junio 8th, 2017 by Custodio Ballester Bielsa
Redacción: Custodio Ballester Bielsa, Sacerdote de la Parroquia Inmaculada Concepción de Hospitalet de Llobregat (Barcelona)-. (…) No es misión de la Iglesia contribuir a la normalización lingüística. Para eso está Puigdemont y los que tiene a sueldo. Efectivamente, ¿por qué no? Los catalanes de primera tienen obispos exclusivamente para ellos: Los “bisbes catalans” a los que se creían con derecho. Pedían obispos que destacasen no por su piedad, sabiduría teológica o por su buen gobierno, sino por su catalanidad. Hospitalet de Llobregat (Barcelona) España, jueves 8 de junio de 2017. Fotografía: Washington (Estados Unidos de América), miércoles 25 de enero de 2012. ‘Marcha Por La Vida’. Primera fila a la derecha, el sacerdote español, Custodio Ballester junto a la delegación española en Estado Unidos defendiendo la vida. Archivo facilitado por el sacerdote español Custodio Ballester. Lasvocesdelpueblo.
VOLEM BISBES CATALANS, PERÒ PER “ELS ALTRES CATALANS”
La Iglesia se portó con los catalanes de verdad como una auténtica madre, concediéndoles los obispos que pedían. El 100% de los obispos, para el 35% de los catalanes. Ése era a mucho estirar hace 50 años el porcentaje de iglesia catalanista, cuando los que siguen gritando hoy, gritaban entonces: “Volem bisbes catalans!”
La iglesia de Cataluña tenía que empeñarse a fondo en normalizarlos, es decir en catalanizarlos
Pero como eran los primogénitos, los hijos preferidos de la iglesia catalana, no pensó entonces Roma que los segundones merecieran tener obispos que les comprendieran, que compartieran con ellos tantas pasiones del alma distintas de las pasiones opuestas de los catalanes “de verdad”. No sólo eso, sino que el 100% de los obispos entendió que estos otros catalanes no eran normales y que por tanto la iglesia de Cataluña tenía que empeñarse a fondo en normalizarlos, es decir en catalanizarlos. Y ése fue su máximo apostolado en aquellas circunstancias: Ut unum sint, que no haya distinción entre los catalanes de primera y los de tercera. Pero la táctica fue tan mala, que en realidad trabajaron ut nihil sint: para que al cabo de 50 años no sean nada. La Iglesia como tal reducida ahora ya a la irrelevancia, reducida a insuflar incensado pedigrí y bendecir las rosas en San Jordi cuando inviten los que mandan. Si añadimos a eso que el poder siempre se decantó por la minoría catalanizada, no era cuestión de que la jerarquía se negara a seguir esa corriente tan poderosa en la que muchísimos obispos y sacerdotes formaron la corte, parecida a esa de la que ha hablado el papa Francisco refiriéndose a la curia vaticana…, y progresaron cual les correspondía.
Está claro que ante la proclamación de todo el episcopado de Cataluña de que su rebaño está en la mitad de los catalanes que sienten su intensa vocación de identidad diferenciada y separada de España, no le queda más remedio a esta otra mitad, que pedir también obispos para ellos: para los otros catalanes. No creo que esto pueda considerarse descabellado.
La causa de “los otros catalanes”, el éxito político de esa mitad del rebaño constituye la derrota de la otra mitad
Si todos los prelados han declarado estar del lado de esos catalanes de primera, movidos por el celo político-episcopal en favor de su causa, como lo demuestra fehacientemente la Nota que propalaron, y de rebote contra la causa de “los otros catalanes”, a los agredidos por esa actitud no les queda más recurso que pedir obispos para ellos. No puede ser de otro modo, puesto que el éxito político de esa mitad del rebaño, constituye la derrota de la otra mitad.
Y ahora tienen una gran ventaja que les faltaba con la jubilación del cardenal Martínez Sistach. Ahora tienen ya el colegio completo, porque vuelven a tener cardenal, cosa que acaba de darle su qué al colegio de los obispos de Cataluña, que quedaba menguado sin el capelo que le da el caché que merece. Puede que haya venido el capelo como anillo al dedo, como confirmación de la Santa Sede -justo tras la NOTA de profesión catalanista del 100% de los obispos de Cataluña- de que la pastoral que han venido ejerciendo al respecto es la acertada.
No es misión de la Iglesia contribuir a la normalización lingüística. Para eso está Puigdemont y los que tiene a sueldo
Lo que ahora nos queda es esperar que el Cardenal Arzobispo, en la elección de obispos auxiliares, se esmere en equilibrar la balanza y los elija tan inclinados a los catalanes de tercera (“los otros catalanes” que decía Candel) como está el resto del episcopado a los catalanes de primera. Y que les sean fieles; que no se pasen al otro bando; que no hagan como si fuesen catalanes de toda la vida, hablando en catalán al que les pregunta en castellano… No es misión de la Iglesia contribuir a la normalización lingüística. Para eso está Puigdemont y los que tiene a sueldo.
El punto de partida de esa nueva política vaticana respecto a Cataluña fue el Volem bisbes catalans. Ahí empiezó todo, en la guerra brutal del nacionalismo clerical contra el nombramiento como Arzobispo de Barcelona de Don Marcelo González Martín, allá por 1970. Una “guerra” de una indignidad inenarrable. A partir de ella, toda indignidad clerical tiene su explicación. Y se explica también en ella la claudicación del mismo Vaticano al feroz Volem bisbes catalans! A partir de ahí les mandó obispos catalanes o al menos catalanizables: de Valencia, de Baleares… Hasta hoy.
Los que no son catalanistas, tienen de tal modo mimetizado el catalanismo eclesiástico, que difícilmente escapan a él
Visto lo visto, está claro que si no aprenden la lección la otra mitad de catalanes que pueden quedarse sin obispos, van a seguir así hasta el total hundimiento de la futura y nacional Església de Catalunya: Envejecida, desolada, fanatizada, estéril, condenada a la extinción vegetativa. En la guerra contra don Marcelo se hicieron entender de tal modo, que el Vaticano ya no necesitó más advertencias… Se plegó al nacional-soberanismo sin condiciones, de manera que la Iglesia Católica en Cataluña es Iglesia Catalana, desde los obispos a la inmensa mayoría del clero que pinta algo. No hay como quitarse el clergyman para empezar a ser alguien… Y los que no son catalanistas, tienen de tal modo mimetizado el catalanismo eclesiástico, que difícilmente escapan a él.
Ahí está la figura del difunto mossèn Juncà vigilando en la puerta de la parroquia de San Agustín, al ladito de la Rambla, por si venía la policía y avisar a los integrantes de la separatista Asamblea de Cataluña, que se reunía durante el tardofranquismo en sus locales parroquiales, acogiéndose a sagrado. O el burguesazo Sayrach, ya secularizado, llamando a sus feligreses a la revolución marxista desde la parroquia de San Juan Bautista. Por no hablar de la capuchinada de 1966, en la que los franciscanos dieron cobijo a una asamblea de estudiantes antifranquistas que acabó como el rosario de la aurora. Y de la posterior manifestación de unos curas que ya no llevaban sotana, pero que se la pusieron con supremo recochineo aquel día y que se saldó, ante la Jefatura Superior de Policía, con una antológica carga policial ardientemente solicitada.
Ahora sabemos cómo hay que hacer si “los otros catalanes” (el 52% de momento) queremos que en Roma se nos haga caso
En fin, que sólo obispos catalanes podían comprender antes y ahora esa Cataluña diferente y separada que se estaba construyendo desde los sólidos cimientos del apoyo eclesial. Tan catalanes como D. Juan José Omella, Agustín Cortés, obispo de San Feliu, Salvador Gímenez, obispo de Lérida y Enrique Benavent de Cuatretonda y con la mitad de la diócesis de Tortosa en la provincia de Castellón. ¿Pastores de todos? Será esa su intención. No lo dudo. Pero les invito a ir al bar de Cretas (Teruel), Valencia, Muro de Alcoy y Quatretonda respectivamente a explicar allí a su gente qué es eso de la singularidad y la identidad nacional de Cataluña.
Sin embargo, aquellos octogenarios curas iluminados nos enseñaron el camino. Ahora sabemos cómo hay que hacer si “los otros catalanes” (el 52% de momento) queremos que en Roma se nos haga caso. Si ellos robaron la imagen de la Virgen de Nuria, ahora tocaría la de Montserrat, ¿no? Pues no, no ha hecho falta. Las lesbianas de Arran han tomado la iniciativa y por tanto la delantera. Su lascivo morreo ha establecido un antes y un después en las relaciones de la iglesia catalana con las instituciones políticas. Una relación que tiene como hoja de ruta aquel popular proverbio castellano que aplicado al contexto socio-político adquiere plenitud de significado.
Es hacia la dictadura adonde nos encaminamos y lo prioritario en ella es sobrevivir
Dice así: Verlas venir… y dejarlas pasar. Si te empujan… déjate caer. Si se te… ¡di que llueve! Total, es hacia la dictadura adonde nos encaminamos y lo prioritario en ella es sobrevivir.
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mayo 31st, 2017 by Custodio Ballester Bielsa
Redacción: Custodio Ballester Bielsa, Sacerdote de la Parroquia Inmaculada Concepción de Hospitalet de Llobregat (Barcelona)-. Primera parte del fenómeno: no importa cuán intensamente nacionalista seas, que no te perdonan que vayas contra sus dogmas de ingeniería social. Es decir, que viendo que en cuestión de nacionalismo, Xavier Novell, obispo de Solsona, era uno de los suyos, podían haber sido con él un poco más condescendientes. Hospitalet de Llobregat (Barcelona) España, miércoles 31 de mayo de 2017. Fotografía: Solsona (Lérida) España, Domingo, 28 de mayo de 2017. (Lasvocesdelpueblo y Agencias)-. Los atacantes lo ha hecho con trapos separatistas de Convergencia, ERC y CUP y el símbolo de los gais, Transexuales, Lesbianas y Bisexuales (LGTB). Xavier Novell, el catalán obispo de Solsona (Lérida), ha tenido que salir de la iglesia parroquial de Santa María del Alba escoltado por los Mozos de Escuadra, la Policía Local y algunos feligreses, entre ellos una cristiano negro que ha arropado al obispo hasta el coche, en medio de la fuerte ataque (escrache) de feministas y separatistas que se han concentrado este domingo, 28 de mayo de 2017, en la plaza Mayor para rechazar sus últimas declaraciones, en las que relacionaba la orientación sexual con la ausencia de la figura paterna. Lasvocesdelpueblo.
La lección es estremecedora: no se puede ser nacionalista catalán y cristiano al mismo tiempo
Pues no, en absoluto. Porque si no acepta una parte esencial del nuevo Estado catalán, como es la ideología de género, queda convertido automáticamente en enemigo de la nación que están construyendo. Porque en su lógica, no se puede ser buen nacionalista catalán si no admites todos los dogmas de la nueva nación: entre ellos, los de la ingeniería social.
La lección es estremecedora: no se puede ser nacionalista catalán y cristiano al mismo tiempo. En absoluto. Y mucho menos, obispo católico ejerciendo como tal en la nueva Cataluña independiente. Porque o eres nacionalista partidario de la República Catalana con toda su ideología progre completa, sin recortes, o eres un traidor a la nación. Así de simple: o todo, o nada. A este respecto no vale lo que pienses tú, sino lo que piensan -e imponen- ellos. Avisados quedan los demás obispos y sacerdotes que ansían serlo de la nueva Cataluña: han de renunciar a cualquier principio religioso que choque contra la Constitución del Estado Catalán. Y si en el fondo de su corazón no renuncian, cerrar rigurosamente la boca, renunciando a predicar la doctrina y la moral católica.
En el primer momento les dejarán vivir sin obligarles a abdicar públicamente de su fe, Un auténtico pacto de silencio
Si pagan ese peaje de silencio, es de suponer que al menos en el primer momento les dejarán vivir sin obligarles a abdicar públicamente de su fe. Pero esto es una suposición, sólo una hipótesis sostenida en el tramo de experiencia que llevamos andado. Mientras la Escuela Cristiana ha dejado hacer a la Generalitat y le ha consentido que promocionase en ella su ideario anticristiano, ésta no ha sido exigente con la dirección eclesiástica del colegio. Pero el precio ha sido el silencio. Callar y dejar hacer, es decir otorgar. Un auténtico pacto de silencio.
Ahí está la Revolución Francesa para aviso a navegantes extraviados: primero hicieron jurar a curas y obispos la Constitución Civil del Clero, convirtiéndoles en funcionarios públicos. A partir de entonces pasaron a ser clero juramentado, sometido a la ideología revolucionaria.
El obispo separatista catalán, Xavier Novell saluda a los fieles en el exterior del Palacio Episcopal. Por criticar la homosexualidad ha sido declarado ‘persona no grata’ en Solsona (Lérida) este martes 30 de mayo de 2017. Archivo ACN.
Aquellos que se negaron, fueron aquel clero refractario que mantuvo la fe del pueblo al precio de la persecución y de la muerte. Los funcionarios religiosos del Estado son una figura que se repite en muchos países, adoptando formas distintas en cada uno. La condición humana es tal, que la mayoría tiende al formato funcionarial en el que acepta, entre otras, la obligación de callar en las cuestiones en que chocan la doctrina de la Iglesia y la del Estado.
Los que vigilaban su silencio, en cuanto ha roto el pacto tácito de silencio, han puesto el grito en el cielo
El silencio es discreto: mientras se mantiene, no llama la atención. Pero se percibe su estridencia cuando se rompe. Mientras mantienes el silencio, nadie nota que estabas mudo; pero al romperlo, te estalla en la cara la violencia del silencio. Te das cuenta de cuán desquiciante era. Porque silencios hay más violentos que las palabras más duras; silencios que hieren más que los peores improperios. Es lo que ha ocurrido con Novell. Los que vigilaban su silencio, los que se lo habían impuesto como precio de la convivencia pacífica, en cuanto ha roto el pacto tácito de silencio, han puesto el grito en el cielo: Inaceptable que un obispo pueda hablar y expresarse según su conciencia. De todo punto inaceptable. Y si es necesario recurrir a la violencia para hacérselo saber, bienvenidas sean la violencia y la intimidación. Bien se le está tener que salir de una iglesia acompañado por la policía como un delincuente. Es así como se las gastan.
Los católicos no hemos de preguntarnos por las palabras de Novell, sino por su silencio y el de los demás obispos
Los católicos no hemos de preguntarnos por las palabras de Novell, sino por su silencio y el de los demás obispos. Un silencio tan dilatado, que parecía que no iba a tener fin. Pero gracias a Dios que habló monseñor Novell, porque gracias a su valentía, hemos podido saber de la tremenda fuerza, de la extrema violencia con que se les ha estado imponiendo a los obispos este silencio. Tenemos bien cerca el caso de monseñor Reig Pla, obispo de Alcalá, víctima de acoso constante por atreverse a predicar la doctrina de la Iglesia también si choca con el catecismo que nos imponen los políticos. Y tenemos bien reciente el acoso a D. Juan José Omella no porque proclamase la doctrina de la Iglesia sobre la homosexualidad, que no dijo al respecto ni una palabra; sino porque invitó a un homosexual arrepentido a dar una conferencia en la parroquia de Santa Ana. Tuvo que aceptar un nutrido comisariado político de la Generalitat en primera fila para intimidar al conferenciante a fin de que se abstuviese de decir libremente todo lo que quisiera. Así están las cosas.
‘Monjas del Sistema’, Sor Lucía Caram y Forcades, ésas sí integradas totalmente en él y asumiendo como propia su inmoralidad
Y si los obispos catalanes se pensaban que mostrándose favorables a la independencia de Cataluña y consintiendo que sus curas cuelguen banderas estrelladas de sus campanarios, les cedan los locales parroquiales a los independentistas y cambien sus homilías por mítines políticos; si se pensaban que con esto ya les perdonaban la vida, pues no. Está visto que sólo están dispuestos a convivir con la Iglesia mientras ésta calle y claudique. De momento; porque tal como nos han pronosticado ya las dos monjas del sistema, Sor Lucía Caram y Teresa Forcades Vila, ésas sí integradas totalmente en él y asumiendo como propia su inmoralidad, el silencio es sólo la primera fase de domesticación de la Iglesia. Luego seguirá la hoja de ruta que han marcado ya las dos monjas: la predicación explícita de la ideología del Estado.
Están viendo afeitar las barbas de monseñor Novell; así que ya pueden ir poniendo a remojar las suyas
In infernum nulla est redemptio; en el infierno del nuevo Estado Catalán que pretende además ser faro de la humanidad en cuestión de laicismo, persecución de la Iglesia e imposición de toda inmoralidad empezando por los niños de la escuela, desengáñense, los señores obispos: en ese infierno que quieren vendernos como la tierra prometida, no hay redención para ustedes. Para ustedes no es la tierra prometida, a no ser que renuncien a predicar el Evangelio. Están viendo afeitar las barbas de monseñor Novell; así que ya pueden ir poniendo a remojar las suyas.
El obispo Xavier Novell es un gran traidor a la nación por osar cuestionar uno de sus dogmas: la homosexualidad
Y no se hagan ilusiones, señores obispos. Si se pensaban ustedes que Novell es uno de los suyos por impulsar la independencia de Cataluña desde la Iglesia, pues ya lo ven: Novell es un gran traidor a la nación por osar cuestionar uno de sus dogmas: que la homosexualidad es una opción sexual y social tan legítima como el matrimonio entre hombre y mujer.
Y eso, ya lo ven, no tiene perdón: porque eso forma parte inseparable de la nueva soberanía. Atentar contra eso es atentar contra la soberanía de Cataluña. Tal es la conexión entre la reivindicación de la soberanía de Cataluña y la proclamación de la homosexualidad como uno de los más preciados bienes sociales del nuevo Estado, que quienes firmaron la episcopal NOTA pro-independentista no pueden de ningún modo firmar una nota de adhesión a monseñor Novell: porque eso sería una explícita manifestación antiseparatista.
Se les exigirá también a todos ellos, que adornen con ropajes teológicos la doctrina oficial del nuevo Estado
Por eso, por imperativo político, se han visto obligados a dejar a Novell al pie de los caballos soberanistas. Ya puede escribir todas las NOTAS que quiera invocando la singularidad y la realidad nacional de Cataluña y todas esas cosas… No importa: si no se guarda para él solo sus opiniones sobre la homosexualidad, atenta contra la soberanía doctrinal de Cataluña.
De momento sólo se les exige a los obispos el silencio: más adelante se les exigirá también a todos ellos, que adornen con ropajes teológicos la doctrina oficial del nuevo Estado y que la proclamen con el mismo entusiasmo con que vienen proclamando el derecho del Pueblo de Cataluña a la soberanía. Las dos monjas intrépidas les han abierto el camino.
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