Movimiento Cívico de Espanya i Catalans, por citar las más visibles en Cataluña) y algunas redes sociales (Red de Blogs Comprometidos, por dar sólo un ejemplo, con implantación en toda España) se han encargado de mantener encendida la llama de la cordura, de la constitucionalidad y de la razón, en defensa del “Estado de Derecho”.

Así, en los últimos años, cada 12 de octubre (fiesta de la comunidad hispanohablante mundial) y cada 6 de diciembre (fiesta de la Constitución), estas asociaciones y redes sociales —en solitario y sin ningún apoyo económico o moral o participativo de los partidos de la casta— han hecho oír su voz para advertir de la espada de Damocles que se cierne, como hemos indicado, sobre la democracia española, el estado de derecho, la paz social, la soberanía nacional, los derechos y libertades de los ciudadanos españoles, etc.

(PP, PSOE y C’s) constitucionalistas del “silencio del miedo y de la cobardía”

Esta dejación de funciones, este mirar para otro lado y el no velar por el respeto de la legalidad vigente, tanto por parte de los poderes del Estado como de los partidos políticos del sistema (PP, PSOE y C’s), que se dicen constitucionalistas, son la ilustración del “silencio del miedo y de la cobardía”, del que habla el Abate Dinouart: el silencio del que calla cuando es imperativo hacer sentir la voz y velar por la aplicación de la ley, silencio que ampara al delincuente y lo declara impune.

Además, este comportamiento de la casta política pretérita y presente me ha hecho pensar en dos episodios de El Principito (cf. Cap. V y IX) y en las consecuencias para el futuro inmediato de España.

En estos dos capítulos, se narran dos de las actividades cotidianas que El Principito debía realizar para velar por la integridad de su planeta. Cada mañana debía proceder a la limpieza de su asteroide, infestado de malas semillas, para arrancar los boababs nada más nacer.

De no hacerlo, estos árboles gigantescos invadirían su planeta, lo perforarían con sus raíces y lo harían estallar. Por otro lado, también debía deshollinar sus dos volcanes en actividad, para que ardieran “suave y regularmente, sin erupciones” y así evitar explosiones violentas y catástrofes; y también un volcán extinguido, ya que “no se sabe nunca” lo que puede pasar.

En estos momentos, se ha llegado hasta tal punto en Cataluña que… estamos al borde del abismo y no hay marcha atrás

Para esto, el Principito era muy disciplinado, muy diligente y no se dejaba engañar por las apariencias, ya que los boababs, cuando son muy pequeños, se parecen a los rosales. En estos momentos, se ha llegado hasta tal punto en Cataluña que, como dijo en su día Julio César, podemos razonablemente afirmar: “alea iacta est”, i.e. estamos al borde del abismo y no hay marcha atrás, si los que deben velar por el respeto y la aplicación de las leyes siguen haciendo dejación de sus funciones.

En efecto, desde hace 36 años, la educación, la política lingüística y los medios de comunicación están en manos de los nacionalistas-independentistas. Por eso, las raíces de los boababs independentistas han penetrado tan profundamente en las mentes de los niños, de los jóvenes y de los “moutons de Panurge”, que hay un riesgo cierto de que se cuartee y reviente la democracia española, el estado de derecho, la paz social, la soberanía nacional, los derechos y libertades de los ciudadanos españoles, etc.

Pensemos en el Brexit de Cameron; en las urnas de Matteo Renzi, en Italia; en las de Juan Manuel Santos, en Colombia

Algunos —como Francesc de Carreras (alter ego de Albert Rivera), en un artículo reciente, o Carlos Carizosa (vocero de C’s en el Parlamento de Cataluña), en una entrevista radiofónica de finales de 2016)— siguen mareando la perdiz y proponen la misma solución al denominado “caso catalán”:La cuestión catalana actual no se resuelve con una reforma de la Constitución, sino con una derrota del nacionalismo en las urnas”.

Ante esta solución ambigua y enredadora, debemos preguntarnos: ¿En qué tipo de urnas? ¿Acaso de Carreras y Carrizosa no se han dado cuenta de que, como ha demostrado la vida política de los últimos meses, las urnas las carga el diablo y acostumbran a dar sorpresas?

Pensemos en el Brexit de Cameron; en las urnas de Matteo Renzi, en Italia; en las de Juan Manuel Santos, en Colombia; o en el resultado de las presidenciales en EE.UU., que dieron la victoria a Donald J. Trump.

¿No sería más razonable, congruente y operativo el respeto y la aplicación de la legalidad vigente, pero de toda la legalidad vigente?

Si nos saltamos la ley y no pasa nada, como ha sido el caso hasta ahora, hay que levantar acta de la muerte de la seguridad jurídica y, como correlato, de la vuelta de la testicular ley de la selva. ¡Y que el Señor nos coja confesados!

 

Posted in Artículo Tagged with: , ,