agosto 28th, 2017 by Ana Maria
Redacción (Ana Maria Torrijos) -. ¡Tengo miedo! Sí, tengo miedo al terrorismo, a no poder cerrar los ojos por la noche con la esperanza de abrirlos de nuevo al día siguiente. Miedo a ver el terror en toda su crudeza, la sangre derramada, los llantos, el desespero. La soledad que inunda el corazón de los que han perdido un ser querido. Miedo al olvido. San Cugat Del Valles (Barcelona) España, lunes 28 de agosto de 2017. Fotografía: CATALUÑA (ESPAÑA), sábado 26.08.2017. Vista de los 75 representantes de cuerpos de seguridad, emergencias y de entidades vecinales y ciudadanas que encabezan hoy en Barcelona la manifestación contra el terrorismo bajo el lema “No tinc por” (No tengo miedo) y de homenaje a las 16 víctimas mortales de los atentados terroristas islamistas de Cataluña. Efe.
El día después de retirar las velas, las flores y los ositos de peluche. Sí, miedo a dejar atrás las escenas lacrimógenas y empezar a contar los días sucesivos y así hasta que mis piernas puedan sostenerme. Entonces seré yo la que preguntaré ¿por qué? La respuesta, un silencio inmenso. No dirán nada los que lanzaron comunicados oficiales, los que se hicieron la foto, los que quisieron sacar rédito de todo aquel dolor. Lo horneado eran los aplausos por lo bien que se había llevado a cabo la disolución del colectivo yihadista, la información puntual de lo acontecido, la presencia ante las cámaras de los responsables de las instituciones catalanas, las altas dosis de claridad “en català” para todos los informadores y como colofón la entrega de condecoraciones selectivas. Pero en ningún instante se ha reflexionado en voz alta sobre los antecedentes de esta situación sobrecogedora. Desde el Olimpo nacionalista se redactó el grito ” No tinc por “, grito que tendrá su eco mucho más allá del acto oficial del duelo. Se vocalizará todas las veces que los secesionistas se lo propongan. El alcance está en el horizonte del “Som una Nació”.
La tragicomedia culminó con una manifestación por las víctimas. No hubo respeto, sólo farsantes ante las cámaras. Y una imagen fija, el Jefe del Estado humillado, las instituciones españolas degradadas y una pancarta fuera del control secesionista —”España contra el terrorismo, ¡gracias Majestad!“— centro del odio más atroz, abucheados sus portadores, insultados y hasta agredidos, un refuerzo policial impidió lo que nunca puede permitirse en un sistema democrático, el linchamiento. Pero la verdad de lo que fue y quiso ser, se plasma en la ausencia del Estado en Cataluña, ya no en esos momentos de horror, sino en los largos años de democracia.
CATALUÑA (ESPAÑA), sábado 26.08.2017. Vista de los más de 500 mil participantes a la marcha bajo lema ‘No Tengo Miedo’ del sábado 26 de agosto -según cifra de la Guardia Urbana de Barcelona- entre ellos, 75 representantes de cuerpos de seguridad, emergencias y de entidades vecinales y ciudadanas que encabezan hoy en Barcelona la manifestación contra el terrorismo bajo el lema ‘No tinc por’ (No tengo miedo) y de homenaje a las 16 víctimas mortales de los atentados terroristas islamistas de Cataluña. Lasvocesdelpueblo.
Miedo sí, por el abandono sufrido en el ámbito académico, por no poder tener derecho a la información en la lengua española, por no ver ondear nuestra bandera en muchos lugares públicos, por no escuchar nuestro himno nacional en silencio. Miedo, por apreciar que es más importante gastar el dinero público en procesos de independencia que en seguridad ciudadana. Ni maceteros, ni barreras, ni vigilancia policial. El terrorista hizo una caminata a pie y nadie interrumpió su deambular.
Algo quedó claro la tarde del 26 de agosto de 2017, la sociedad catalana está dañada de muerte. Urge el antídoto al Nacionalismo, edulcorado ahora con el término Soberanismo. Los síntomas de la enfermedad estaban a la vista, la cantidad de jóvenes que lanzaban por su boca sentimientos de revancha, rencor, delirio de agravios. No era más que el fruto de la incapacidad de respetar a un semejante que piensa diferente, jóvenes adoctrinados desde la escuela y desde las terminales identitarias.
Miedo a que la sociedad no sepa reaccionar ante tanta bajeza moral, ante unas asociaciones subvencionadas por un movimiento ideológico destructivo de la convivencia, a unas élites políticas incapaces de reaccionar a tiempo con la ley como eje vertebrador del Estado de Derecho. A una sociedad que permita trucar los actos terroristas y pasar del grito “no al crimen” al “no a España”.
Miedo a dejar de ser ciudadano para llegar a ser populacho.
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agosto 26th, 2017 by lasvoces
Redacción (Óscar Bermán, presidente de «NOSOTROS» Partido de la Regeneración Social) – Los fieles musulmanes desprecian todo lo que no es musulmán. Nos invaden para repoblar e islamizar España y el resto de Europa. No todos los musulmanes son islamistas, pero todos los islamistas son musulmanes. Y los islamistas usan su libro sagrado, el Corán, contra los españoles y el resto de europeos. No se defiende España, teatralizando impotentes silencios sin bandera ni oración, silencios de un minuto, y discursos blandí bluf, para consumo de bobos. Discursos mentirosos, que traducidos al lenguaje de la más cruda verdad. Tratan de convencernos de la bondad musulmana, y que el Islam es religión de paz, —si, ya nos hemos dado cuenta… la paz de los cementerios—. Palafolls (Barcelona) España, sábado 26 de agosto de 2017. Fotografía: DACCA (Bangladesh), Lunes 06 de Mayo de 2013. Las manifestaciones reunieron hasta 200.000 personas, lideradas por Hefazat-e Islam, que pide una aplicación más estricta del islam. Archivo Efe
Cuando su comisionista majestad, don Juan Carlos I, rey por la gracia de Franco, ejercía de jefe del Estado, sus más opulentos hermanos mahometanos engrosaban cuentas bancarias en paraísos fiscales y, en consecuencia, aflojaban voluntades en alquiler, allí donde el honor y la conciencia no tienen cabida ni razón de ser.
Ese es el principio de los problemas, y el más esclarecedor. Sin esos miles de millones de euros sunitas, y no solo sunitas, los tan generosamente remunerados traidores a España, a Europa y a Occidente, no andarían por los telediarios tan ufanos, condenando hipócritamente la última matanza de inocentes.
No se defiende España, teatralizando impotentes silencios sin bandera ni oración, silencios de un minuto, y discursos blandí bluf, para consumo de bobos
No se defiende España, teatralizando impotentes silencios sin bandera ni oración, silencios de un minuto, y discursos blandí bluf, para consumo de bobos. Discursos mentirosos, que traducidos al lenguaje de la más cruda verdad, significan lo siguiente: “Estamos dispuestos a sacrificar a tantos ciudadanos e inocentes como sea necesario, con tal de no impedir que los musulmanes disfruten de las libertades y derechos que no tienen en sus países de origen, y así puedan imponernos su ideología, y la esclavitud y terror indiscriminado que su fanatismo conlleva, sin que podamos denunciar ni cegar la fuente de su maldad; Y condenaremos al ostracismo político a quienes se atrevan a señalar el origen y naturaleza musulmana del terrorismo islámico”.
Este es el constante discurso sobre el islam, de los políticos que ven sus partidos como empresas, y la política como su negocio. Con su abundancia de medios y su machacona propaganda pueden conseguir, y lo están haciendo, que Europa sea sometida al islamismo, ideología tanto o más sectaria, liberticida, opresiva y genocida que el nacionalsocialismo o el socialismo comunista.
Estamos pues, ante una amenaza creciente, propiciada y facilitada por poderes fácticos internacionales; Jefes de Estado, presidentes de Gobierno, y otros dirigentes políticos —todos chupópteros de la inagotable ubre petrolífera—, y el gran negocio de los que no tienen ni el honor y ni el valor necesarios para oponerse a la censora mordaza que nos impone la idiotizante “corrección política” de los herederos de Iósif Stalin, Mao Tse-tung, Pol Pot, Fidel Castro, y otros ilustres carniceros del comunismo internacional.
Mundialismo, islamismo y neocomunismo son movimientos liberticidas coincidentes en su odio a la libertad y a la civilización del occidente cristiano, y en consecuencia, compañeros de viaje, en este tramo compartido de sus hojas de ruta.
La propaganda falsaria, emitida al alimón por los censores guardianes del lenguaje políticamente correcto y por los voceros neocomunistas, forma parte del guión que siguen al unísono los mass-media, en un ejercicio de hipnosis ideológica masiva ante la que han claudicado quienes deberían preservar nuestra libertad. En lugar de ello, nos han vendido, y nos pastorean hacia el matadero. Preservar y aumentar sus privilegios, es lo único que preocupa y ocupa, a este elitista elenco mundial de psicópatas.
Tratan de convencernos de la bondad musulmana, y que el Islam es religión de paz, —si, ya nos hemos dado cuenta… la paz de los cementerios—.
Sólo hay que leer los comentarios de los lectores, o conversar en confianza, para comprobar el abismo que separa a los ciudadanos de las líneas editoriales de los medios masivos de propaganda, que día tras día, nos saturan con pensamiento débil y panfletos para bobos. Tratan de convencernos de la bondad musulmana, y que el Islam es religión de paz, —si, ya nos hemos dado cuenta… la paz de los cementerios—.
Mientras tanto, los ciudadanos, en España y en el resto del mundo, claman protección contra el terror, desesperanzados ya de los políticos traidores que desertan de su principal deber, al mismo tiempo que se niegan a dimitir; Ni hacen, ni dejan hacer. Políticos inhumanos, psicópatas, sicarios del Nuevo Orden Mundial, que son responsables del 95% de las masacres de inocentes que hay en el mundo.
Hemos de hacer todo lo necesario para defendernos y defender España del islam y del neocomunismo, esa quinta columna de socialistas del siglo XXI
Ante tan alarmante horizonte, hemos de hacer todo lo necesario para defendernos y defender España del islam y del neocomunismo, esa quinta columna de socialistas del siglo XXI que ejercen de abogados defensores de la comunidad musulmana, y justifican el terrorismo islámico.
Los neocomunistas olvidan o denigran todas las nobles causas cuando quien las pisotea es el Islam. Toda su acción frente a una masacre atroz, como la penúltima de Barcelona, queda reducida a un minuto de silencio. Y en cuanto acaba ese minuto de silencio empiezan y no paran de hablar y actuar contra la islamofobia, porque, a estos ciegos voluntarios, la natural y sana reacción defensiva contra el terror islámico, les preocupa más que el propio terrorismo ¿Cabe mayor extravío?
Los minutos de silencio solo están bien si son minutos de la unidad y la meditación que precede a la unidad de acción contra el terrorismo. No es una opción negarse a actuar contra el fundamentalismo islámico. Después de los minutos de silencio, o de oración en silencio, hemos de actuar el resto de minutos que tiene la vida, hemos de defendernos de la barbarie salvaje de una ideología que intentan imponer a toda la humanidad.
Todos los islamistas son musulmanes. Y los islamistas usan su libro sagrado, el Corán, contra los españoles y el resto de europeos
No todos los musulmanes son islamistas, pero todos los islamistas son musulmanes. Y los islamistas usan su libro sagrado, el Corán, contra los españoles y el resto de europeos, que no hemos generado suficientes anticuerpos con los que reaccionar contra su ideología totalitaria. Para los musulmanes imponernos el Islam es su obligación natural, y por supuesto consideran legitimo y santo emplear todos los medios a su alcance, incluidos los más atroces e indiscriminados.
Por mienten, encubren y protegen asesinos miembros de su comunidad, no de la nuestra ni del resto de “infieles” que pueblan el mundo. Porque, aunque el progresismo buenista niegue la evidencia, no por ello el islamismo dejara de ser musulmán; Y tortura, mutila, asesina y esclaviza en todos los lugares del mundo, a todas las razas, de cualquier religión o ideología, y no sólo en Europa, donde no paran de violar nuestras fronteras, escapando de la miseria que han cosechado ellos solitos en sus lugares de origen.
Los fieles musulmanes desprecian todo lo que no es musulmán. Nos invaden para repoblar e islamizar España y el resto de Europa
Los fieles musulmanes desprecian todo lo que no es musulmán. Nos invaden para repoblar e islamizar España y el resto de Europa. Su desprecio hacia el resto de la humanidad es tan afrentoso, insolente y enloquecido que se permiten destruir restos arqueológicos milenarios. Su permanente obsesión es destruir todo lo que no es islámico.
Estamos en guerra, ni la hemos buscado ni la hemos querido. Nos ha tocado, nos han agredido y siguen amenazándonos. No podemos ni queremos mirar a otro lado, y no nos quedaremos quietos, esperando pasivos sufrir un nuevo golpe. No tenemos más remedio que combatir la más salvaje ideología del terror mundial. Combatir en todos los frentes, en el cultural, en el social, en el económico, en el político, en el policial, en el militar. Combatir desde la defensa de los valores espirituales y cívicos que hacen digno y feliz al ser humano, como ser trascendente y como ser social. Combatir en defensa de la cultura, de la libertad, de la humanidad, de la familia, de la vida, del derecho, de la justicia, de la propiedad, de la solidaridad, del bien común, de la salud pública, del progreso y de la prosperidad.
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