junio 19th, 2016 by lasvoces
Redacción (Ana Maria Torrijos; licenciada en Filología Clásica) – El clímax alcanza su mayor intensidad. La sociedad se encuentra en un estado de ánimo expectante. Los partidos políticos con ropajes de mercaderes. Las encuestas desorientando. “No queremos una campaña crispada”; “el cambio con nosotros”; “los únicos que hemos dialogado”; “somos una palanca para el gobierno”. Son las frases repetidas en el continuo pregón que dura demasiado, medio año. Ausentes el colectivo de feministas cuando deberían en estos momentos de tensión pública estar más presentes con sus reclamos: Unas mujeres agredidas en una carpa informativa pro la selección nacional de fútbol; en Barcelona, la candidatura electoral de VOX rechazada por Fiscalía con la argumentación de no cumplir la cuota de paridad, el número once una mujer en lugar de estar en el diez, decisión que ha derivado en la imposibilidad de ser votada cuando lo más correcto hubiera sido rectificar el orden y así cumplir con el espíritu de la ley -ninguna mujer marginada-; un debate electoral televisivo sólo de mujeres, al estilo de la Atenas del siglo IV antes Jesus Cristo en donde las féminas tenían un lugar reservado, el gineceo, e incluso al modo de «Al-Ándalus», en el que el denominado “sexo débil”, nunca mejor dicho, estaba confinado en el harén. Sant Cugat del Vallés (Cataluña) España, domingo 19 de junio de 2016. Fotografía: Ana María Torrijos Hernández, licenciada en Filología Clásica. Foto Joseph Azanméné N./lasvocesdelpueblo.
El Ejecutivo se escuda en que está en funciones, pero con capacidad de entregar, en vísperas de elecciones generales, mayor porcentaje del fondo de ayuda a la Comunidad Autónoma que está lanzando un órdago al Estado, deslealtad a la Constitución. La alcaldía de Madrid impide la contratación de miles de puestos de trabajo al vetar planes urbanísticos de gran relevancia, la de Barcelona dificulta la labor de las fuerzas del orden frente a los okupas violentos, lo que fomenta la crispación. Muchos otros hechos se podrían enumerar para completar las anomalías que se amontonan, sucesos que crean un desconcierto general.
El Estado tiene que mantener la prevalencia de la ley y su cumplimiento, defender la seguridad de los ciudadanos frente a cualquier violencia
Si afirmamos que la acción política debe crear el marco legal adecuado para que los sectores sociales impriman su ritmo, esta última legislatura no ha respondido a las expectativas anunciadas por el señor Rajoy; se cansó de insistir en campaña, una y otra vez, las muchas reformas necesarias, pero a la hora de la verdad sólo se aplicó en paliar algo la situación económica. Cuatro años de mayoría absoluta, fundamentales para enmendar los desaguisados, han sido cuatro años desperdiciados. España continua en tierras movedizas y la causa supera cualquier coyuntura sobrevenida desde el exterior. La debilidad que la pone en situación de emergencia es su estructura interna y las normas legales que marcan su funcionamiento. El Estado tiene que mantener la prevalencia de la ley y su cumplimiento, defender la seguridad de los ciudadanos frente a cualquier violencia, facilitar a todas las personas el acceso a la asistencia sanitaria, a la educación y al amparo de los tribunales de justicia. Las otras muchas prestaciones puede propiciarlas la sociedad en un marco legal que le permita realizarlas.
Algunos servicios propios de la Administración no se ejecutan ni a niveles locales, autonómicos ni nacionales, lo que ha extendido la sensación de desprotección. La ausencia de la aplicación de la ley y de la presencia del Estado, ha alimentado los ímpetus de los que tienen puesto el leitmotiv de su existencia en la destrucción del sistema democrático o en la desaparición de la Nación española; los primeros con propuestas sacadas de fórmulas no viables, ya usadas y fracasadas, un Comunismo dispensador de pobreza y secuestrador de las libertades; los segundos con un discurso lleno de engaños y de tintes identitarios, dificultando el aprendizaje de la lengua española, paso intermedio en su gran proyecto nacionalizador. La calle está plagada de vendedores ilegales, muchos edificios ocupados por quienes funcionan en la clandestinidad, abucheos en la vía pública, insultos y deseos de muerte en los Twitter, asaltos a tenderetes de propaganda de partido y banderolas electorales arrancadas.
El nacionalismo, la más dañina ideología que enfrenta a los ciudadanos y a las comunidades autónomas, no centró el interés del debate
En tal desorden, los espectadores de la pantalla televisiva han accedido al único debate diseñado a gusto del poder, cuatro candidatos a ocupar la Moncloa. ¿Porqué no cinco o seis? Es posible que la respuesta sea – sólo son invitados los que tienen representación parlamentaria-, sentencia falsa pues en el que hubo en los anteriores comicios se descartó a UPyD que sí la tenía. Acabado el intercambio de propuestas, réplicas y contrarréplicas por parte de los dirigentes políticos, es pertinente interpelar por la ausencia en sus discursos de uno de los más graves problemas que tiene el país: El nacionalismo. La más dañina ideología que enfrenta a los ciudadanos y a las comunidades autónomas, no centró el interés del debate y posiblemente fue intencionado el olvido. Les hubiese obligado a definirse con claridad pero a lo mejor para sus intereses partidistas no fuera conveniente. La Lacra que arrastra la democracia desde sus inicios y que la ha perjudicado. Los primeros de lista al Parlamento no fueron leales, no mostraron la altura moral que debe manifestar cualquier candidato a la presidencia de un país. El daño casi irreversible de muchos años de adoctrinamiento sobre la población menos informada, la de corta edad, no les ha obligado a tratar sin cortapisas uno de los problemas de mayor interés nacional. Irregularidad que ha forzado a muchas familias a cambiar de domicilio, de colegio, a sufrir persecución en el trabajo, en las diligencias administrativas y a no tener derecho a la información en el idioma oficial del Estado.
Terminada la presencia de los dirigentes políticos en el espectáculo audiovisual, los comentarios emitidos por los medios adquirieron rasgos pintorescos desde la vestimenta, arreglo del cabello, gestos, tono de voz, la dirección de la mirada, sonrisa sí, sonrisa no y otros detalles banales, sin olvidar las cábalas sobre la edad de los protagonistas. No tiene sentido que de un tiempo a aquí lo que se valore sea la juventud y el grado de belleza de los posibles presidentes. La política es una actividad transcendente para la vida de los ciudadanos y para hacer viable la paz social; sería imperdonable si la asumiéramos con una disposición superficial.
¿Sabemos acaso lo que proyectan en cuestión de pensiones, de emigración, de reformas estructurales? La demografía de la población está en declive y en poco tiempo será imposible mantener a las personas que hayan entrado en periodo de jubilación, pero ningún dirigente ha propuesto una reflexión profunda sobre su mantenimiento. La emigración está en la puerta de nuestras fronteras y no hay quién se enfrente a ella con el criterio debido que requiere este importante reto. Se ha de tratar con seriedad la defensa de nuestras raíces cristianas y con humanidad el socorro debido a las personas.
No puede recaer el funcionamiento del Estado en manos de unas élites insolventes, dispuestas sólo a llenar sus discursos de palabrería, de lisonjas fáciles y de ver cuál de ellos promete más favores
Por situación geográfica y por apuesta social somos un país regido por un sistema democrático lo que implica transparencia y eficacia en las decisiones tomadas. No puede recaer el funcionamiento del Estado en manos de unas élites insolventes, dispuestas sólo a llenar sus discursos de palabrería, de lisonjas fáciles y de ver cuál de ellos promete más favores con los que conquistar al mediocre ciudadano, que es así como nos consideran. Ante este panorama inevitable se requiere un llamamiento a toda la población para que valore su voto y sepa que depositado, no hay vuelta atrás.
No permitir más corrupción, no consentir más banalidades, no más demagogias, ha de ser la referencia, y en especial se ha de primar la libertad, los derechos de las personas no los históricos, ni los de los territorios, ni los de clase, ni los de género, sino los de Todos sin exclusión alguna.
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junio 7th, 2016 by lasvoces
Redacción (Ana Maria Torrijos; licenciada en Filología Clásica) – ¡Goooool!, esta expresión eufórica aglutina muchos anhelos y moviliza muchos corazones. Hombres, mujeres, jóvenes son capaces de salir a la calle, de viajar, de gritar, de correr, llorar de desaliento o de alegría por algo efímero, un partido de fútbol. Pero en defensa de la ley, lo que implica ajustarse a las pautas que dicta la Carta Magna, sólo unos cuantos ciudadanos son capaces de refrendarla. Mantener la estabilidad social y asegurar la continuidad de la convivencia, hoy día no aúna los deseos de la mayoría como lo hace una liga, una copa del Rey y en pocos fechas la europea. Cataluña (España), martes 7 de junio 2016. Fotografía: La afición del Real Madrid anima al equipo durante el partido de vuelta de cuartos de final de la Liga de Campeones que Real Madrid y Atlético de Madrid disputan en el estadio Santiago Bernabéu, en Madrid. Archivo Efe.
La sociedad que muestra esos síntomas contradictorios tan evidentes, está obligada a someterse a terapia, recuperar el sentido común y plantearse dos únicas alternativas, o la superación de la debilidad y con ella impedir su posible desaparición como colectivo, o deslizarse por el abismo. Esta anomalía no ha aparecido de repente, su gestación ha sido lenta pero constante, en un primer momento no se empezó a valorar con objetividad el inminente pasado y se identificó a la derecha política con la herencia del franquismo, al empresario con el asaltacaminos y a la religión con el narcótico de moda, luego se incluyó en el programa la continua huida del saber y de la lengua española de las aulas, la desaparición de la responsabilidad en el estudio, y se añadió el ataque a la autoridad de los padres al desmantelar la unidad familiar, pero también se implantó en ciertas administraciones el hábito de incumplir la ley y enriquecerse con el erario público; pero no quedó ahí los atropellos, cada vez se cometieron unos más graves, más negativos, hasta llegar al comunicado de un proceso independentista emitido por la Presidencia de la Generalidad catalana y a la desprotección de los ciudadanos por quienes tienen obligación de darles seguridad legal- el Poder Judicial y el Ejecutivo -. Anatematizar una parte del electorado, fulminar la enseñanza de calidad, homogénea en todo el País y controlar los medios de comunicación con la intención de hacer un vacío o una distorsión de lo que representa la Nación española, ha sido siempre la clave del Nacionalismo, ideología no democrática y excluyente.
El hombre está necesitado de símbolos, señales de su propia humanidad, que le faciliten reconocerse y captar su entorno, pero también que aseguren la continuidad de las instituciones, las costumbres, las creencias. En estos instantes el desmoronamiento es total, se esconde la bandera española, no se emiten los compases del himno nacional, el término España se elude, se quitan los signos religiosos, se saltan las normas de protocolo, se vacían o se descartan ciertos festejos tradicionales, se cuestiona la territorialidad. Mientras tanto el país va perdiendo los ropajes que le daban prestancia y le permitían reconocerse.
Ana María Torrijos. Lasvocesdelpueblo
En este vacío de referencias, una gran pantalla en la ciudad de Barcelona para ver los partidos de la selección nacional de fútbol, “la roja” que es así como ahora se llama va a ser la única vía para sentirse la ciudadanía identificada con su país y servir de evasión para muchos de los que no reaccionan ante todo lo que sucede en el ámbito nacional. Y este derecho deportivo, negado en un primer momento por la alcaldesa, la señora Colau, ha sido represaliado por las hordas identitarias con una violencia inusitada al ser las víctimas unas mujeres. El silencio, fruto de la rendición de todos, desde las instituciones, medios de comunicación y entidades locales, ha obligado a los jóvenes promotores de la campaña a favor de la selección, a movilizarse para dar a conocer los graves hechos ocurridos en la carpa informativa.
En plena calle, los aficionados al deporte rey, amontonados frente a la pantalla, se alterarán, se excitarán y hasta desahogarán los enfados acumulados, y luego regresarán a casa, al trabajo, a la escuela para seguir siendo cobayas en manos de las fuerzas políticas. En el sur los ere , en el este las comisiones, en el norte los chantajes, en el oeste dañinas subvenciones, y el Estado se difumina frente a unos ciudadanos que están en el limbo, a la espera de no sé qué suerte, el silencio de los cementerios.
La mentira se ha implantado en los discursos políticos y no provocan rechazo ni rectificaciones rápidas debido a la ausencia de réplica del sector afectado; nadie responde como si no existieran buenos profesionales, capaces de argumentar una reflexión clara y exacta ante el reclamo engañoso. Necesitados de trabajo, es fácil la aparición del Moisés del siglo XXI y con el cayado mover las aguas profundas para dejar pasar al pueblo, con la salvedad de que ahora toca conseguir puestos de trabajo con contrato indefinido según las consignas establecidas, pero sin indicar las medidas necesarias. Prometer lo que convenga, piensan con socarronería y para poder seguir haciéndolo, es necesario el panorama más desolador desde el inicio de la transición democrática. No es el político quien tiene que garantizar el empleo, es el emprendedor, el empresario. El representante público lo único que hace es aumentar sin necesidad el número de funcionarios, cargar los presupuestos de forma desorbitada cuando lo que interesa es tener sólo los necesarios y los más competentes. Basta observar con un mínimo de atención para darse cuenta de que han utilizado las Autonomías para colocar infinidad de allegados en todos los resortes sociales, en vez de agilizar los trámites burocráticos. Derechos adquiridos no fácil de disminuir si sólo está en sus manos la posibilidad de hacerlo.
Los organismos internacionales deportivos han redactado normas, reglamentos para que el deporte sea una actividad noble, abierta a todos, por encima de cualquier ideología. En la Grecia Antigua cuando se celebraban los Juegos Olímpicos se interrumpían hasta las guerras, nada podía ensombrecer el encuentro pues competir era conseguir un profundo ideal: la perfección corporal, la capacidad intelectual y espiritual. Hace ya varios años una campaña implacable de los líderes políticos, por acción u omisión, ha hecho que los intereses ideológicos hayan ido ahogando la libre participación de los deportistas, aficionados e hinchas en el escenario deportivo; el fútbol, evento de masas, ha sido el vehículo propicio para conseguir el control de los ciudadanos.
El día 26 de junio, cuando se introduzca la papeleta en la urna, hay que negarse a gritar ¡Gol!
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