Category: Relexiones

diciembre 17th, 2016 by lasvoces

Redacción (Ana Maria Torrijos; licenciada en Filología Clásica) – La Constitución resalta la dignidad de la persona, el respeto a la ley y a los derechos de los demás. Los nacionalistas agarrados a sus ancestros de historias edulcoradas, arrastran a los necesitados de fantasías; los populismos alentando el enfrentamiento, la búsqueda del culpable, la raíz de los enconos, pone a la persona al límite del paroxismo. Todos los ciudadanos privados de la voluntad son objeto de la despersonalización más absoluta. San Cugat del Vallés (Barcelona), sábado 17 de diciembre de 2016. Fotografía: Ana María Torrijos, licenciada en Filología Clásica. Foto Joseph Azanméné N./lasvocesdelpueblo

La Constitución de 1978, fue la base legal de la democracia que disfrutamos. Sólo por ese motivo merece valorarla, acatarla y hacerla cumplir.

Las sociedades primitivas aunque no se organizaban entorno a leyes escritas, estatutos, instituciones, sí se regían por rituales, por antepasados totémicos, por concepciones míticas, lo que no les hacía vivir en modo alguno en la anarquía y la confusión.

La racionalidad superó esa primera fase de organización ancestral y abrió poco a poco, con el curso de los siglos, la senda a una relativa estabilidad y seguridad, pero cualquier desequilibrio puede hacer resurgir nuevas hostilidades.

En un momento difícil, de crisis económica y de deterioro institucional, si se suma el empeño de reformar la Carta Magna, nos ponemos en el límite de la libertad personal. Su reforma implica un proceso lento y no es factible que los actuales políticos estén dispuestos a entrar en esa labor algo ardua, lo que sí pueden pretender es maquinar un cambio indirecto que no necesite la aprobación del pueblo en referendo.

La expresión libertad es una de las que más se ha usado y abusado. Muchos la han utilizado para sus intereses particulares, y después de asegurar que ellos la representaban en exclusividad, conseguido cierto poder, era y es una carga de la que se liberan pronto.

El discurso que se emplea está repleto de vocablos mágicos que golpean constantemente sin pretender describir lo que sucede, lo único que interesa es cambiar los hechos y las intenciones.

Las emociones, las pasiones, los sentimientos son estimulados a través de la transformación del lenguaje; la palabra ha perdido su verdadero significado y ha conseguido que la uniformidad colectiva supere la responsabilidad individual.

La estrategia de los que lideran las fuerzas políticas, ha dirigido el afán de alcanzar el poder por las sendas de inhibir en la vida social la participación directa de los ciudadanos. Los nacionalistas agarrados a sus ancestros de historias edulcoradas, arrastran a los necesitados de fantasías; la izquierda prometiendo las más inverosímiles conquistas sociales, se aprovecha de la difícil situación de los más maltratados por la crisis; la derecha por tacticismo y por complejos, renuncia a su ideario abandonando a muchos ciudadanos en el desespero, sin representación a pesar de haber emitido sus votos; los populismos alentando el enfrentamiento, la búsqueda del culpable, la raíz de los enconos, pone a la persona al límite del paroxismo.

Todos los ciudadanos privados de la voluntad son objeto de la despersonalización más absoluta.

El partido, la identidad, la tribu llama a la disciplina pero el hombre si respeta su libertad personal, tiene que ser capaz de resistir la presión que se ejerce sobre él. Hay que empezar a no depender de lo que diga el grupo, hay que empezar a creer en esa “carga” salvadora que es la libertad, hay que conquistarla desempolvando los valores, los ideales éticos, intelectuales, que de un tiempo para aquí la sociedad parece haber perdido.

La Constitución resalta la dignidad de la persona, el respeto a la ley, a los derechos de los demás; es el porqué de la democracia liberal, de la convivencia con los de distinto pensamiento, de distinta fe religiosa, de distintos modos de hacer, de aquellos, de los otros, de los demás.

Un compendio de artículos que aún no se han desarrollado en toda   su amplitud, que se han mal interpretado, que no se cumplen, que se orillan y que en gestos tragicómicos se han quemado entre burlas o aplausos, y que ahora en esta legislatura se han colocado en el centro de la controversia política.

La Ley de leyes, que rescata a la persona frente al poder omnímodo, se utiliza como salvavidas de los políticos mediocres, como diana contra la que lanzar los dardos de la crisis no sólo económica sino también institucional y social, como culpable del “eufemismo ” no encaje catalán.

Son muchos los calificativos sacados del diccionario para dañarla, cuando en realidad ni la conocen, mejor dicho ni la han leído los que con tanto ímpetu la intentan pulverizar. Argumentan su antigüedad para desautorizarla, 38 años de vida, e insisten en reformarla. Y lo dicen quienes están viviendo del erario público desde la transición democrática, ya entrados en años, o quienes obsesionados por llegar a la meta sin previa formación profesional, se creen por su juventud capaces de ocupar las más altas Instituciones del Estado.

Una Cámara legislativa “sui generis”, fracturada en un sin fin de partidos y partidillos, cuyos miembros infringen las normas parlamentarias, un hemiciclo que permite la charanga y pandereta, según decía el poeta, debe afrontar nuestra existencia en común, nuestro futuro y nuestra estabilidad.

El paro, las pensiones, las interferencias políticas en la justicia, la corrupción, el secesionismo, la violencia, la emigración, son algunos de los muchos problemas a solucionar. «La soberanía nacional reside en el pueblo español» (Artículo 1.2), «las Cortes Generales representan al pueblo español» (Artículo 66.1), «Los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución» (Artículo 9.1 ). «Los españoles son iguales ante la ley sin que pueda prevalecer discriminación alguna» (Artículo 14); Artículos que hacen imperar nuestras necesidades por ser ciudadanos libres.

No pueden estar los intereses partidistas o de grupo por encima del interés general, de cada uno de los ciudadanos. El despacho en la Delegación del Gobierno en Barcelona para la vicepresidenta del Ejecutivo, señora Sáenz de Santamaría recuerda los salones del hotel Majestic en el inicio de la primera legislatura del señor Aznar, por cierto ambos lugares muy cercanos en el callejero de la ciudad.

Entonces se anularon los derechos de los españoles, de los que viven en Cataluña y en el resto de España, al permitir al nacionalismo imponer su doctrina lingüística totalitaria en la escuela pública y concertada; se privó a todos los españoles de la libertad de elección de lengua vehicular en la enseñanza, ya que la movilidad en todo el territorio nacional desde ese momento fue violentada por infringirse la cooficialidad de las dos lenguas habladas en la comunidad catalana.

Nos podemos plantear ¿Qué concesión tocará en esta ocasión? Los representantes del Estado están al servicio de todos, y con todos están obligados a hablar, a todos deben atender y prestar servicios según señala la legislación.

Durante muchos años el sector más amplio de la población catalana ha sido postergado, ninguneado y olvidado, sólo ha contado en el momento de tributar y de asumir obligaciones, pero nunca se han respetado sus derechos. Una de las funciones del Estado es asegurar el cumplimiento de la ley. Sin ese acatamiento es imposible la estabilidad social y por lo mismo el desarrollo cultural y económico de todos los ciudadanos.

Es el momento de una reacción de derecho, fijar los límites marcados por la ley y respetar la soberanía nacional.

Posted in Relexiones Tagged with: , ,

mayo 3rd, 2016 by lasvoces

Redacción (Ana Maria Torrijos; licenciada en Filología Clásica) – Si la educación tiene como objetivo el pleno desarrollo de la personalidad humana, según consta en la Constitución, y si los resultados académicos nos indican al día de hoy, dos realidades incuestionables: el alto fracaso escolar por un lado y por el otro el bajo nivel de comprensión lectora junto con una deficitaria capacidad de cálculo, nos encontramos con una realidad evidente, hemos fracasado. Barcelona, 3 de mayo 2016. Fotografía: Alumnos en un colegio durante la huelga educativa del pasado 24 de octubre 2013. La CE alerta a España de los recortes en Educación y de los retos ‘agravados’ por la crisis. Archivo Efe.

Cabe revisar lo que se ha realizado en este ámbito. A lo largo de todo el periodo democrático ha habido un único sistema educativo, el del

Ana María Torrijos. Lasvocesdelpueblo

Ana María Torrijos. Lasvocesdelpueblo

gobierno del señor Felipe González -un igualitarismo a la fuerza y una falsa compensación ante la desigualdad existente en la sociedad-. Con esta obsesiva intención ideológica se implantó una norma, la constante supresión de exámenes y suspensos, al mismo tiempo que se alentó a la no repetición de curso al grito salvador de “progresa adecuadamente”. Se descartó el concepto de autoridad, pilar fundamental del docente ante el alumno, y se dio paso a la palabra “colega”; el profesor ya no impartió lecciones del saber, desde ese instante se convirtió en un amiguete al frente de un aula llena de jóvenes, la mayoría dispuestos por decreto ley a no realizar esfuerzo alguno. El profesor poco a poco llegó a ignorar lo que debía enseñar.

Pero para conseguir este plan se modificó lo que aún podía impedirlo, los contenidos. Los alumnos, superarían curso y conseguirían, con capacidad o no, un título universitario; esa idea indujo a eliminar materias académicas. Las más sacrificadas fueron las Humanidades, la literatura, el arte, la historia, las asignaturas que forman a la persona y que le permiten tener criterios firmes. La filosofía, disciplina orientada a hallar respuestas y sobre todo a construir preguntas en un mundo tremendamente complicado, fue reducida a lo mínimo. En aras de no agravios comparativos entre los alumnos, en la etapa obligatoria prolongada hasta los dieciséis años, se descartó cualquier dificultad matemática y las complicadas estructuras gramaticales del latín. A toda esta desenfrenada locura intelectual, se incorporó también “el igualitarismo” para el acceso al cuerpo docente, al descartar el mérito y la calidad.

Un lenguaje adaptado al “buenismo” empezó a llenar la dialéctica educativa: oficinas de garantías lingüísticas, agrupaciones flexibles, esfuerzo compartido, comisión de expertos para la prevención y resolución de conflictos, mediador didáctico, atención a la diversidad, adaptación curricular personalizada, promoción automática, comprensividad. Muchas decisiones erróneas se fueron tomando a medida que el proceso avanzaba. El resultado es que en estos momentos hay una mayoría de jóvenes sin formación laboral específica y otros con título universitario desvalorizado por no exigirles, al incorporarse a la facultad, un expediente curricular bueno, ambos grupos destinados al paro.

España es uno de los paises de Europa que más invierte en enseñanza y parece increíble que tengamos ese panorama tan desolador.

Con la implantación de las sucesivas fases de la reforma, surgieron grietas y para taparlas se pusieron parches con la única intención de salvar el sistema; el proyecto de la izquierda no podía fracasar y por mucho que los gobiernos de la derecha intentaron diseñar otro modelo, nunca pudo salir adelante pues los únicos legitimados para liderar la cultura era la fuerza política socialista. Y la sociedad tragó sin reaccionar, era cómodo callar y no ser tachado con calificativos desmoralizadores. Las víctimas fueron nuestros niños y nuestra juventud. A este páramo educativo hay que sumar las especificidades lingüísticas de las comunidades bilingües con su decreto de inmersión, obligatorio y excluyente de la otra lengua cooficial, el español y además con un dirigismo doctrinario nacionalista que rompió cualquier intento de formar en libertad, y el maestro el lacayo de la deriva.

Para ir redondeando el modelo al servicio del sectarismo ideológico, se le privó de los valores imprescindibles en el aula : el esfuerzo, la responsabilidad, la disciplina, el estudio, el compañerismo, el respeto, la abnegación. Ausencias que culminaron en la renuncia del alumno a desarrollarse, a progresar en las distintas facetas personales e incluso a destacar en relación a los demás. De este cultivo únicamente pudo resultar una sociedad desorientada, una sociedad maleable para que no prime el aprendizaje teórico, que es exigir al alumno adaptarse a los conocimientos, sino para que consienta un aprendizaje doblegado a la idiosincrasia del estudiante e instrumentalizado en aras de alcanzar el igualitarismo. Falso igualitarismo por no ser en oportunidades, tan sólo es igualitarismo en el bajo nivel de formación académica. Las clases pudientes son las que pueden elegir centros de pago para acceder a la enseñanza de calidad, que les permitirá ocupar los mejores puestos directivos de la sociedad. Constata esta afirmación el que los hijos de los políticos y sobre todo los de los llamados progresistas, defensores a ultranza del deficiente programa educativo vigente en España, son escolarizados en centros de élite y realizan el master adecuado para alcanzar la formación que sus padres les niegan al resto de la población y sobre todo al sector más desfavorecido por su nivel económico.

No se han puesto límites al comportamiento del alumno y se ha generado una persona incapaz de tomar en serio sus obligaciones con la sociedad. No tener conciencia de la cultura en la que vivimos, con la que nos hemos conformado como individuos y como pueblo, hace muy difícil tener las referencias imprescindibles para saber los principios que mueven la Democracia, el modelo político vigente:

1.- La cultura y la educación son los instrumentos más necesarios para que el hombre desarrolle mejor sus aptitudes y rompa el concepto de clase que imperaba en otros momentos históricos.

2.- La conjunción de derecho y ley con la intención de limitar la intervención excesiva del Estado sobre la vida de los ciudadanos, dará mayores cotas de decisión.

Los Diputados, gobierno y oposición, están obligados a dejar contiendas partidistas y desarrollar un modelo educativo de calidad al servicio de la ciencia y sobre todo de los ciudadanos. Los valores superiores que afirman defender, que son la libertad, la justicia y la igualdad, se harán realidad si se consigue un gran pacto educativo, digno y fecundo. Nos lo merecemos.

Posted in Relexiones Tagged with: ,

marzo 20th, 2016 by lasvoces

Redacción (Ana María Torrijos, licenciada en Filología Clásica) – Son muchos años de andadura democrática desde que se refrendó la Constitución y se inició su fase de desarrollo. El balance es muy simple: Después de varias legislaturas de distinto color ideológico, estamos inmersos en una situación tensa y difícil por haber interpretado con torpeza la letra de la tan deseada Carta Magna. La etapa de Transición desde un régimen dirigido a un régimen participativo contaba con el deseo de todos, con un componente humano dispuesto a ejercer en libertad, una amplia franja social preparada profesionalmente, de status económico medio, con inquietudes de prosperar e intervenir activamente. Teníamos por delante un proyecto ambicioso, capaz si nos ajustábamos a lo reglado, de situarnos a nivel europeo en el respeto a las decisiones salidas de las urnas. Barcelona, 20 de marzo 2016. Fotografía: Ana María Torrijos, licenciada en Filología Clásica. Foto Joseph Azanméné N./lasvocesdelpueblo.

Pasadas unas décadas, los tres poderes del Estado, básicos para la democracia, no han sabido o no han querido guardar las distancias entre ellos, todo lo contrario la decisión de uno se ha transmitido con rapidez imperiosa al resto sin retoque, sin discrepancias cuando la salvaguarda de la libertad requiere la autonomía del poder Ejecutivo, del Legislativo y del Judicial en sus opiniones aún coincidiendo en la resolución final. El ” totum revolutum ” ha ido minando el equilibrio institucional imprescindible para que la ley centrara la convivencia, para que la justicia compensase a los débiles, para que la igualdad permitiera a todos competir desde una única salida pero con una meta diversa según aptitudes. Los perjudicados, la mayoría de los ciudadanos.

El sufragio, una de las manifestaciones más directas para indicar el agrado o repulsa, ha sido desde un principio liquidado por esa tortuosa ley electoral, cuya única pretensión es penalizar a los urbanitas y premiar a los que están censados en municipios menos poblados, distorsión de la representación en los órganos legislativos. Burlados la mayoría de los ciudadanos.

La división territorial por autonomías que pretendía acercar al contribuyente las tomas de decisión, ha servido a los políticos para repartir entre sus allegados puestos y cargos a manos llenas, ha resultado un lastre muy pesado para la economía, ha facilitado la fragmentación del mercado, la dispersión de los programas educativos, las dificultades en el ámbito sanitario, la trabas en movilidad territorial del funcionario o de cualquier otro ciudadano y sobre todo ha fomentado entre las regiones-territorios una carrera soterrada en busca del pódium de las etnias más ilustres, en detrimento de la dignidad de la persona. Todo en perjuicio de los ciudadanos.

La igualdad de los individuos ante el Estado y ante cada una de las Instituciones ha sido liquidada, contemplando con estupor que según quién sea el individuo se puede permitir el lujo de no contestar las preguntas de los jueces, tal vez librarse de juicio, de sentencia, y de reclusión aunque lo sustraído al erario público sean cifras astronómicas de euros, pero también se observa que por lentitud inducida de los trámites judiciales, las acusaciones y los delitos prescriben, incluso sin pena de prisión para quienes hayan inferido un desfalco no superior a cuatrocientos mil euros. Si seguimos con ejemplos insólitos, nos encontramos con uno cabalístico -en un acto claro de prevaricación, un juez ha llegado a afirmar que “la intención” del transgresor no era delinquir-; mientras se producen estos agravios, al pequeño contribuyente se le asalta con impuestos rayando en el escándalo, se le bloquea la cuenta bancaria, se le carga con intereses un pago aunque no sea él el causante del retraso (ingresa el dinero por adelantado y luego reclama, papeleo tras papeleo, hasta que te canses), pero pasando por alto los mil y un trapicheos utilizados por quienes dirigen nuestro presente, la distancia en derechos frente a los administradores cada vez es mayor, basta mencionar el habilidoso juego de las multas de conducir: con el deseo de agilizar el cobro, se indica la multa económica pero con el apéndice, que si se paga antes de un plazo concreto, tan sólo se tendrá que abonar una cifra variable “según el ánimo que tenga el legislador de turno” con rebaja   de cierta cantidad de euros; así se embauca y se nos hace confiar en nuestra pericia al ahorrarnos un dinero.

Siempre la ciudadanía perjudicada

Pero posiblemente lo que hace, que todo lo mencionado y más aún lo que está ausente de esta relación, sea penoso es que nos han privado de las capacidades propias de lo que somos, ciudadanos de pleno derecho, por lo menos eso indica la Constitución. ¿En qué nos han limitado? en ser nosotros mismos, en la capacidad de acertar o equivocarnos cuando dirigimos nuestros espacios personales, cuando queremos expresar nuestros gustos y optar por lo que creemos que es propio de las inquietudes más íntimas. A ellos les debería corresponder las decisiones gestoras y poco más, pero a medida que han tocado poder, han ambicionado ocuparlo todo, hacerse imprescindibles, crearnos necesidades en las que no habíamos ni pensado, hacernos dependientes de su voluntad, vivir ellos y sus clanes a nuestra costa.

Ahora cuando presenciamos a sus señorías en su ambiente, en la Cámara de representación Nacional comprendemos el gran engaño en el que nos han tenido inmersos. Deciden el plan de estudio de nuestros hijos, el idioma en el que tenemos que matricularlos, valoran según sus criterios nuestras creencias; ellos enmiendan las formas gramaticales de la lengua al margen de cualquier pauta interna morfológica “vascos y vascas”, deciden lo que es machismo, feminismo, aplican a su antojo el término “violencia de género” cuando en muchas ocasiones es violencia en el ámbito familiar, dificultan con una carga onerosa la licencia de pequeños negocios, nos obligan a pagar al recibir la herencia de nuestro padres cuando ellos ya han cotizado a lo largo de sus vidas por esa propiedad, y si no puedes hacerlo, pasa a ser de la Administración, una confiscación, una clamorosa normativa injusta.

Los partidos políticos -son instrumento fundamental para la participación política, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular- (artículo 6, Titulo Preliminar de la Constitución) y debemos así valorarlo, pero lo que no debemos aceptar es que el sistema democrático sea organizado y dirigido exclusivamente por ellos y para ellos. Nuestra vida laboral no puede estar a su servicio.

Las estadísticas dicen que durante el año 2015, en España han muerto más personas de las que han nacido, en cambio ha aumentado el número de individuos que están en la Administración, a este ritmo no tendremos cotizantes suficientes para pagar las pensiones de los que ya lo han hecho durante su etapa laboral, pero si habrá para pagar los numerosos salarios y prebendas de los que se han considerado en número galopante necesarios, de los que deciden la subida de sus sueldos, de los que se otorgan inmunidades, de los que se arrogan el derecho a un plan sanitario distinto al de la Seguridad Social, de los que se dan retiros dorados hasta el fin de sus días por haber ocupado la presidencia del Congreso o de las Cámaras Autonómicas. Los ciudadanos perjudicados y aún sin Gobierno.

Posted in Relexiones Tagged with: ,

febrero 28th, 2016 by lasvoces

Redacción (Ana María Torrijos, licenciada en Filología Clásica) – Una solución viable para paliar los despropósitos y las quimeras sería dar al pueblo la opción de votar por segunda vez. “Los espejos cóncavos dan el esperpento” nos decía Valle Inclan. En estos tiempos se hace evidente esta frase, pero no porque sean los héroes clásicos los que se reflejan en la superficie vítrea, sino por proyectarse los penosos protagonistas de la política. Barcelona, 28 de febrero 2016. Fotografía: Imágenes archivos de la articulista catalana Ana María Torrijos. Foto Joseph Azanméné Ngabgué/Lasvocesdelpueblo.

Democracia no es presenciar la disputa de un niño, rodeado de otros muchos ante una piñata, golpe tras golpe, con el afán de que caigan los dulces regalos. Democracia es algo muy serio, es estabilizar el país, es gestionar con tino el dinero de todos los ciudadanos, es dar de España una imagen solvente, es decir con firmeza que la ley está para cumplirse, es impartir justicia.

No es justo que se intente alcanzar el gobierno con pujas devaluadas o por puro quietismo

Una solución viable, para paliar los despropósitos y las quimeras realizadas o a punto de hacerlo, sería dar al pueblo la opción de votar por segunda vez, si es que fuera imposible llegar a un acuerdo constitucionalista. No es justo que se intente alcanzar el gobierno con pujas devaluadas o por puro quietismo. El pasado cercano nos ofrece una experiencia indudable: La difícil situación en la que se encontró el señor Aznar cuando por primera vez ganó las elecciones, con mayoría minoritaria y con dificultad para asumir la gobernabilidad; entonces se decantó el líder del PP por el pacto con el señor Jordi Pujol; conviene recordar lo nefasto de aquellos humillantes acuerdos; entre las concesiones a los nacionalistas, entonces llamados catalanistas, hoy secesionistas, estaba la volatilidad del Ejecutivo en competencias educativas, clave en el proyecto de vaciar la esencia de la Nación española si es que antes no se la había herido ya gravemente. Se colocó ante el abismo su bandera, su himno y su lengua, elementos comunes a todos los ciudadanos, identificación ante el mundo, y se abrió el portón para arrinconarlos y vejarlos.

Los peligros ante la debilidad del Estado y el egoísmo personal de unos políticos poco consistentes, acechan y nos pueden aproximar al desastre social. Los golpes de Estado no tienen siempre el mismo formato ni se producen todos en un momento

El secretario general de Podemos, Pablo Manuel Iglesias Turrión (c), durante una rueda de prensa que ofrecido en el Congreso de los Diputados de la patria; con el motivo de las negociaciones para formar el futuro gobierno de España. Efe.

El secretario general de Podemos, Pablo Manuel Iglesias Turrión (c), durante una rueda de prensa que ofrecido en el Congreso de los Diputados de la patria; con el motivo de las negociaciones para formar el futuro gobierno de España. Efe.

puntual ni con idénticos protagonistas; ahora sufrimos uno, el más misterioso, opaco y ralentizado por la inactividad de las instituciones, el que lidera el Nacionalismo. No hemos aprendido lo negativo que es para una sociedad esa nefasta ideología. Dañó con fuerza a la Europa del siglo veinte y nosotros como siempre, tarde y mal, la hemos despertado y la hemos sembrado en nuestra propia tierra, para beneficio de unas castas sociales enloquecidas por los más bajos instintos del ser humano, algunos con el tiro en la nuca, otros con la humillación de considerar inferiores al diferente, los restantes con ingeniería lingüística y falseando la historia. No es una confrontación de ideas, de posicionamientos encontrados, a la luz de lo que se prescribe en democracia, es dolor, engaños y desgarro del sentimiento de pertenencia que debe tener un niño en su desarrollo emocional cuando le hurtan su lengua materna, que en nuestro caso es también la lengua común y oficial de todos los españoles.

Pasan los días y nos preguntamos si este vacío y posible hecatombe nos puede llevar a una situación económica que haga cuestionar el ritmo de vida de las familias. Todos hemos hecho muchos sacrificios, especialmente la clase media, sobre la que gravita el peso de los impuestos. Este sector social, que cree por experiencia en el esfuerzo desde la edad escolar, hasta la consecución de un puesto de trabajo después de haber potenciado la formación personal, es el que facilita con acierto las libertades por abanderar el derecho al voto de todos los ciudadanos. Y todo ello para poder prosperar y romper las barreras del destino que impone el nacimiento; inquietud por mejorar y dar al conjunto de ciudadanos un modelo más justo, y también permitir entrar por la puerta grande la sentencia “todos iguales ante la ley”, fundamento del Estado de Derecho.

Una sociedad preparada ante el reto de la libertad no está en el tuteo con las barricadas, ni con los acosos, ni con los chistes de humor negro, ni con los asaltos a espacios privados, ni con el ritmo poético de una oración ofensiva, ni con el incumplimiento de la ley al repetir una y otra vez, con aire impertérrito incluido, “España nos roba”.

Cabe poner coto a estos ademanes si queremos convivir y tener una cierta tranquilidad

Durante los primeros meses del 2016, la calidad que requiere el candidato para el servicio público ha ido decreciendo, cualquiera puede aspirar : un palmito, una lengua capaz de mentir, de lanzar insultos y una sonrisa abierta o simple mueca irónica en la cara. Un equipaje muy ligero para el aspirante a la Moncloa, a la presidencia autonómica, a la alcaldía de cualquier ciudad o municipio. El hastío es máximo en los plenos de los ayuntamientos, en los debates de la cámara baja y el desconcierto es total en las tertulias de la pequeña pantalla. Ya es imposible dejarse conmover por una buena oratoria, lo único que prima es el físico, una presencia aceptable ante las cámaras televisivas y un discurso impropio de la responsabilidad que supone tener entre las manos el funcionamiento del Estado, sólo prima la demagogia.

Sorprende que se apoye con un número importante de votos a grupos y a partidos que su única intención es desbaratar a la sociedad desde sus más profundas raíces; no existiríamos si vaciásemos o mejor dicho arrasásemos con zafios procedimientos lo más elemental de nuestra entidad como pueblo. Si nos comprometemos con la libertad, es obligado conocer que no se es libre si nos negamos a saber la verdad y a descubrir qué hay detrás de una imagen aparente. Decidir requiere observar, pensar y finalmente asumir responsabilidades. Las mismas responsabilidades que tendrán quienes sin coincidir con los planteamientos de esos grupos radicales, les han votado; introducir su papeleta en la urna podría haberse propiciado por el desencanto ante los resultados de la acción política y ante el rechazo posterior, pero si los coletazos de esa decisión desembocan en una grave eclosión, hay responsabilidad. Los agravios a las creencias religiosas son los primeros atisbos de estos grupos, que con la bajeza propia de un bronco proceder actúan sin las mínimas formas de respeto. La falta de consideración a los miembros de la sociedad es una constante en la vida pública e inaceptable, se extiende como una marea. Cabe poner coto a estos ademanes si queremos convivir y tener una cierta tranquilidad; en el caso que no lo hagamos, aún queda mucho por ver.

Produce sorpresa escuchar la queja de las altas Jerarquías de la Justicia ante las propuestas podemitas sobre su nombramiento , cuando hace ya años que los políticos han deteriorado la independencia del poder judicial. En legislaturas pasadas no ha habido comunicado alguno. El silencio era más fácil para los que querían promocionarse a través del dedo de los políticos, una promoción más rápida. La corrupción ha estado y está muy extendida.

Nos estamos jugando el bienestar de muchos días que aún nos tocan vivir

Es de lamentar que hayamos minado la democracia, sistema político generoso en libertades y esa misma libertad puede destruirlo si no cuenta con ciudadanos leales a la causa. La solución al delicado momento que vivimos, está en nuestra presencia en la vida pública, siempre hay espacios, no importa lo pequeños que sean. Es posible desactivar el dispositivo fatal si la sensatez, el respeto a nosotros mismos y a nuestro país, nos hace ser precavidos.

Nos estamos jugando el bienestar de muchos días que aún nos tocan vivir, no seamos marionetas, ni seamos espectadores inactivos de ensayos de investiduras sin viabilidad posible, no queramos ser pagadores de sus delirios. Leamos con detalle los muchos puntos que constituyen el acuerdo entre C’s y PSOE, algunos nos sorprenderán. El referéndum socialista a su militancia queda reducido a preguntar – si se quiere que el partido gobierne -. Pregunta propia de un sistema político teledirigido, no la que merece un modelo democrático.

Posted in Relexiones Tagged with: ,

febrero 12th, 2016 by lasvoces

Secesionistas alentadas por la dejación del Estado y extrema izquierda cautivan la juventud con “Derecho a decidir” o “Democracia popular”

Los ciudadanos al iniciar el día, tienen ante sí una agenda apretada. Lo inminente es saber si la podrán cumplir. Esa lista , en ocasiones cargada de obligaciones, ha carecido de prioridades, y ante la imposibilidad de abarcarla al completo, se han descartado algunas de vital importancia; la entrañable atención al crecimiento de los peques y adolescentes, no ha sido de las más observadas. Importante la salud, el aseo, la escolarización, algún que otro regalo o satisfacer un capricho, pero hemos olvidado el crecimiento de sus personas en valores cívicos y en lo referente al espíritu. Artículo de Ana María Torrijos, licenciada en Filología Clásica. Barcelona, 12 de febrero 2016. Fotografía: Un extremista separatista catalán durante la manifestación separatista del 11-S 2014 reclamando al “Gobierno autonómico de Cataluña desobediencia” a las leyes democráticas del Estado de la Nación. Efe.

El ir al colegio bastaba para conseguir el juicio de una persona adulta y allí ya se encargarían de sus aptitudes. Con estas consignas se ha dejado

Ana María Torrijos Hernández, licenciada en Filología Clásica. Foto Joseph Azanméné N./lasvocesdelpueblo

Ana María Torrijos Hernández, licenciada en Filología Clásica. Foto Joseph Azanméné N./lasvocesdelpueblo

en manos de los profesores la orientación moral que requiere un niño. La injerencia de la política en el ámbito académico ha distorsionado las ideas, los conocimientos y la capacidad crítica. Los padres, relegados de la educación de sus hijos, tampoco han vigilado los conocimientos que les enseñaban en el aula, cuyos contenidos muchas veces eran torpedos en la línea de flotación de su adiestramiento como persona.

Cada generación tiene una máxima, fijar los fundamentos humanos, sociales y culturales que permitan continuidad. Función que ha venido realizándose desde que el hombre existe y cuando no se ha conseguido, las consecuencias han sido negativas, retroceso en el desarrollo. Tarea no cumplida en estos últimos años. Una franja amplia de edad joven desorientada, unos sin proyecto de futuro al faltarles preparación profesional por el alto fracaso escolar, otros sin ideales, sin referencias que les hagan ser capaces de ofrecerse con altura de miras, otros con el propósito de conseguir dinero fácil o entregarse a la juerga. Situación negativa que desestabiliza a cualquier sociedad.

Un sistema democrático se legitima con la ley y con la participación plena de los ciudadanos que hayan alcanzado la mayoría de edad, el derecho a voto. Ir a las urnas no es un gesto banal, en ellas se deciden los gobiernos y éstos trazan la dirección de la política, en definitiva el futuro y el desarrollo. Los votantes y afiliados a las opciones que han constituido el bipartidismo, son más en número y mayores de cuarenta años. ¿Qué ocurrirá cuándo en poco tiempo se coloquen en edad de emitir el sufragio para la gobernabilidad, los niños y los no tanto, que por cierto, ya han empezado a hacerlo?

Las posiciones secesionistas, alentadas por la dejación de las funciones del Estado y los partidarios de la extrema izquierda radical, salidos del activismo callejero, no desactivado desde aquel 15M, han cautivado a parte de la juventud con proclamas “Derecho a decidir” o “Democracia popular”. No hay nada fácil, el momento es complicado y la población en sus casas está inquieta. Las alternativas no satisfacen. La pluralidad de ofertas no es mala en sí, ayuda a pensar, a ampliar matices, responde a la sociedad de la comunicación.

Lo asombroso es no tener dirigentes sólidos capaces de planteamientos válidos. Estamos entre dos encrucijadas: en una, los partidos asentados, con experiencia pero rígidos por no primar alternativas internas que dinamicen contenidos y no facilitar a los militantes comprometidos con la rectitud y la legalidad, a estar presentes en cargos de dirección; en otra, los partidos de nuevo cuño, iniciados hace poco en los espacios políticos y con una impronta que puede ir desde la bisoñez hasta las ganas de llegar a toda costa y lo peor, asumir fórmulas delirantes. Unas organizaciones políticas incapaces de poner en primer término el interés del país, proclives únicamente a la búsqueda del poder; algunos de sus miembros, aunque jóvenes ya llevan tiempo viviendo de la subvención fácil, mal endémico de la actividad pública, en la universidad, en el asociacionismo, en la política, en el sindicalismo y en otras muchas áreas, cuando lo que vale realmente es tener iniciativas, emprender . El riesgo es intrínseco en la vida. Proponerse vivir siempre con muletas es la muerte anticipada y dar pie a que impere la picaresca, vividores de la ayuda social, es un lastre inevitable. En los países encuadrados en la Europa democrática, los departamentos encargados del control de las ayudas, que en ocasiones son necesarias y es justo darlas, están muy vigilantes para que no se cometan fraudes con el dinero de los impuestos que todos los ciudadanos pagan. Nosotros por el contrario regalamos a través de las distintas administraciones a los de aquí y a los venidos de fuera, un dinero fácil, “el dinero público no es de nadie” en detrimento de los servicios de la ley de dependencia y de las pensiones.

Y la sociedad, con un déficit en conciencia ciudadana por no haberse implicado a fondo en tres ámbitos esenciales, la familia, la escuela y el sector informativo, tiene parte de culpa en el deterioro en el que nos encontramos.

Los que se van incorporando a la actividad social, laboral y política requieren por su juventud una carga de ideales que les haga vibrar y les haga tener ilusión; por el contrario, por no oponernos a un falso progresismo, se les ha privado de los valores que puede aportar el estudio con la lectura, el trabajo con la disciplina, la religión o actividades solidarias con el respeto y amor al otro, la cultura con el entusiasmo por lo bello, la historia con el orgullo de ser ciudadano de un gran país. Estas son unas de las bases imprescindibles para una sociedad segura de sí misma, capacitada para discernir lo que a todos nos conviene y sobre todo para saber convivir.

En el marasmo de gestos impropios de una democracia seria, aún surgen por suerte, acciones cívicas de anónimos ciudadanos – títeres de carnaval perniciosos, unos niños inocentes y unos padres responsables-; estas iniciativas se dejan notar a lo largo del país, son resistentes frente al desorden, a la falta de respeto a las mínimas normas de comportamiento. Pero es sintomático que salgan de la ciudadanía y sean aún pocas. Las causas de la falta de implicación pueden ser diversas, desde el que cree que es obligación de los políticos hacerlo, el que siente vergüenza o miedo por mostrar sus opiniones y hasta el que ha renunciado a ir contra corriente. La argumentación para contrarrestar estas formas de proceder es fácil. Nunca se ha de dejar el mando en exclusividad al que gobierna, el sonrojo y la cobardía son sentimientos penosos de pérdida de la dignidad y por último poner diques a cualquier fuerza avasalladora permite salvarse. Notable sería seguir el ejemplo de las personas que mantienen la conciencia de serlo. La libertad no es un regalo , es una conquista de sociedades reflexivas, cultas y educadoras de sus “nuevas promesas”, la juventud.

Posted in Relexiones Tagged with: ,

febrero 8th, 2016 by lasvoces

Manuel I. Cabezas González es Doctor en Didactología de las Lenguas y de las Culturas; Profesor Titular de Lingüística y de Lingüística Aplicada; Departamento de Filología Francesa y Románica; Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Fotografía: Imágenes -dibujo- de un profesor de matemáticas en un colegio. Foto facilitada por el autor de este artículo.

La maestra ciruela

En las tertulias radiofónicas y televisivas, así como en las columnas de opinión, es habitual y frecuente que los “todólogos” —esos osados personajes, que sientan cátedra sobre lo divino y lo humano, sin tener ni idea, la mayor parte de las veces, de lo que hablan o escriben— afirmen reiteradamente que los jóvenes españoles de hoy son los mejor y los más formados de la historia de España: poseen licenciatura(s), máster(s), idiomas y son unos virtuosos en tecnología de la información y de la comunicación (TIC). Esta aseveración creo que sólo es pertinente y ajustada en el caso de una minoría de ellos, formada en los distintos campos del saber, pero no me parece oportuno ni razonable que se pueda predicar del conjunto de la juventud española.

Para justificar la reserva precedente, basta con algunos datos, que ya expuse en otro lugar, sobre la mal llamada “Generación JASP (“jóvenes aunque sobradamente preparados”). Estos datos permiten poner los puntos sobre las íes de la tan cacareada formación de los jóvenes españoles de hoy. Por un lado, el 26%  de los jóvenes no terminan la enseñanza secundaria obligatoria (ESO). Además, el 28,4% de los que terminan la ESO abandonan definitivamente el sistema educativo a los 16 años, sin ninguna formación profesional. Por otro lado, el 36% de los alumnos de la ESO son repetidores. Y, finalmente, reciben muchas menos horas de matemáticas y de lengua, dos aprendizajes fundamentales, que los alumnos de los otros países de la UE. Por lo tanto, sólo el 35,7% de los jóvenes de 16 años continúa los estudios: una minoría se decanta por la FP de Grado Medio; y la gran mayoría por el Bachillerato, que conduce a la Universidad. Por eso, con estas alforjas, casi vacías, la mayor parte de la juventud española no puede ir muy lejos en el mundo universitario y laboral.

Ahora bien, la enseñanza universitaria tampoco es para tirar cohetes: ninguna universidad española está entre las 150 mejores del mundo; el 30% de los alumnos abandonan sus estudios universitarios; en primer año de universidad, son muy numerosos los alumnos que no se presentan a los exámenes o que suspenden muchas asignaturas o que cambian de estudios; y sólo el 33% obtiene el título universitario sin repetir curso. Lo dicho: no es para tirar cohetes.

Hoy, quiero aportar nuevos argumentos para poner en entredicho, de nuevo, esa afirmación gratuita de que la juventud española actual es la mejor y la más formada. Para ello, voy a relatar tres vivencias personales de las últimas semanas, vivencias que ponen en tela de juicio la formación con la que licenciados concretos, de distintos campos del saber, salen de las universidades españolas. Me voy a referir a una licenciada en derecho, a una licenciada en periodismo y a unas licenciadas en filología inglesa.

Primera vivencia. Hace unos dos meses, recibí un correo electrónico del bufete de abogados Bejarano i Cámara associats, rubricado por la letrada, licenciada en derecho, Elisabeth García Bejarano. En nombre de su cliente, me conminaba a que eliminara de mi blog, Honestidad Radical, un artículo en el que denunciaba el engaño y la estafa, de los que fue víctima mi amiga Pilar por parte de Catalunya Caixa. El precitado correo, desde el punto de vista del contenido y de la forma, no había por donde cogerlo. Ni un alumno de esos que abandonan la enseñanza sin terminar la ESO lo hubiera redactado peor. En efecto, la misiva electrónica, de unas 100 palabras, contenía 22 incorrecciones, que denotaban falta de profesionalidad y verdaderas lagunas o más bien océanos en la competencia lingüística de mi interlocutora. Por eso, en mi acerada respuesta, me vi obligado a despojarla de los galones de “letrada” y a tildarla, sin ningún género de dudas y sin ningún titubeo, de picapleitos y de leguleya “iletrada”.

Segunda vivencia. En el Vallès Occidental, comarca de la provincia de Barcelona, se distribuye mensualmente una revista gratuita, “Guía-te”, dirigida por la Licenciada en Ciencias de la Comunicación, Laura Serrano. Suelo echarle un vistazo rápido y siempre me ha llamado la atención el poco cuidado con que son redactados los pocos textos que contiene. El mes pasado, bolígrafo en ristre, leí el editorial del número de enero, redactado como siempre por la directora Laura Serrano. Y, como de costumbre, el editorial estaba plagado de incorrecciones. A ojo de buen cubero, localicé y corregí 39 (el texto tenía unas 300 palabras). Pero, ¡cuidado!, como en el caso de la precitada leguleya iletratada, no se trataba de “correcciones de estilo” sino de “faltas” y de “errores”, que violan todo tipo de reglas del código lingüístico del español, relativas al léxico, a la morfología, a la sintaxis y a la ortografía.

Tercera vivencia. El año pasado, en la Avenida Guiera, 14 (Cerdanyola del Vallès), empezó su andadura la academia Meeting Point School of Languages. Se trata de una pequeña academia con tres aulas: una, para el inglés; otra, para el francés; y la última, para el alemán. Cada aula tiene una decoración y una ambientación particular, que recuerda al país donde se habla cada una de las lenguas. Por lo que respecta a la lengua francesa, la decoración-ambientación se reduce a la bandera francesa y a la palabra “francés”, pegadas en la puerta del aula; y, por otro lado, a un afiche sobre un cristal-ventana, que se ve desde la calle y sobre el que aparecen escritas 12 palabras francesas, que denotan distintos aspectos de la cultura francesa. Hace unos días, al pasar por la acera atrajo mi atención el hecho de que la mayor parte de las palabras (9 de las 12) estuvieran mal transcritas: *Si vous plais por “s’il vous plaît”; *fountaine por “fontaine”; *fondie por “fondue”; *Torre Eiffel “Tour Eiffel”; *Louvre por “Le Louvre”; *bonne heure por “bonheur”; *Versalles por “Versailles”; *Le Champs Ellissess por “Les Champs Élysées”; et *Notre Dame por “Notre-Dame”. Esto son hechos que pueden ser verificados; basta con visitar el lugar del crimen lingüístico.

Por sus actos lingüísticos, los actores de las vivencias narradas son ejemplos paradigmáticos del Maestro Ciruela aquel personaje que, según el clásico aforismo castellano, no sabía ni leer ni escribir y puso escuela; dicho con otras palabras, que presumía de lo que carecía y que pretendía ser sabio y dar lecciones, cuando en realidad carecía de los conocimientos necesarios. Así, la iletrada “letrada”, Elisabeth Gª Bejarano, puso bufete (Bejarano i Cámara associats); la analfabeta periodista, Laura Serrano, puso revista gratuita (Guía-te); y las ágrafas licenciadas anglo-francófonas —Cristina Cano, Andrea Gutiérrez y Noelia Bastidas— pusieron una “School of Languages (Meeting Point). ¡Qué lejos están todas estas Licenciadas Ciruela del sabio (que conoce pocas cosas pero las domina) y que cerca están del sabihondo (el que aparenta saber mucho, pero que no sabe y lo poco que sabe lo sabe sin fundamento).

Ante los ejemplos empíricos citados, hay que reconocer que, como le dijo el centinela Marcelo al príncipe Hamlet, “algo huele mal en Dinamarca” (i.e. en la universidad española). Es incontestable que, cuantitativamente, se ha incrementado el número de estudiantes universitarios, facilitado por las PAU (pruebas de selectividad y de acceso a la universidad), que no seleccionan, al permitir el paso a la universidad a casi la totalidad de los candidatos (98%), provocando la masificación de la misma. Ahora bien, los casos descritos y verificables son contundentes: la formación de muchos o de la mayoría de los licenciados del pasado y, sobre todo, de los graduados actuales deja mucho que desear. Y, por lo tanto, habría que ser más precavidos y abstenerse de afirmar, sin ningún fundamento, que los jóvenes españoles de hoy son los más y mejor formados de la historia de España. ¡Así nos luce el pelo! Espero que, con esta reflexión, no se verifique lo que afirma la segunda parte del siguiente aforismo chino: “Corrige al sabio y lo harás más sabio. Corrige al necio y lo harás tu enemigo”.

Coda: « Je ne demande pas à être approuvé, mais à être examiné et, si l’on me condamne, qu’on m’éclaire » (Ch. Nodier).

 

Posted in Relexiones Tagged with: ,

septiembre 14th, 2015 by lasvoces

Xurde Rocamundi. Empresario y Asesor inmobiliario. Fue uno de los fundadores del partido Naranja español que lidera Albert Rivera, Partido de la Ciudadanía o bien Ciudadanos (C’s). Además, es uno de los muchos empresarios catalanes sancionados por rotular solamente en lengua española en su negocio en Cataluña. Una verdadera presa del aparato separatista catalán.

La Otra Cara de la Moneda, el 27-S la única solución es ¡Votar!

Nueva cita electoral. Para todos/as aquellos/as que hablan y hablan de “déficit democrático” en nuestra querida España, ya tienen una nueva oportunidad de depositar su voto. Y esta vez va en serio, sin ambages o directos a una DUI o de una vez por todas echamos a la calle a quienes nos han ido (des)-gobernando durante las últimas décadas.

Como todo lo que hacen los nazionalistas; tiene trampa. Esta vez demuestran sin tapujos que les importan un bledo los deseos de la mayoría de los catalanes. Por ello se contarán escaños y no votos. Para más I.N.R.I, las elecciones coinciden con el puente de la Mercé, para evitar miles de votos, sabedores que Barcelona (la gran capital de su imaginario Estado),no es secesionista. Ante tamaño ardid, a sabiendas de que los fanáticos votan siempre (aún siendo una minoría, se salen con la suya por la inconsciencia de quienes no van a votar), en esta ocasión, os pido: VOTAR!

Temen una alta participación de los electores (se habla de si el voto emitido es de dos tercios, están acabados). Pese a los “inflados” datos estadísticos de sus encuestas interesadas, son conocedores de la realidad: Aún después de tantos esfuerzos mediáticos, del dineral invertido, de las falsedades repetidas como un mantra, de la campaña electoral permanente. Su fuerza real no llega al 40%, ronda más bien el 35%… y la parte contraria (con todos sus matices: federalistas, regionalistas, autonomistas, unionistas, etc. entre el 65-70%.

Por ello, heme aquí, sumándome a los líderes políticos de todas las formaciones (excepto las nazionalistas), y ruego a toda la gente de bien: ¡El 27S deposite su voto!: Aquellos/as que escuchan a Alejandro Sanz, el Arrebato, Hotel Cochambre, Antonio Orozco, Estopa, Melendi, Malú, Serrat, Sabina, Pablo Albarán, etc. e igualmente se emocionan con “Boig per tu”, Quintana o Manel: ¡Ir a votar!

Los/as que creen en el libre mercado, sin imposiciones lingüísticas en escaparates o etiquetados (bastante tenemos ya con las obligaciones impositivas), y que cada cual tiene el derecho a expresarse como la de la real gana: ¡Depositar vuestro voto! Los padres y madres preocupados por la educación de vuestros hijos/as, cuyo deseo es la calidad y el aprendizaje de idiomas, y no el simplismo de la inmersión lingüística (solo para los castellanohablantes) en una lengua local y el aberrante adoctrinamiento en las escuelas: ¡Acudir a las urnas!

Esos/as que han vivido en sus propias carnes el enfrentamiento con amigos/as de toda la vida (¡se criaron contigo!) e incluso familiares, y ahora deben rehuir las reuniones, dado el machacón argumentario y la intransigencia: ¡Votad! Los/as que tenéis asumido al “converso” (charnego) como el más feroz de los fanáticos:¡Votar! Las personas sabedoras de si se produce una DUI, quedamos fuera de Europa y el euro, el intercambio comercial con el resto de España disminuirá entre un 30-40%, las grandes empresas trasladarán su sede y habrá una diáspora de personas a sus lugares de origen: ¡Ejercer vuestro derecho a voto!

Los hartos y hartas del “monotema” de los últimos años, cuyos verdaderos problemas son llegar a fin de mes, la crisis y el paro. Como asimismo la sanidad, vivienda, educación, dependencia, y han observado como ingentes cantidades de recursos públicos se han gastado en propaganda y la “creació de la nació” para tapar las corruptelas en manos de las “grandes familias catalanas”: ¡Depositar vuestro voto!

Los hijos y nietos de aquellos de otros puntos de España (Aragón, Asturias, Andalucía, Castilla, Galicia, Extremadura, Murcia, etc.), que vinieron a dejarse la piel trabajando durante 30-40 años, y ahora los insultan con desprecio (¡espanyols de merda!) como al resto de comunidades y los acusan de ladrones: ¡Votad! Los primos y primas que en verano vais al pueblo y seguís teniendo una buena acogida familiar, y observáis como se buscan la vida (como cualquiera) para tener un jornal y vivir (no roban a nadie). ¡Votar!

Si te emocionas con los partidos de la Selección Española, aplaudes sus éxitos, y a la vez eres un seguidor del Barça (Español, Madrid, Málaga, etc.) y te gusta la Liga (española); ¡Votar! Si eres seguidor o admirador de: Nadal, López, Lorenzo, Márquez, Pedrosa, Alonso, los Sainz, Pedro de la Rosa, los Gasol, Ángel Nieto, Sánchez-Vicario, Induráin ,Ballesteros, Fermín Cacho, Mengual, Mireia del Monte, etc. (perdón al resto, escribo de memoria),y todos los que engrandecen y han engrandecido el deporte español; ¡Vota!

Si estás orgulloso/a de la “lengua mater” heredada de tus padres y consideras el español (o castellano) como una de las lenguas vivas más internacionales, patrimonio universal, y en una conversación en grupo, puedes variar del catalán al castellano sin problema alguno y viceversa: ¡Ven a votar! Si quieres una solución dialogada de la situación actual a todos los niveles, sin el desastre de rupturas bruscas, ni enfrentamientos entre ciudadanos, entre hermanos: ¡Ven a votar!

Si te sientes engañado/a y manipulado/a por la Generalitat y los grandes partidos:¡Ven a votar! Si percibes a TV3 la televisión del régimen, los medios catalanes (escritos, radio: El Periódico de Cat, la Vanguardia, RAC1, etc.), subvencionados con dinero público (el de todos),como propaganda partidista y a favor de solo una parte de Cataluña (de casta): ¡Vota! Si ves con normalidad la 2, A3,Tele5,la Cuatro, la Sexta, etc. y te pasas a TV3 para ver los partidos, la F1 y Polonia: ¡Tienes que votar!

Si llega el hartazgo hasta la extenuación de ver como ayuntamientos con una población mayoritariamente no independentista, se adhieren a la A.M.I. (los últimos: Badalona, Casteldefels, Terrassa, etc.), y cuelgan sin pudor alguno la “Estelada” (La aragonesa-cubana) en espacios públicos:¡Ven a votar!. Si tienes la seguridad de las mentiras de los poderes públicos soberanistas, tergiversando la historia, inventando sobre las “increíbles” bondades de la secesión. Y que durante décadas la izquierda catalana te engañó hablando de los beneficios sociales si les votabas, y en verdad demostrar ser tan nacionalistas cuando ostentan el poder como aquellos, en teoría, combaten: ¡Ven a votar!

Si tienes la certeza de que los nazionalismos llevaron a Europa en el siglo XX, al caos y la guerra:¡Vota!

Si en Navidad incluyes en las celebraciones familiares ambas costumbres, como: La cena de Noche Buena, el Cagatió, la comida de Navidad, San Esteban y Noche de Reyes. ¡Vota! Si percibes Cataluña como tuya, con su diversidad, pluralidad, con sus matices, y no como algo homogéneo: ¡Ve y vota! Si siempre has visto Barcelona como una capital cosmopolita donde prima la convivencia y te sientes a gusto en sus calles: ¡Ve y vota!

También: Al palmitas, “al descamisado” de apertura superior para enseñar la “tralla de sorna” (cadena de oro),y se pasa el día en los bares de cañas. Por una vez en tu vida: ¡Vota! Al “tatoos” inconformista con todo y con todos:¡Vota! Al “garrulo” vacilón (¡Si a ti!); ¡Vota! A la “choni” con esos peinados y looks imposibles, con escotes de vértigo y leggins marcando glúteos. A esa que se enamora con pasión de los “lolailos” y otros personajes de mal vivir. Aparca por un rato tu desmesurado lenguaje y:¡Vota! (sin ánimo de ofender en estos últimos casos descriptivos).

Por último: Si tenías planificado salir y aprovechar el puente de la Mercé: ¡Vota por correo! Si tu padre, madre o abuelos, están con movilidad reducida (por la edad, lesión, enfermedad) pero con todos sus sentidos y en sus cabales, levántalo, ponlo en la silla de ruedas y llévalo a: ¡Votar! (y luego a almorzar. Un poquito de aire fresco y un caprichito como un café con leche y un cruasán, le vendrá pero que muy bien).

Ya sé, me debo haber dejado diferentes tipologías de mucha gente sin mencionar, os toca a vosotros añadirlos/as. Pero la cuestión principal es: Urnas, urnas y urnas, y votar, votar y votar! Contra más seamos mejor. Las encuestas dan una diferencia de solo 3 o 4 escaños entre el bloque nacionalista junto con las Cup, y el resto de partidos, en principio, no nacionalistas. Si votamos en masa es factible darle la vuelta: Pensarlo! Inciso antes de despedirme: ¿Os habéis dado cuenta de las siglas del Bloque Secesionista? ¿No veis ninguna coincidencia?

No sé si es algo muy pensado o una simple casualidad (no creo en las casualidades). Pero más bien parece un “tributo” del “insigne” President Arturito Mas a su padre político. Una forma de dedicarle la “victoria”, al “alma mater” del nacionalismo catalán, observar: Junts Pel Si, JPS, o mirado de otro modo: Jordi Pujol i Soley (JPS)… Para alucinar, no? Ahí lo dejo!! (que descarados). 😉

Xurde Rocamundi a 11 de Septiembre de 2015.

Posted in Relexiones Tagged with: , , , , ,

agosto 2nd, 2015 by Ana Maria

No hay más ciego que el que no quiere ver

Ana María Torrijos Hernández, licenciada en Filología Clásica.

“El Gobierno hará cumplir la ley” es lo que dijo el señor Mariano Rajoy el día que se personó, después de las elecciones, ante el Comité Directivo del Partido Popular, pero no tuvo en cuenta o no le interesó que muchos españoles en Cataluña y en el resto de España, en varias ocasiones hubieran sido despojados de sus derechos individuales y se les hubiera privado del valor de la Soberanía Nacional. El Presidente del Ejecutivo sin hacer ningún gesto que pudiera romper la estética de su cara, pronunció, ha pronunciado y pronunciará la misma frase en varias ocasiones y el eco de sus palabras se extendió y se extenderá a lo largo del país, perdiendo fuerza a cada kilómetro hasta quedar en un susurro, el Presidente… no hizo nada ni hará nada.

Cada día que un niño entra en la escuela y es sometido a una implacable inmersión lingüística o a una ideologización política que socava su integridad y dignidad personal, el Presidente no hace nada. Cuando en el 9N los secesionistas votaron la rotura de España y el resto de los ciudadanos abandonados, privados de pertenencia sintieron una profunda soledad, el señor Rajoy sin asumir su responsabilidad. Al abrirse las puertas de la prisión para liberar a Bolinaga y a otros etarras con gran alborozo de sus amigos, mientras que las víctimas de su barbarie y las familias de ellas, ironía de la justicia, fueron de nuevo golpeadas y burladas por la prontitud que se dio el Ministerio del Interior en tramitar esa bochornosa salida, y el Presidente, igual que antes, sin hacer nada amparándose en la Fiscalía, en el Tribunal de Estrasburgo o en el Tribunal Constitucional.

La talla de los políticos se mide por la capacidad de saber actuar, de dar explicaciones y sobre todo de asumir errores. No ha habido jefe del Ejecutivo que haya desperdiciado una mayoría absoluta como lo ha hecho el señor Mariano Rajoy – cuatro largos años dedicados exclusivamente a aplicar sobre los asalariados una carga impositiva , impensable para los que se acercaron a las urnas en busca de las profundas soluciones que requería el sistema -.

Si a la uniformidad, forzada por una ideología identitaria que implacablemente va dominando todos los resortes sociales, sea por extorsión, por el asesinato o por la incursión en la escuela, resortes necesarios para sentirse la ciudadanía viva, insisto si a esa homogeneidad sumamos la movilización tumultuosa en la vía pública de los sectores ciudadanos más golpeados por la crisis económica, a los que se les anima a increpar, a insultar a diestro y siniestro apoyándose en sus pequeños o grandes resentimientos, nos encontramos con los ingredientes necesarios para inmovilizar al pueblo por no permitirle ser libre en su pensamiento y sus decisiones. La ley es el único garante de la libertad y el Gobierno el que debe hacerla cumplir.

Las últimas elecciones han ocasionado un cambio importante en la escena política: las formaciones que no han conseguido representación apreciable, las que la han alcanzado y entre ellas las que han visto caer de una forma alarmante su presencia en las instituciones… y lo más llamativo los pactos posteriores. Ahora cabe experimentar durante cuatro años las decisiones de los nuevos inquilinos de las distintas instancias del Estado, cuyas peculiaridades y formas personales ya nos sorprenden; salta a la vista la poca valía de algunos candidatos y su mínima integridad se acrecienta al apreciar la educación de la que hacen gala. Se escandalizaban ante los graves déficits que según ellos mostraba la “casta”, y ahora que tienen la capacidad de tomar decisiones de gobierno, lo prioritario es cambiar el callejero.

La estrategia política ha difuminado los programas , ha hecho desaparecer muchas de las diferencias pues todo está sujeto a lo políticamente correcto y a reclamos populistas, hasta tal punto que incluso el gobierno los emplea como propaganda electoral aunque nos lleve a la insolvencia y a la deriva económica. Y el señor Rajoy sin tomar la iniciativa en reformas, sin ejecutar ciertas leyes que darían estabilidad a la Nación, mientras el señor Pedro Sánchez sonríe a la extrema izquierda para alcanzar poder y dinero público… ¿Tienen sentido de Estado? No, porque ni uno ni otro están para fortalecer las instituciones, ostentan demasiado orgullo de partido para llegar a un pacto nacional entorno a la defensa de la Constitución, de la libertad e igualdad de todos los ciudadanos. Da la sensación de ser pozos vacíos de ideas ilusionantes y regeneradoras, que al amanecer de cada mañana se miran al espejo con sus ojos casi entornados y desempolvan alguna receta antigua, trasnochada con el convencimiento de que les dará resultado y nos entretendrán unos meses más. Una de esas ficticias fórmulas providenciales puede ser el adelanto de programa con el que nos ha deleitado el líder del Partido Socialista, un equipo de expertos para trazar una reforma constitucional… suerte que la lideresa de Andalucía le ha replicado con dos requisitos imprescindibles – la unidad de España y la igualdad en derechos de todos los españoles-. Esta reforma puede ser conveniente pero debe contar con el acuerdo tácito de las fuerzas más representadas en el Congreso de los Diputados y ante todo constitucionalistas, para que se consiga con la tranquilidad institucional necesaria el nuevo texto de la Carta Magna.

En estos momentos lo más acuciante es redactar una nueva ley electoral que tenga como prioridad un ciudadano un voto y que consiga una representación más acorde con la realidad , no un pasteleo de los políticos. Entrar en un proceso constituyente requiere que los independentismos tengan la representación que les corresponde en realidad (son minoría en toda España ) y que los populistas no sean usados como acompañantes para alcanzar el poder.

La reticencia de no entrar de común acuerdo en la reforma nos lleva a la triste conclusión de que son demasiados los que viven del erario público, y desmontar el tinglado que se ha ido construyendo a lo largo de años anteriores, perjudicaría a muchos, interesados a perpetuarse en las nóminas oficiales: 17 parlamentos autonómicos, ciudades autónomas, cabildos, municipios, diputaciones, consejos comarcales, sindicatos más un largo número de organismos, empresas públicas sin olvidar el Congreso y el Senado… muchos bolsillos a llenar con el dinero que sale de nuestros tributos .

Debemos trazar y emprender una reforma política de grandes proporciones, pero el señor Rajoy… presidente de una de las Naciones pioneras en la defensa de la libertad y del desarrollo económico de sus ciudadanos… sin hacer nada , cuando son necesarios ajustes , responsabilidades políticas y dimisiones . En estos momentos con valores de integridad , lealtad , generosidad , respeto a la ley y ante todo creer en nosotros como gran pueblo que somos , podremos superar esta difícil coyuntura. Desde estas líneas y cada uno de nosotros desde donde nos sea posible instemos a ese cambio : en nuestra familia imprimiendo a los hijos honradez y entrega en el desarrollo personal, en el trabajo y en cualquier ámbito, con el convencimiento de que la meta no es alcanzar riqueza sino plenitud personal….una sensación gratificante que nos hará más  humanos; en la sociedad premiando al que muestre mayor valía como individuo sin olvidarse que debe gran parte de lo alcanzado a los demás y por eso él es punta de lanza; en política exigiendo a los que se postulan, preparación, desarrollo profesional, honestidad en anteriores acciones y una firmeza de voluntad en trabajar para un país que necesita personas que crean en él, que no se les ocurra cuestionarlo o utilizarlo para gestionar su cuenta bancaria y menos aún para destruirlo con la intención de forjar una utopía propia de una farsa caballeresca.

Se conseguirá si cada uno lo asumimos y si el señor Mariano Rajoy deja de no hacer nada y , si no sale el Presidente de su “catarsis…”, tendremos que mencionar otros nombres como abanderados de ese cambio, Pedro Sánchez del PSOE, Albert Rivera de C’s , Andrés Herzog de UPyD, Pablo Iglesias de Podemos y Santiago Abascal de VOX , de nosotros dependerá elegir bien la opción que mejor se ajuste a todos los requisitos necesarios para iniciar reformas, será el principio pues se necesita tiempo para alcanzar la nueva imagen que requiere nuestro Estado.

Si estamos en la vanguardia, seguro que lo conseguiremos, basta perseverar y asumir nuestro protagonismo.

Ana María Torrijos Hernández

La licenciada en Filología Clásica

Posted in Relexiones Tagged with: