septiembre 28th, 2017 by lasvoces
Redacción (Eduardo J. García. Licenciado en Comunicación Audiovisual) – Escribo esto de forma algo apresurada, sin tiempo para retomar cabos sueltos y estructurar debidamente argumentaciones que sustentaran un análisis más profundo de los apoyos y naturaleza del secesionismo. Pero ahora considero necesario exponer algo de vital importancia para que se entienda lo que realmente está sucediendo en Cataluña y las ideas y sentimientos que mueven el referéndum. Barcelona (España), jueves 28 de septiembre de 2017. Fotografía: El presidente de la Generalidad de Cataluña, Carles Puigdemont (i), durante una reunión con el líder de Podemos, Pablo Iglesias. Archivo Efe.
Esta farsa, estafa democrática como acertadamente han dicho colectivos y personalidades de ascendencia izquierdista (contraste del colaboracionismo entregado de IU y Podemos que ni respeta la democracia ni sabe diferenciar el estado del gobierno, ellos los becados premios nacional de políticas y su chusma seguidora) no es ninguna fiesta ni mucho menos una expresión democrática, pacífica, libre o festiva. Desde el amago de revuelta a lo Maidán que tuvo lugar en Barcelona con la llamada a declarar de 14 delincuentes de los cuadros la Generalitat, nunca encarcelamiento, se esclarecieron dos cosas.
Una el auténtico pavor de los declarantes, grabado en sus descompuestas caras y la constatación que el estado ha dejado sin sindicatura, presupuesto y legitimidad la celebración de esa cacicada del papel que más que probablemente se celebrará el próximo domingo 1 de octubre y que está llamada a ser el inicio de los disturbios.
La otra que el gobierno golpista de la Generalitat, desde la violencia desatada contra la guardia civil, con tres coches destrozados, y la desaparición de varios subfusiles que no ha sido aclarada de forma convincente está potenciando el enfrentamiento. No sólo dando alas a los radicales, sino persistiendo en la celebración constante de actos en pueblos y ciudades con la única atención de provocar y conseguir así aumentar la sensación de sometimiento, de indefensión y también no lo olvidemos de impunidad, pues la mayoría de estas concentraciones son ilegales, contra la población no nacionalista. La que el Conceller de Interior no considera como ciudadanos porque no votará ni expondrá sus libertades amenazadas en esa farsa ilegal. Una no convocatoria que nace de una violación de las leyes y principios democráticos más elementales y que de hacerse, ya estará atentando contra las libertades y privacidad de aquellos que no sólo se consideran ciudadanos sino que no quieren incurrir en un delito ni en una afrenta hacia el resto de sus compatriotas.
Hay que recalcar que aunque esa grotesca imitación de comicios acabe siendo ridícula, es sólo un pretexto, y parte de la desesperada búsqueda de una coyuntura mediática propicia para que el nacionalismo consiga lo que busca encarecidamente, muertos.
Y pueda repetir lo que tantas veces hemos visto. La historia de David contra Goliat, los claveles en los coches patrulla mientras se fijan dianas, se agreden y amenazan alcaldes, se insulta, se señala y se hacen pintadas contra aquellos de los más destacados en discrepar y definir correctamente a los separatistas. El plan de bloqueo, rodeo, asalto y hostigamiento de cuarteles, juzgados, puertos y aeropuertos esta ya entre los objetivos tanto de ERC, como de la ANC. Y para ello estarán las tropas de choque de la CUP y los más etnofascistas de Omnium cultural que pasearan sus deformes sonrisas de odio, como si la población desarmada no pudiera ser fascista, ni incurrir en delitos. La supuesta resistencia pacífica vista en Eslovenia, Bosnia en las repúblicas Bálticas, o en Ucrania. Bajo ningún concepto, pase lo que pase y cueste lo que cueste podemos repetir la experiencia bosnia.
Tampoco habrían que olvidar el conato de bloqueo de la Diagonal por parte de tractores, que la guardia urbana desarticulo. Si, la guardia urbana, tampoco fueron los mossos en esta ocasión… Con lo que el escenario violento es más que posible, la llegada de 1000 cachorros de terroristas de Bildu en autobuses para la víspera de la no-votación, sólo puede tener un objetivo. Reunirse con sus primos menos aventajados de la CUP para hacer el mayor daño posible. Y amedrantar a una población catalana que en su mayoría es rehén forzoso por parte de la falsa dialéctica del enfrentamiento entre Cataluña y España, impuesto por la Generalitat y demás fuerzas nacionalidentitarias y los populismos que dicen ser izquierdistas. La Generalitat no es Cataluña, ni el presidente de esta tampoco lo es de Cataluña, sino de un órgano de gobierno autónomo, cuyo cargo ostenta sin haber sido votado. No pueden representar a una sociedad , siendo como son enemigos de la pluralidad, de la crítica y de la libertad de expresión y de opinión. Estas medidas así como el activismo decididamente fascista de centros escolares y asociaciones profesionales y organizaciones muestra que el nacionalismo catalán es de facto un régimen que oprime a su población. Nos tienen como prisioneros, como moneda de cambio, para obtener sus prebendas. Hoy han hablado de las pensiones, anteayer de la circulación del euro, la semana pasada de la doble nacionalidad que sólo sería posible en una pesadillesca Cataluña independiente, (un país concebido por y para dañar a España) con la ciudadanía no nacionalista como as en la manga para las negociaciones. Aún y no llegando a ese extremo, la Generalitat en el caso de no ser abolida, seguiría chantajeando al estado y utilizando y discriminando a estos catalanes de segunda como elemento disuasorio y de negociación. Lo que acarrearía en mayor de lo acacedico hasta ahora en una salida de la población no nacionalista que el nacionalismo aplaudiría , y que la izquierda ignoraría en el mejor de los casos. El cuarto de millón de exiliados del país vasco son un buen barómetro, para imaginarse el panorama.
La crispación, coacción, tensión van en aumento y en caso de materializarse dentro de las fuerzas policiales, que ya presenta unas fracturas más que evidentes, terminaría inevitablemente en un enfrentamiento armado. Es fácil suponer quien saldría ganador de este enfrentamiento entre los pretorianos del régimen separatista y las fuerzas de seguridad del estado, el de todos y que se debe a la constitución. En este caso que esperemos no se produzca y que la división rompa a los mossos, y cumplan con sus obligaciones o sean cesados y encarcelados quienes apoyen la rebelión armada. Y una policía que no cumple con la ley se convierte en banda armada y pasa a ser enemiga de todos.
La otra posibilidad es quizá más probable por la decidida y eficaz intervención de la policía que haga derivar la y es el enquistamiento de las demostraciones de fuerza, represalias laborales, amenazas, violencia callejera e incluso un rebrote del terrorismo por parte del segregacionismo contra todo el que difiera del paraíso lingüístico-étnico de los elegidos. Un nacionalismo que se movería muy a gusto en un teatro de aparente descontrol, muy beneficioso para sus intereses. Pues con un escudo humano de tal importancia podría seguir sacando réditos al gobierno y afianzando su estructuras clientelares, y de estado. Las desastrosas consecuencias económicas que ya empiezan a aflorar aunque silenciadas por los medios multiplicarían su devastador impacto.
Estas son las consecuencias del festival de fraternidad y libertad que promociona la izquierda clasista, atlantista y traidora a su pueblo. Pues sólo existe uno, el español, igual ante la ley. Y quizá gracias a esta sedición etnofascista podamos recuperarlo.
El separatismo es muy consciente que podrá utilizarlos a su antojo, y que sus premisas de derechos, paz y democracia sólo son una coartada que le permita tener la jaula cerrada y la banca abierta.
Eduardo J. García
Licenciado en Comunicación Audiovisual)
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