Redacción (Ana Maria Torrijos, licenciada en Filología Clásica)-. A este desmadre se sumó la visión involucionista de un populismo que fomenta cualquier gesto político desestabilizador para que desde un derrumbe, los cascotes se usen en la construcción de un Estado bolchevique. (…) En el transformado plató televisivo, donde el grito y el gesto sórdido dirige las cámaras, se vocalizaban improperios, juicios penales, mentiras, propuestas económicas difícil de realizar sin la implantación de un régimen expropiatorio. Estuvo ausente la mención del problema más destructivo de la Nación, el golpismo secesionista. San Cugat Del Vallés (Barcelona), sábado 17 de junio de 2017. Fotografía: Madrid (España), martes 13 de junio de 2017. Congreso de los Diputados, Debate de la Moción de Censura de Podemos contra el PP y presidente de Gobierno del PP. Pablo Iglesias, dirigiéndose al PSOE en un momento de su discurso en el Debate de la Moción de censura de Podemos contra el presidente de Gobierno del PP, Mariano Rajoy. Así ha sido la primera jornada de la moción de censura de Podemos a Mariano Rajoy. Efe.
Se cedió lo posible para llegar a un acuerdo mínimo, capaz de superar ese paso hacia la libertad política
La cúpula de cierta clase política, hace tan sólo unas fechas dijo con gran pomposidad que se debía superar el régimen del 78.

Expresión que merece una réplica contundente, pero será más eficaz regresar por un momento a esa histórica fecha.
Al finalizar la etapa política autoritaria, se planteó un proyecto democrático, un sistema liberal parlamentario, previsto de unas fuerzas políticas, derechas e izquierdas, dispuestas a recibir el apoyo de la ciudadanía. La mayoría de la población no tenía experiencia alguna pero el entusiasmo suplía toda carencia. Se cedió lo posible para llegar a un acuerdo mínimo, capaz de superar ese paso hacia la libertad política. Los representantes de las opciones más votadas auspiciaron una Constitución, que si tenía vaguedades, poseía algo de gran valía —la soberanía nacional—. En las sucesivas campañas electorales los sones de las canciones de los partidos, enmarcaban el espacio y animaban en aquella experiencia. Aún con diferencias en matices entre los políticos, se iban superando los escollos propios de una falta de rodaje: amnistía, reformas, leyes y un sinfín de pautas, normas y sobre todo el deseo de un nuevo sistema que aportara convivencia y progreso.
Se sumó la visión involucionista de un populismo, los cascotes se usen en la construcción de un Estado bolchevique
Al paso de los años se instauró con los votos ciudadanos y los apoyos institucionales un Presidente, que ajeno a este loable proceso introdujo la discordia aderezada de rencor y venganza. De ahí derivó la fragmentación del cuerpo social entre buenos y malos, propio de una guerra civil ya pasada, entre secesionistas y constitucionalistas con el apoyo de un Estatuto catalán difícil de adecuar a la legalidad vigente, incluso con propaganda sectaria y totalitaria desde el poder público envilecido. A este desmadre se sumó la visión involucionista de un populismo que fomenta cualquier gesto político desestabilizador para que desde un derrumbe, los cascotes se usen en la construcción de un Estado bolchevique.
Un Gobierno inmovilista, una oposición sin diseño programático y unos partidos identitarios, dispuestos a cualquier tropelía, sea privar de derechos o no cumplir las leyes a las que están obligados. Con estos ingredientes se montó en el Congreso de los diputados un espectáculo carnavalesco investido con ropaje de moción de censura. Un debate de 17 largas horas, martilleó a toda la ciudadanía, y desperdició el tiempo necesario para haber podido apuntalar la grave situación del País. ¿Cuántos interiorizaron una sensación de hastío? Los que no entendían la escena parlamentaria, buscaban en vano una solución pronta o una explicación a lo que había originado aquel panfleto democrático.
Estuvo ausente la mención del problema más destructivo de la Nación, el golpismo secesionista
Por mucho que se intentaba encontrar frases, palabras ilusionantes entre las muchas intervenciones de los diputados, no era posible. Las menos desechables se empleaban para goce personal o para rubricar una buena oratoria. El “púlpito” del hemiciclo transportaba a los espejos cóncavos de Valle Inclán. En el transformado plató televisivo, donde el grito y el gesto sórdido dirige las cámaras, se vocalizaban improperios, juicios penales, mentiras, propuestas económicas difícil de realizar sin la implantación de un régimen expropiatorio. Estuvo ausente la mención del problema más destructivo de la Nación, el golpismo secesionista. Primó el retablo de un inexistente país entre las múltiples naciones que el sesudo líder podemita rescataba de la miseria y el abandono, enumeración acompasada por el rasgo de cada una de ellas, sea el de ser uniprovincial, el de los índices de paro, el de la corrupción o el de la incomprensión a su identidad. El contrapunto a toda esta larga parafernalia fue la incidencia obligada de lo importante que es España ” una gran Nación ” pero con el regateo del maltrato dado a su lengua, elemento vertebrador de su Ser y sobre todo el no recordar el derecho y obligación a usarla en todos los ámbitos de la geografía. También apareció, de antemano no programada, la constatación de que sin Él, todo es un caos, y por ello aunque no es merecedor del apoyo, inspiraba “votadme”.
El grito más ejemplarizante de los señores diputados fue “Viva la tercera república española”
Y en último lugar, múltiples soflamas audaces que reivindicaban sus derechos culturales, lingüísticos, históricos como si esos cuarenta años de democracia hubieran sido una caverna custodiada por el perro Cancerbero de la mitología clásica. El grito más ejemplarizante de los señores diputados fue “Viva la tercera república española”. No produjo intervención alguna de la Presidenta de la Cámara baja, pues ya es costumbre ver la quema de banderas, de un ejemplar de la Constitución, oir pitidos al himno y retirar lo retratos del Rey.
Los señores políticos han ido vaciando el sistema democrático sin contar con la opinión de la sociedad
Hoy, cuarenta años de ejercicio parlamentario, la prensa nos ha dado la noticia de que el Tribunal Constitucional piensa mediante interpretación conforme, indicar qué sentido debe darse a las leyes de consumo, de comunicación audiovisual referente al catalán y cómo tienen que ser aplicadas. Un pacto para salvar la mayoría de las medidas impositivas de la Generalidad, que como ocurrió con la inmersión lingüística en la escuela, puede liquidar el español en otros espacios comunes.
Los señores políticos han ido vaciando el sistema democrático sin contar con la opinión de la sociedad, unos con planteamientos delirantes de crear naciones donde no las hay, otros con corrientes en su ideologia, contrarias a su contenido programático, que les desvían de su sentido internacionalista en defensa de todas las personas y otros con dirigentes que sin ideario claro conforme a lo que representa su espacio social, han vendido su integridad por el poder.
Ese régimen que algunos le musitan un responso, es para nosotros el que prima los derechos individuales y nos hace libres
Ahora nos toca a la ciudadanía despertar y aferrarnos a ese proyecto que nos permitió hacer en libertad una transición modélica. Ese régimen que algunos le musitan un responso, es para nosotros el que prima los derechos individuales, el que nos da un marco legal independiente, el que nos hace responsables de nuestras decisiones, no vasallos de un territorio, de una clase social, de una situación laboral, de un estado civil, de una cultura de género, sino que nos hace libres ante el futuro.