mayo 1st, 2017 by José Basaburua

Redacción: Sila Félix/José Basaburua es funcionario de la Administración Central del Estado y escritor —. La galaxia Judicial Navarra, aunque jamás llegue a dar el juego de la madrileña —preñada de enorme número de juzgados y una siempre mediática Audiencia Nacional— también genera sus chascarrillos y noticias “de interés público” o dignos del siempre en guardia “periodismo de investigación”. Pamplona (Navarra), lunes 1 de Mayo de  2017. Fotografía: Pamplona (Navarra) y San Sebastián (País Vasco) España. 12.03.2017 a las 20:57 (EFE)-. Cuatro detenidos por incidentes en el Casco Viejo de Pamplona. La ‘kale borroka’ deja imágenes de los años 90 en el Casco Viejo de Pamplona. Decenas de encapuchados lanzando piedras a los policías, agentes atrincherados tras contenedores de basura volcados en mitad de la acera, cajeros en llamas… Podría ser la descripción de una escena de kale borroka de hace 20 años, pero ocurrió este sábado en el Casco Viejo de Pamplona tras una manifestación a favor de la amnistía para los presos de ETA. Los incidentes se saldaron con cuatro detenidos, uno de los cuales es menor de edad y ha quedado bajo la custodia de sus responsables legales. Archivo Efe.

Así, diversas recientísimas resoluciones judiciales, emitidas por dos órganos navarros, han sido lanzadas al estrellato que nos ilumina: la imputación por parte del juez Fermín Otamendi de una mochila de tipos delictivos, de larga trayectoria y variada proyección, al staff de los 21 más duros de entre los duros de Indar Gorri, y los tres autos judiciales de 19 de abril de Eduardo Mata Mondela  por los que levanta la intervención administrativa de las comunicaciones orales, escritas y familiares a los tres guipuzcoanos encarcelados en Pamplona, por su participación en la guerrilla urbana, perpetrada por la muchachada de ATA, el 13 de marzo en la parte vieja de Pamplona.

Otamendi ha sido no poco valiente ante el sancta sanctorum de Indar Gorri y su coartada pseudo-política. Tal cualidad le viene caracterizando en su obrar profesional; pero también cierto carácter polemista. En esta ocasión —mejor no traer a colación el caso Abel Azcona y el desprecio de ambos a los más sagrados sentimientos de tantos navarros— el juez Otamendi ha realizado un sano ejercicio de sentido común, en negro sobre blanco, y en sede judicial.

¿Delincuentes, futboleros y abertzales? o ¿abertzales, futboleros y delincuentes?

Tiene su mérito la cosa, pues no es sencillo encararse con una banda de matones escorados al desbarre delictivo, acostumbrados a que les hagan la ola en cualquier ciudad española, mimados por las juntas directivas del sacrosanto Osasuna y, todo ello, para mayor inri parapetados en la identidad colectiva autodenominada abertzale y su sectaria protección. ¿Futboleros, delincuentes y abertzales? ¿Delincuentes, futboleros y abertzales? o ¿abertzales, futboleros y delincuentes? No importa, pues en esta ocasión el orden de los factores no altera el producto.

Al caso le queda no poco recorrido judicial en el que pueden pasar muchas cosas: no descarten, pues, sorpresas diversas, presiones, filtraciones, manifestaciones, fotografías comprometedoras, pruebas de última hora, etc. Pero, y ya venía siendo hora, los ciudadanos decentes, la gente de pueblo normal, necesitábamos un chute de alegría y seguridad de este tipo: que, por fin, un juez se mostrara fuerte con los fuertes, y no fuerte con los débiles o débil con los fuertes; que es lo que sucede tantas veces. Una incómoda realidad que tanto desmoraliza a la ciudadanía; además de la característica y resignada lentitud judicial que –estos días— viene alarmando, por ejemplo, a Esperanza Aguirre —ahora— en relación a sus procesados amigos Lucía Figar e Ignacio González.

Por si no les suena el nombre, les diremos que Eduardo Mata es el discreto —y más que bueno, buenísimo, pero de pura bondad— Juez de vigilancia Penitenciaria de Navarra. El único que hay.

Este magistrado, decíamos, ha acordado que las comunicaciones con el exterior de los tres gorilas encarcelados desde el pasado 13 de marzo ya no sean intervenidas, por la dirección de la prisión de la colina de Santa Lucía, en coherencia con los protocolos aplicables a los sospechosos de actuación terrorista en cualquiera de sus modalidades, por elementales motivos de seguridad.

Eduardo Mata, Don Eduardo para todo el mundo, al igual que sus colegas de la Audiencia Provincial de Navarra considera que estos muchachos vinieron a Pamplona por pura casualidad, pues «… no existe referencia alguna a que los hechos se hubieren desarrollado en el ámbito de una organización o grupo criminal, no existiendo concreta referencia a ninguna organización o grupo criminal de las características contempladas en aquellos artículos, como intervinientes en esos hechos objeto de dicho atestado y cuya finalidad sea la comisión de delitos de terrorismo».

Pobrecitos, seguro que alejados de sus cálidos hogares cualquiera les habrá engañado; su relación con ETA, ATA o lo que sea, no existe

De modo que, si hemos entendido algo —pues un pobre mortal difícilmente está capacitado para comprender la gran trascendencia y el alto sentido de las resoluciones judiciales— los tres salvajes del Goierri vinieron desde su idílica y pastoril Rentería natal a Pamplona de turismo; que su relación con ETA, ATA o lo que sea, no existe; que la juerga fue espontánea e improvisada. Pobrecitos, seguro que alejados de sus cálidos hogares cualquiera les habrá engañado; o pasaban por allí y la policía, pues ya se sabe…; o un par de copas y cómo rechazar una fiesta; o estaban jugando a policías y lad…, perdón, abertzales, ese juego de niños tan popular en algunas ikastolas.

En cualquier caso: ¡qué abuso!, ¡qué exceso! Ni sentido común, ni prevención alguna, ni experiencia profesional. Y es que de los carceleros y sus jefazos de Madrid, cualquier cosa. Menos mal que los puritanos están para remediarlo…

Tal será la cosa que el propio juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, ha criticado a sus colegas navarros, según ha recogido alguna prensa navarra el 26 de abril, acusándoles de banalizar el terrorismo. Lástima que lo afirme un juez que participa en tantas ruedas de prensa. Mejor, pensamos, trabaje —cuanto más mejor— en silencio y que hablen otros.

Estos jueces navarros no recuerdan que hace 10 años unos como éstos les habrían “ejecutado” sin pensárselo dos veces 

Seguramente estos jueces navarros no recuerdan que hace 10 años unos muchachos como éstos les habrían colocado en los bajos de su coche familiar una “tableta” explosiva o les habrían “ejecutado” sin pensárselo dos veces caso de recibir la orden y presentarse la ocasión. Pero los tiempos cambian, ¿o no?

Hablábamos de sentido común, ése que caracteriza a la gente sencilla que lucha a diario por sobrevivir dignamente y tratar de entender lo que está pasando. No en vano, se trata de una falta absoluta de sentido común, o un ejercicio irresponsable de buenismo, de ignorar la realidad, distorsionarla a golpe de sofismas, mirar pero sin querer ver que terrorismo es terrorismo; ya sea de “alta” o de “baja” intensidad. Tiro en la nuca o kale borroka.

Ayer, hoy y mañana. Si se perpetra cualquier modalidad de terror en nombre de un proyecto ideológico y con una estrategia, ¡eso es terrorismo! Aquí y en Corea del Norte. En la Rusia de los Zares o en la aburrida Bélgica. Lo haga un “lobo solitario” o una banda internacional; que hay de todo y para eso es terrorismo y no filantropía o turismo activo. Después vendrán los matices: que si colaborador, encubridor, integrante de la banda, dirigente, sicario a sueldo, que si asesinato, robo de explosivos, estragos o acoso a jueces…, tecnicismos —para la inmensa mayoría de gentes normales— en suma.

Debemos estar agradecidos al juez Otamendi; respecto a Mata, Eduardo, y sus colegas, lamentablemente no podemos decir lo mismo

Cuando en la práctica judicial el sentido común está ausente o es politizada, o se interpreta al servicio de los dogmas de lo políticamente correcto, o del alternativismo jurídico marxista, o se cede a la presión mediática o ambiental, o al buenismo y a la autocomplacencia, entonces tal práctica ya no es justicia: ha dejado de ser justicia para ser pura y dura injusticia.

Cobardía y renuncia; aunque los argumentos a posteriori no falten y se sumen oportunistas palmeros de tantos colores e intereses bastardos.

Por todo ello, y sin que cause precedente, los ciudadanos que valoramos la paz social, que queremos creer en el funcionamiento de la justicia, que anhelamos poder confiar en las instituciones… debemos estar agradecidos al juez Otamendi, Don Fermín. Respecto a Eduardo Mata, Don Eduardo, y sus colegas, lamentablemente no podemos decir lo mismo.

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abril 12th, 2017 by José Basaburua

Redacción (José Basaburua es funcionario de la Administración Central del Estado y escritor) – Los actos conmemorativos celebrados en Bayona el pasado 8 de abril, con motivo del desarme (¿?) de la banda terrorista ETA, evidenciaron varias cuestiones. Pamplona (España), miércoles 12 de abril de 2017. Fotografía: Bayona (Francia), sábado 8 de abril de 2017. Teatrillo terrorista y proetarras de la ETA, desarme y entrega de Armas. El terrorista exmiembro de la banda terrorista de las Vascongadas de España (ETA), Josu Zabarte (en el primer plano de la imagen), conocido como el ‘Carnicero de Mondragón’, durante el teatrillo terrorista de Bayona (Francia) el sábado 8 de abril de 2017, con el motivo de la entrega de parte de las armas de la banda terrorista ETA. Efe.

1. ETA no ha desaparecido. No se trata únicamente de que, acaso, conserve una parte de su arsenal, por ejemplo cierto número de las pistolas robadas en su día en Francia, sino que ETA, como organización “desarmada”, seguirá jugando un papel en permanente ajuste con el resto del autodenominado MLNV; incluso más allá de su absoluta disolución. De ser “impulsor” y “vanguardia” iniciales, pasó décadas después a “garante”. Ahora se reducirá progresivamente a “guardián de las esencias” y “mito movilizador”, lo que no implica que su liderazgo desaparezca, pues persistirá al menos en la continuidad personales de líderes muy concretos de Sortu. Además, ¿dónde termina ETA y empieza Sortu?

2. El proceso anterior está siendo muy controlado por sus protagonistas. Ha sido largo, tampoco ha resultado sencillo, ni han podido evitar algunas disidencias (Ibil, ATA) debidamente aisladas y contenidas de manera oportunista. Pero, con todo, el control de ETA del conjunto de sus arsenales indica que el retorno al terrorismo –por parte de algún grupo disidente al modo del IRA Auténtico o IRA Continuidad- encontraría dificultades de todo tipo; especialmente el rechazo de la masa social “abertzale” que ha demostrado gran cohesión interna y una incuestionable fidelidad a su liderazgo.

3. Aunque la banda se encuentra “licuada”, el terror de ETA continuará desplegando sus perversos efectos: cientos de crímenes sin esclarecer ni castigar (de lo que casi 400 de ellos, asesinatos), persistencia del miedo y prácticas mafiosas unilaterales, perversión del lenguaje, intento de apropiación del denominado “relato” del terrorismo, imposición de escenarios ficticios de convivencia presuntamente plural, etc.

Bayona (Francia), sábado 8 de abril de 2017. Teatrillo terrorista y proetarras de la ETA, desarme y entrega de Armas. El terrorista exmiembro de la banda terrorista de las Vascongadas de España (ETA), Josu Zabarte (en el primer plano a la derecha de la imagen), conocido como el ‘Carnicero de Mondragón’, durante el teatrillo terrorista de Bayona (Francia) el sábado 8 de abril de 2017, con el motivo de la entrega de parte de las armas de la banda terrorista ETA. Efe.

4. El teatro desplegado en Bayona fue, ante todo, un acto propagandístico dirigido a la masa social explícita y fielmente “abertzale” -además de escaparate para los medios de comunicación internacionales-, que deberá emprender un nuevo proyecto sin el aval del terror de las armas y con la persistencia de un duro enjuiciamiento ético desde amplios, aunque escasamente dinámicos, sectores sociales.

5.  La presencia coreográfica de los autodenominados “artesanos de la paz” –a quiénes nunca se vio con las víctimas de ETA y que, por el contrario, alguno de ellos fue tristemente conocido por verdugo (el “carnicero de Mondragón”)- no ha logrado engañar a la mayoría de analistas españoles, salvo que ya estuvieran predispuestos al adormecimiento autocomplaciente de un giro dialéctico más.

6. Pese al radical anticristianismo de las masas “abertzales”, han figurado entre los “artesanos” dos clérigos. La del obispo metodista irlandés es anecdótica, pues apenas hay vascos o navarros adeptos a esta confesión en vías de desaparición. La presencia de uno de los dirigentes de la católica Comunidad de San Egidio (sin arraigo significativo en estas tierras; entidad en ocasiones agente vaticano para situaciones delicadas y de emergencia), indica que los obispos católicos de ambos lados de la muga se encuentran más que “quemados” tras décadas de servilismo acrítico y de prácticas equidistantes de buena parte de sus antecesores frente al terrorismo. En este difícil contexto, para sus fines pastorales, persiguen el reagrupamiento de la base residual de creyentes vascos y navarros todavía practicantes, en general muy alejados del totalitarismo separatista, quienes conviven en unos territorios que se sitúan entre los que cuentan con mayor porcentaje de anticatólicos militantes de todo el mundo.

7. Los “agentes sociales” implicados al servicio de ETA, así como su característica dinámica interior y exterior -antes y durante el teatro de Bayona- confirman que la concepción ideológica de la autodenominada “izquierda abertzale” sigue siendo la de siempre: nacionalista panvasquista, marxista-leninista y gramsciana. Su “sociedad civil” es la de los “agentes populares” al servicio de los mismos fines que el de sus correlativos “agentes políticos” y hasta ayer mismo, “armados”, es decir, terroristas. La admisión y práctica, aunque fuere parcial y mínima, de su lenguaje y tácticas, implica un plus de aparente legitimidad y una ventaja de juego para los amigos de los terroristas.

8. Las declaraciones allí pronunciadas, y el editorial de Gara del día siguiente (enlace), marcan las líneas de trabajo del trabajo emprendido por ETA/Sortu y demás “brazos”: acumulación de fuerzas rupturistas; relanzamiento del proceso “soberanista”; cohesión de la masa social afín; acercamiento oportunista a Podemos al objeto de cercenarle progresivamente su base electoral; disputa del liderazgo del bloque burgués del PNV; apoyo a las “salidas individuales” de los 300 terroristas encarcelados (entre España y Francia) y exigencia simultánea del “acercamiento” de los “enfermos”, primero, y de los demás después; control y deslegitimación de los radicales de ATA; presión creciente a sus socios de gobierno navarros.

9. Por lo que respecta a Navarra, ETA/Sortu, una vez superado el “periodo de debate interno” con el que se ha desactivado ETA en su modalidad histórica y se viene redefiniendo Sortu por enésima vez, tendrá más espacio y capacidad de maniobra en su política de presión sobre el resto de socios de gobierno. Todo ello se orienta hacia una radicalización en sus línea políticas y propagandísticas: petición de acercamiento de los “presos navarros” a Pamplona-1, profundización de la “agenda” de la construcción nacional vasca en Navarra, mantenimiento de la presión callejera, nuevos “avances” en la educación, marginación y ostracismo de las voces navarristas disidentes, control formal e informal del espacio público, imposición del imaginario panvasquista en todos los órdenes de la vida pública, impulso de toda medida que quiebre las figuras de autoridad ajenas a su cosmovisión totalitaria, etc.

10. En este “nuevo escenario”, en el que se seguirán sucediendo nuevas iniciativas cuyo objetivo es anular la voluntad de resistencia del españolismo navarrista, social y político, la sociedad civil navarra deberá transitar un camino jalonado de trampas, chantajes, manipulaciones y presiones en el que no habrá atajos ni para el que existen soluciones mágicas. La renuncia de cualquiera de sus signos de identidad implica el fortalecimiento del separatismo panvasquista -en esta fase que concibe como decisiva- así como la pérdida de espacios físicos o morales devenidos en irrecuperables; dinámicas a la que únicamente podrá responderse desde la diversificación, la especialización y la incorporación de nuevos agentes sociales con voluntad de lucha en el ámbito público y metapolítico.

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